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Archive for enero 2023

¿Acaso no soy una mujer?

Queridos hijos e hijas, cuando el río suena, piedras trae. Creo que si los negros del sur y las mujeres del norte hablan de derechos, el hombre blanco no tardará en estar en aprietos. Pero, ¿de qué estamos hablando? Ese hombre de ahí dice que las mujeres necesitan ayuda para subir a los carruajes y para sortear las zanjas, y que siempre les ceden el mejor asiento en todos sitios, pero a mí nunca me ha ayudado nadie a subir a un carruaje ni a saltar un charco de barro, ni tampoco me han ofrecido el mejor asiento. ¿Acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado y cultivado, y he recolectado todo en el granero, y lo he hecho mejor que ningún hombre. ¿Y acaso no soy una mujer? Puedo trabajar y comer tanto como un hombre (cuando consigo comida). ¡Y aguantar latigazos también! ¿Acaso no soy una mujer? He llevado trece hijos en mi vientre y he visto cómo todos ellos han sido vendidos como esclavos, y cuando lloré con el dolor de una madre, solo Jesús me escuchó. ¿Acaso no soy una mujer?

– Sojourner Truth

Been there, read that (CCLX)

Chin Chin el teporocho

Aut. Armando Ramírez

En redes sociales acostumbro seguir librerías de segunda mano; al igual que los botaderos, son una fuente inagotable de joyas de la literatura. La mayoría de veces, los dueños de estas joyas bien saben el valor de lo que tienen; en otras muy contadas ocasiones, te encuentras verdaderos tesoros que se venden a precios absurdamente bajos (así me pasó con la mayor parte de la obra de Juan Hernández Luna). En una de esas redes, llamó mi atención un libro que por la portada y el título me recordó al clásico amigo que se la vive ahogado en la bebida, y tenía ganas de conseguirlo porque de alguna manera y sin ninguna evidencia previa, me imaginé que el contenido resultaría chusco y con buenas frases para repetir en las reuniones etílicas de cada fin de semana. El título en cuestión sería Chin chin, y mostraba en la portada el rostro de lo que cualquiera señalaría como un mariguano genérico.

Ahora bien, curioso fue el hecho de que antes de que me decidiera a gastar lo que pedían en dicha librería de segunda mano, se llevó a cabo una feria del libro en mi ciudad natal y fue ahí donde terminé adquiriendo una edición mucho más actual que aquella que originalmente me planteé comprar. Lamentablemente, la nueva edición no muestra una portada acorde al título, detalle que dejé pasar porque esta versión costó menos de la tercera parte de lo que pedían por la edición antigua. Más tarde me di cuenta de que, si bien imaginaba que la novela era vieja, jamás pasó por mi mente que fuera tan vieja hasta que mi papá vio el libro sobre la mesa y me dijo que lo había leído cuando él era más joven que yo. Bastó googlear el libro para saber que esa edición que llegué a encontrar era de 1972 y que se hizo una película de la misma en 1975 (bastante decente debo admitir).

Definitivamente, fue una de las mejores ideas el hacer esta lectura justo después de Falsa liebre de Fernanda Melchor por los múltiples paralelismos de lo que se narra y lo que encontramos entre líneas: pobreza, desigualdad, historias trágicas. Mientras que la autora nos narra en tercera persona desde los barrios bajos de la costa, aquí, el teporocho nos narra en primera persona su historia previa, su vida anterior como Rogelio, un muchacho de los barrios de Tepito que convive con alcohólicos, prostitutas, policías, vendedores de droga y gente de clase trabajadora. Todo ese tejido social que entre semana busca los medios de subsistencia mientras que el fin de semana se dedica a soñar y a buscar todo aquello que le ayude a olvidar.

De cómo las falsas amistades pueden ser costosas, de las relaciones a la antigüita donde bastaban 5 minutos tomados de la mano para sentirse obligado a contraer un matrimonio, de saberse el acaudalado de la colonia sólo por ser el dueño de la tiendita, de la violencia intrafamiliar, de los bailes y las borracheras, de las traiciones y de la homosexualidad catalogada como una enfermedad. Lo bello de estas narraciones es la esencia de una sociedad capturada en un momento preciso del tiempo y que queda encapsulado entre las letras del autor.

