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Posts Tagged ‘Ilustraciones’

Been there, read that (CCLXXII)

Retrato de Mussolini con Familia

Aut. Mario Bellatin

Esta será una muy breve reseña. A Mario Bellatin lo conozco sólo de oídas; justo al inicio de mi camino como lector, recuerdo haber leído al menos a tres de los cuatro finalistas del Premio Herralde de ese año, entre los que se incluían a Tryno Maldonado, Ivan Thays, Mario Bellatin y, al ganador, Daniel Sada; curiosamente, justo el que no leí en ese entonces fue a Mario. Desde entonces, en múltiples ocasiones he desaprovechado la oportunidad de leerlo hasta el día en que tropecé con Retrato, en la mesa de liquidaciones de cierta librería.

Siendo honesto, puedo comprender que me haya encontrado este libro en 40 pesos: no es la falta de calidad, sino la falta de interés que puede provocar en un lector promedio. No es un libro para cualquiera, es una narración cortísima en la que intervienen dos personajes: un moribundo de un sólo brazo que se encuentra en los últimos momentos de su vida y el sacerdote que se presenta para brindarle los santos óleos; en algún momento, el sacerdote se desnuda y posee el cuerpo del moribundo en un acto en el que ambos reconocen al amor. Sí, así de «experimental» es. Junto a este cruce, una madre acongojada por la muerte del Duce, se niega a sí misma y a su progenie el descanso y el alivio de sus necesidades vitales.

Ambos argumentos se desarrollan a través de pequeñas frases mecanografiadas en trozos de papel que plasman las páginas del libro. Asimismo, los textos se hacen acompañar de ilustraciones de Zsu Szkurka, una dibujante húngara que previamente ya ha compartido la autoría de otro libro al lado del autor. Las imágenes son crudas, de ese estilo que encontramos en las películas de terror en las que un niño puede ver cosas que los adultos no.

De nuevo, no es un libro para el lector común, no puedo decir que lo disfruté. Si bien Bellatin es reconocido por su estilo experimental de escritura, en este caso no puedo imaginar a alguien a quien le pudiera resultar del todo agradable su lectura. Qué se yo, tal vez mi propio gusto lector no es tan exquisito como quisiera imaginar.

Been there, read that (CCXXIX)

La historia del mundo en 50 perros

Aut. Lee Mackenzi

Si hay algo que me ayuda a combatir la depresión (no diagnosticada, sólo figurada, creo) son los videos, memes y páginas de redes sociales de «perritos haciendo cosas», a eso hay que sumarle mi colección de stickers caninos que utilizo a diestra y siniestra en mis mensajes instantáneos del día a día. Desde que tengo uso de razón, he amado a los perros y no es sorpresa que después de 7 años de haberme despedido de mi compañera, la Buffy, aún me vea sin superar su fallecimiento, todavía tengo la costumbre de buscarla al llegar a casa de mis padres y a veces creo escuchar sus uñitas contra el azulejo del piso por las tardes.

Con tales antecedentes, fue imposible resistirse al libro de Lee Mackenzi, más aún si tomamos en cuenta que los libros en ediciones ilustradas bonitas también son mi debilidad. Por supuesto que puse en modo de espera lo que fuera que estuviese leyendo en ese momento, para adentrarme en el mundo de las historia del mundo contada a través de 50 perros.

En este punto debo advertir algo, no es un libro para quienes buscan la más extraordinaria precisión histórica ni para aquellos que son quisquillosos con los detalles de las hazañas aquí contadas. Es más, hay momentos en los que la participación del perro en el hecho histórico narrado no es más que circunstancial y, en ocasiones, no pasa de ser una simple especulación; por ejemplo, decir que, como Isaac Newton tuvo un perro que en sus ansias de pasear lo obligó a llevarlo al campo donde el físico se sentó junto a un árbol del cuál la legendaria manzana se desprendió, implica que ese perro es el verdadero autor de las ley de gravitación universal. Por supuesto que no se puede comprobar, pero por supuesto que nos gustaría imaginarlo de ese modo.

