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Archive for marzo 2010

El circo de las mariposas

Hace un par de semanas, platicaba con una de esas amigas que pocas veces puedes hallar en lugares como un chat. Me preguntó si me agradaban los cortometrajes, a lo que respondí afirmativamente. De inmediato me pasó un par de enlaces a la poderosa maquinaria de videos llamada YouTube.

Tras observar un par de historias cortas (muy buenas por cierto), terminé por abrir una que respondía a una historia tan conmovedora y real, que hizo brotar las lágrimas de ee escritor; su título, El Circo de las Mariposas.

No comentaré más; lo cierto, es que no necesito ponerme a calificar o argumentar puntos a favor o en contra. A continuación lo dejo, tan sólo advirtiendo que serán 20 minutos que no serán dados por perdidos y con una enseñanza humanitaria excepcional. Espero les guste.

Nota: Me dijeron que me parezco al dueño del circo, ¿será?

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Been there, read that (III)

Amos de la Guerra

1939 – 1945 El Corazón del Conflicto

Aut. Simon Berthon

 La Segunda Guerra Mundial, un acontecimiento en la historia que dio, da y dará mucho de que hablar; para algunos, también un lugar. Un lugar en el que los ejércitos de los que alguna vez fueron los más grandes se enfrentaron a gran escala y por última vez.

Federico Barbarossa, Napoleón Bonaparte, William el Conquistador, Genghis Kahn, entre otros, se hicieron vigentes una vez más en sus representantes más recientes: Adolf Hitler, Franklin Delanor Rosevelt, Winston Churchill y Joseph Stalin, no respectivamente hay que aclarar. Todos y cada uno de ellos, líderes de las naciones más poderosas que el mundo tuvo a su conocer.

Pero, ¿es acaso la guerra un simple juego de soldados disparando y aviones bombardeando? ¿Son esos acontecimientos, donde «x» quiere más territorio y lucha para quitárselo a «y» o cuando «x» se siente ofendido o fueron ofendidos sus amigos y decide golpear a «y», los únicos detonantes de conflictos que se llevan miles, y en el peor de los casos, millones de vidas? ¿Qué se encuentra en el transfondo de un conflicto llamado mundial? ¿Ganan los soldados, ganan las naciones o ganan las personas? Ninguna de las anteriores, ganan las ideas.

Ideas digo, encarnadas en cuatro personas; cuatro mentes que tuvieron el destino del mundo en sus manos y que, de una u otra forma, alteraron la concepción del mismo para siempre.

Como en toda lucha, encontramos alianzas, enemistades, amistades, traiciones, ambiciones. El mundo estuvo en sus manos: un pacto germano-soviético de no agresión en el que, lamentablemente, la ideología nacional socialista gana y se rompe, emprendiendo una guerra ideológica en contra del bolchevismo. Un imperialismo británico se alía con la democracia por excelencia (sic), le tienen miedo a un sólo nombre: Hitler.

 

Imperialismo, democracia, nacional socialismo y totalitarismos se enfrentan; al final, sólo uno podría quedar en pie, a pesar de las alianzas. El eje, los aliados; pero, ¿qué tan aliados? Vemos, desde arriba, ejércitos avanzando desde las costas de Normandía rumbo al oriente; desde las ruinas de Stalingrado rumbo a occidente y, al final, a todos bailando en las calles de Berlin. Ganamos la guerra, ¿ganamos?

Roosevelt muere un 12 de abril, sus últimos pensamientos creen que la Unión Soviética es la nación que apoyará a los Estados Unidos para crear un nuevo orden democrático mundial, triste mentira que creyó hasta el final. Churchill pierde las siguentes elecciones y el mundo lo olvida rapidamente; su tan preciado amigo americano nunca lo tomó en cuenta en los momentos decisivos de la guerra; él, nunca confió en Stalin, tenía miedo de que se apoderara de todo cuanto los rojos pisaran, no pudo tener más razón en temer.

Hitler se pegó un tiro un par de semanas después; solitario, con ejércitos imaginarios que lo podrían llegar a salvar, dejo ver en su testamento el peligro que acechaba al mundo tan pronto Alemania terminara de caer; ¿a qué se refería al final?

Pero ¿quién fue el vencedor?, un hombre que se ocultó bajo el miedo que las naciones tenían hacia el líder Alemán; que ocultó una mezcla de crueldad, paranoia, ideología y codicia de poder, tal vez más grande que la del mismo Führer.

Joseph Stalin, que supo apartar las ideas del británico; que supo decirle al americano lo que quería escuchar y al que podía disculparse de romper acuerdos, sabiendo que el perdón sería automático; y que, sobre todo, inició una guerra fría, poco tiempo después, que se prolongaría por casi 50 años.

Al final, un duelo psicológico fue el que cambió el mundo. Para bien o para mal, es algo que no se puede afirmar. La historia es de quien la escribe, la escriben los que ganan las batallas. Quienes ganan son los buenos, y los malos perecen. Los nazis se extinguieron, genocidas que asesinaron millones de judíos y por tal motivo, son juzgados.

¿Qué fue de los millones de polacos asesinados por soviéticos? ¿Qué ha sido de los millones que han muerto por luchar en contra de la democracia de Estados Unidos en el Oriente Medio y otro tantos lugares? ¿Qué fue de los que murieron ante los  británicos en la África subdesarrollada? ¿Recuerdan una pequeña explosión atómica en un lugar llamado Hiroshima?

¿Qué será de nosotros cuando el agua se acabe y no exista una gota de petróleo?

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