Pienso que este tipo de obras son indispensables no sólo en el tema de la literatura sino en el de la antropología de un país, son retratos sumamente detallados del entramado social de la época y muestran claramente diversos aspectos de la sociedad: el laboral, el del esparcimiento, el económico, el de las relaciones humanas, entre otros. Junto con textos como los de Emilio Ruvalcaba o José Emilio Pacheco, son lecturas obligadas que nos ayudan a entender quiénes fuimos y qué tanto hemos avanzado. O también puedes tomarlo como una novela más que resulta bastante agradable aunque el lenguaje por momentos pueda cansarte.

Been there, read that (CCLIX)

Falsa liebre

Aut. Fernanda Melchor

Fernanda Melchor es una escritora maravillosa, no importa lo crudo, lo indignante, y lo sucio que sea lo que narre, no puedes dejar de encontrar belleza en su escritura. Tuve la suerte de leer Temporada de huracanes, justo cuando lo colocaban por primera vez en las estanterías de novedades y, cuando terminamos de leerlo, tanto mi papá como un servidor no pudimos hacer otra cosa más que esperar el siguiente libro. La sensación de la lectura no atenuó ni un poco con Páradais, por el contrario, nació la necesidad de leer más de Melchor. Nos encontramos entonces Aquí no es Miami, y no sólo era la narración, sino la forma en que, siendo veracruzanos, nos identificamos de inmediato con los eventos descritos y las escabrosas pero bellas leyendas urbanas propias del puerto.

Curioso fue, que por más que busqué, no encontré un sólo ejemplar de su primer libro, Falsa Liebre, y los que se encontraban a la venta, rebasaban por mucho el costo de un libro tradicional; como el primer libro de un verdadero autor consagrado. Por fortuna, la editorial Random House, escuchó mi ruego (y probablemente, de muchos lectores más) y publicaron en 2022 una nueva edición que un compañero de entrenamientos me regaló en mi cumpleaños. Más regalos así. Por supuesto que suspendí todas las lecturas del momento para entrar una vez más a los relatos urbanos/jarochos de esta gran escritora.

Nuevamente nos encontramos en la zona más pobre de la ciudad, donde dos «hermanos» conviven con una tía maltratadora que orilla a uno de ellos a huir a la casa de un hombre que lo aprisiona y lo mantiene sólo para satisfacer su deseo erótico. Por otro lado, dos personajes que bien identificaremos como los chavos del barrio, se dirigen a una fiesta que promete un poco de satisfacción y placer que no encuentran en su existencia rutinaria. Todos ellos verán entrecruzados sus destinos en un desenlace por demás trágico y sangriento.

Como siempre, lo crudo, lo sucio, lo bajo, hará acto de presencia en una narrativa difícil de dejar de lado. La sucesión de eventos provoca un ansia que sólo se satisface al leer otra página, y otra, y otra más. No importa si no conocías a Fernanda Melchor, no importa si ya la traías en la mente, cada una de sus novelas es una lectura obligada. Una de las grandes plumas de esta generación.

Been there, read that (CCLVIII)

Tejer la obscuridad

Aut. Emiliano Monge

Hay algo en los futuros apocalípticos que siempre ha llamado mi atención: esa capacidad que tenemos de imaginar los peores escenarios posibles, llevarlos a la realidad y entonces reflexionar en torno al qué fue lo que pudo detonar tanta destrucción y desolación, cuál fue el punto de no retorno en el que todavía pudimos hacer algo para revertir la situación, y, finalmente, cómo nos las arreglaríamos para sobrevivir en ese escenario condenado. De igual manera, la forma en que un mundo derruido sirve para tantas metáforas y tantos mensajes escondidos entre líneas sobre lo que otros han sufrido en determinados momentos de su existencia. Todo esto es Tejer la obscuridad de Emiliano Monge.

En un principio, imaginé que este libro se asemejaría mucho a Las tierras arrasadas en el que se retomaría un tema duro como lo es el narcotráfico y la trata de personas, o que se abordaría un tema similar como lo es en este caso la migración, en un escenario similar y actual. No pude estar más equivocado pues, si bien se repite este estilo de combinar la narración con fragmentos de alguna obra clásica referencial (en el libro anterior se incluían fragmentos de La divina comedia y ahora éstos pertenecen al Chilam Balam), en este nuevo libro nos encontramos con una narración que surge de dos fuentes: la de lo que viven en determinado momento cada uno de los personajes que forman parte de una tribu que escapa de un enemigo incompletamente descrito, y la de lo que se escribe en un libro sagrado conforme los escribientes buscan tener un registro de la sabiduría y nueva vida del grupo.