Perros en la gran Tenochtitlan, perros en la conquista española, perros en la primera y segunda guerra mundial, perros en revoluciones, perros en la redacción de tratados y leyes, perros testigos, perros en el espacio, perros exploradores, perros heroicos, perros villanos, perros en la cultura, perros en todas partes. De eso trata la obra junto con bellísimas ilustraciones de Petra Eriksson que le dan una muy amena lectura llena de curiosidades y detalles que hasta los más amantes de la historia universal podrían dar por desconocidos.

El lenguaje casual y relajado de la autora junto con una gran capacidad de síntesis para explicar sucesos complejos en pocas palabras, hacen que esta sea una obra que puede ser apreciada por personas de todas las edades. Disfrutable, entrañable y sumamente amigable es este tomo que no hace más que hablar de «lomos» (intento de rima a propósito).

Cuando nos peleábamos

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Cuando nos peleábamos, combatíamos durante horas y nuestros padres no iban a salvarnos. Supongo que como fingíamos ser muy duros y nunca pedíamos clemencia, esperaban que alguna vez lo hiciéramos. Pero no podíamos hacerlo porque detestábamos a nuestros padres, y como los odiábamos ellos nos odiaban otro tanto, y salían a los porches y nos miraban con indiferencia mientras estábamos enredados en una terrible e interminable pelea. Bostezaban y recogían del suelo algún volante publicitario y se metían de nuevo en la casa.

Yo peleaba contra un tipo que después llegó a un puesto muy alto en la Marina de los Estados Unidos. Un día peleé con él desde las ocho y media de la mañana hasta la puesta de sol. Nadie nos detuvo a pesar de que estábamos bien a la vista, en su jardín delantero, bajo dos enormes pimenteros desde donde los gorriones nos cagaron todo el día.

Fue una lucha implacable, a muerte. Él era más grande, un poco mayor que yo y más pesado, pero yo estaba más loco. Paramos de común acuerdo: no sé cómo funciona eso, hay que experimentarlo para entenderlo, pero después de que dos personas se pegan durante ocho o nueve horas, surge una extraña especie de hermandad.

– Charles Bukowski en Bop, bop, contra aquel telón.

Been there, read that (CCV)

Tráeme tu amor y otros relatos

Aut. Charles Bukowski / Ilust. Robert Crumb

Traeme-tu-amor-y-otros-relatosConservo todos los libros que leo, es algo así como una colección que algún día pasará a ser herencia para quienes vengan detrás. No me gusta para nada la onda de hacer intercambio de libros, no hay nada como ir a las librerías o a las ferias del libro y tomarte el tiempo de dejarte sorprender en el estante de novedades o de descubrir a un nuevo amigo entre los botaderos.

Así como no me gusta intercambiar libros y prefiero conservar los que he leído a través de mi vida, me gusta a veces regalárselos a personas que sé que los apreciarán, eso sí que no me duele. De tal modo, el único motivo por el que compraría un libro que ya leí es porque lo regalé a alguien más, porque encontré una edición más antigua (o cercana a la primera) o porque a alguien se le ocurrió realizar una versión ilustrada que enriquece aún más a la obra original.

Precisamente, esta versión de Tráeme tu amor es una de esas excelentes combinaciones escritor/ilustrador, en este caso, entre Charles Bukowski y Robert Crumb. Ahora bien, hay que aclarar que no es algo realmente novedoso ya que tanto los relatos como las ilustraciones fueron realizadas hace más de 40 años. Más bien, se trata de estas bellas ediciones que la editorial Libros del Zorro Rojo se encarga de hacer (también tengo versiones ilustradas de esta misma editorial de Las montañas de la locura de Lovecraft, Frankenstein de Mary Shelley y un cuento para niños de un oso que vive en las tuberías de una casa).

Tráeme tu amor incluye tres relatos: el que brinda su título al nombre del libro (1983), «No funciona el negocio» (1984), y «Bop, bop, contra aquel telón» (1975). Las tres forman parte de una excelente representación de la escritura del buen Charles que, ahora que conozco un poco más de la obra de Robert Crumb, no podía estar mejor acompañada.

A la obra en general de Robert Crumb se le ha tachado de pornográfica, misógina y degradante, y es eso lo que precisamente se encuentra entre las líneas escritas por Hank. De alguna manera, lo crudo, lo desolador y lo sucio de las letras del escritor se acopla de forma natural a los dibujos del ilustrador.

Advierto que no es una literatura agradable. No es para todos el tipo de narraciones donde los personajes comunes y corrientes se enfrentan a la desolación de una recesión económica, de la falta de oportunidades y motivaciones, o del deseo de mejorar en la vida en general. Mucho menos será del agrado de muchos el trato que se le da a la figura femenina ni al detalle que se brinda a los detalles «cochinos».

Lectores de Bukowski, bienvenidos. Lectores en general, por supuesto que lo están pero avancen bajo su propio riesgo.

Been there, read that (CXLIII)

Historias de Cronopios y de Famas (Ilustrado/Alfaguara)

Aut. Julio Cortázar

Ilust. Elenio Pico

tapa - historia de cronopios 2014 OK.inddUn clásico entre los clásicos de la literatura latinoamericana. No hace falta decir demasiado sobre la obra, ya hace algunos ayeres tuve la oportunidad de escribir una breve reseña de mis impresiones cuando la leí por primera vez.

Lo nuevo radica en dos aspectos. Primero, las ilustraciones del Sr. Pico, que se figuran totalmente adecuadas, alegres y curiosas, tal y como las historias del autor argentino se desenvuelven. Uno se acostumbra a la idea que surgió en la mente del ilustrador y fácilmente traslada cada situación a su respectiva ilustración. Segundo, la inclusión de tres cuentos que no se incluyeron en la edición original: «Vialidad», «Almuerzos» y «Never stop the press», que, como se imaginarán, aportan una gran palada de arena al disparatado mundo de los cronopios, famas y esperanzas.

Para quien ya disfrutó las historias originales, siempre será un plus las historias nuevas junto con las imágenes, verificar si lo imaginado coincido con un punto de vista nuevo. Para quien nunca las leyó, es la mejor oportunidad de hacerlo.

Been there, read that (CXXXI)

El curioso incidente del perro a medianoche

Aut. Mark Haddon

001Es verdad que debería estar leyendo algunas obras de política, economía y gobierno, requiero de buenas ideas e influencias para el desarrollo de mi protocolo de investigación para el doctorado. Sin embargo, fue casi imposible resistirme al libro cuando, al hojearlo, lo encontré lleno de dibujitos e ilustraciones curiosas. Suena tonto, lo sé, pero ha resultado bastante entretenido y ameno.

Christopher es el protagonista de la historia, un niño que presenta un cuadro de (lo que yo consideraría) autismo. Vive con su padre y escribe el mismo libro que vamos leyendo. En este libro, él decide relatar sus esfuerzos por hacerla de detective y resolver el misterio del asesinato del perro de su vecina, la Señora Shears. Debido a su condición, el héroe nos narra de una forma muy particular su propia percepción del mundo y de la forma de actuar de las personas.

Pronto descubrirá que la muerte del perro obedece a factores que se mostraban ocultos y que tienen una relación muy fuerte con la supuesta muerte de su madre años atrás. Christopher es fanático de las matemáticas y a lo largo del libro relaciona gran parte de sus aventuras con problemas matemáticos famosos en el medio de las ciencias. Del mismo modo, los capítulos siguen un orden de números primos.

El protagonista no logra explicarse la forma en que las personas «normales» pensamos, encuentra muchos defectos en nuestra forma de actuar y cómo nos llenamos de pensamientos basura que sólo ocupan espacio en nuestra memoria sin ningún objetivo específico. Al ser un libro narrado por el mismo niño, se incluyen esquemas, dibujos e ilustraciones que demuestran el punto de vista narrado en ciertos momentos.

Es un libro agradable, el desorden mental del pequeño puede llegar a provocar desesperación, la misma que su madre siente por él y que la motiva a alejarse de su vida. A pesar de esto, es una obra que nos brinda un punto de vista diferente sobre las concepciones que tenemos del quehacer diario.