El enemigo es de un tipo de «duplicadores», que asedian un orfanato en busca de los últimos sobrevivientes de la civilización conocida, es el año 2029, los asediados comienzan una suerte de viacrucis hacia la tierra prometida en un lugar más allá de donde los mares dejaron de existir para dar paso a un árido paisaje de destrucción. Mientras tratan de alejarse del enemigo, éste comienza a perder fuerza y en algún momento los cazadores son convertidos en presas; entonces, el antagonista resurge al interior del grupo de protagonistas que comienzan a tener conflictos una vez que la tierra prometida no es lo que esperaban. Los jóvenes se enemistarán de los viejos y comenzará un ciclo que sólo se verá interrumpido en el desenlace.

La cronología de la historia se lleva a cabo no por fechas u horas, sino por las coordenadas en las que se hará el registro de cada suceso importante del gran viaje. El mismo libro contiene un mapa en el cuál se puede seguir coordenada tras coordenada el avance de la historia hasta su punto cumbre. Debo advertir que no es una narración ligera, no es el tipo de libro para lectura ocasional. Como una de esas series televisivas que se muestran complejas, en más de una ocasión se requerirá el regresar las páginas para terminar de comprender qué es lo que está pasando o quién es tal o cuál personaje. Tengo entendido que el libro es una continuación involuntaria de la obra anterior, pero no por eso es necesario haberla leído para disfrutarlo. Eso sí, no recomendaría esta novela como aquella con la que se aborde la obra de Monge por primera ocasión.

2022: Un año de lecturas

Qué puedo decir del año que se fue, estuvo lleno de oportunidades que no se concretaron o que perdí por causa de terceros. La enfermedad se presentó muy fuerte en mi familia y definitivamente no cerré el año en un estado físico óptimo, ya sea por una fractura, ya sea por algunas pérdidas materiales.

A pesar de todo, leí mucho más de lo que esperaba; aprendí a apreciar los libros electrónicos pues me dan la oportunidad de entrenar y leerlos al mismo tiempo. Se me atravesaron verdaderas joyas que llevaban años en el librero de los pendientes y no hubo una sola lectura que no haya disfrutado.

Comienzo el 2023 en un estado de rehabilitación tanto física como mental. Ojalá que las oportunidades de este nuevo periodo dependan únicamente de mí. Y espero repetir e incluso mejorar esta nueva vara de 36. Lo mejor está por venir.

Been there, read that (CCLVII)

Lealtad al fantasma

Aut. Enrique Serna

¿Tenemos las riendas de nuestro propio destino o le confiamos el control de nuestra vida a fuerzas que rebasan nuestro entendimiento? ¿Cómo denotar a estas fuerzas cuya comprensión escapa a nuestro raciocinio y que son más fuertes que él? Este es el meollo del asunto en Lealtad al fantasma, el libro más reciente de Enrique Serna, compuesto de 7 cuentos que, en efecto, colocan a los más verosímiles personajes en puntos de quiebre en su existencia.

Un maestro que se ve ahogado ante la pasión que surge entre él y su alumna, la más destacada, cuya vida perfectamente ordenada se encuentra tambaleante luego de las trampas que la estudiante le pone y en las que él cae redondito; «sí deseo lo que deseas, pero déjate puesto tu anillo de bodas». Un hombre que ve literalmente cortada su hombría luego de que una operación de rutina se decante en la desesperación de la poca respuesta sexual después de que el cirujano le «meta cuchillo» aprovechando su inconciencia; pero, ¿es que realmente su impotencia se deba a los efectos secundarios de un procedimiento quirúrgico normal, o es que el cirujano lo hizo a propósito?, es la cuestión cuando el hombre comience a sospechar de una relación entre el médico y su mujer.

Qué tal la historia de la «abuela en brama», una mujer mayor que se enamora de un poeta mucho más joven que ella y al que llevarlo a las reuniones familiares resulta en la peor de las decisiones. Para quienes estén familiarizados con la pluma de Serna, no habrá sorpresas, sólo el goce que provoca la desgracia de los protagonistas de sus historias. Después de leer los primeros relatos, de inmediato acudirá el recuerdo de La ternura caníbal y esos epílogos tristes, vacíos y con un dejo de desesperanza.

En lo personal, Lealtad al fantasma resultó sumamente agradable y bastante adictivo. Si bien su lectura no rebasó el par de días, para alguien iniciado en los textos del otrora colaborador de Letras Libres, su lectura puede ser un poco más lenta. Creo que todo depende de qué tanto disfrutes de la poca fortuna que sufrirán los personajes: ¿prefieres que todo termine rápido o te gusta que el dolor se suscite lenta y pausadamente?