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Posts Tagged ‘Inglaterra’

Been there, read that (CCCXXVI)

La naranja mecánica

Aut. Anthony Burgess

Últimamente, le he agarrado el gusto a leer los libros sobre los que están basadas algunas de mis películas favoritas; cuando éstas últimas están bien adaptadas, esta acción se convierte en una entretenida investigación sobre qué le llamó la atención al director y cuáles fueron los detalles que decidió pasar por alto. Así, te puedes hacer un idea bastante nítida sobre cuáles son las intenciones de un filme, qué es lo que otra persona puede apreciar a diferencia tuya y en qué coinciden ambos como partes fundamentales de una obra.

Tenía bastante rato, por no decir años, con el libro de Anthony Burgess en la fila de espera, me lo regaló un alumno por ahí de 2014 o 2015 (la verdad es que me lo prestó pero nunca se lo devolví) y, lo cierto, es que lo relegué a un momento idóneo que llegó con mi adaptación a la lectura digital. Pero ahora sí, lo único de lo que puedo quejarme es de no haberlo leído antes porque cambió totalmente la forma en que he disfrutado la película a partir de su lectura.

Está de más hablar de la trama porque esa no cambia: Alex y sus drugos cometen sus fechorías abrigados por la noche y la complicidad de ciertos personajes que, de hecho, no aparecen en la película; un día, uno de los asaltos se sale de control y provoca que el líder, traicionado por sus compinches después de ciertos desacuerdos, termine en la cárcel donde será candidato para la aplicación de una terapia que nulificará su capacidad de elección toda vez que la violencia se haga presente. Dicha terapia de condicionamiento provocará que Alex termine en el hospital para finalmente recibir un indulto por parte del Estado.

Ahora bien, ¿qué cambia en el libro? Básicamente, el final. Tal y como el autor lo atestigua en el prólogo, tanto la primera edición americana del libro como su adaptación cinematográfica decidieron omitir el capítulo final de la obra: Burgess creó un desenlace en el que Alex madura y renuncia a su vida delictiva, mostrando un cambio genuino en su carácter. Sin embargo, esta parte fue eliminada en la edición estadounidense, dejando una conclusión más ambigua y abierta a interpretaciones. De este modo, cuando en la película vemos a Alex estrechando la mano del ministro ante una multitud de reporteros y nos preguntamos qué pasó después, la respuesta es que el protagonista vuelve a las andadas con un nuevo grupo de drugos, para al final tener un momento de lucidez en el que se da cuenta que ya no disfruta de aquello que en un principio le proporcionaba el placer; básicamente, Alex decide que ya no es un niño y que es momento de pensar en tener hijos y seguir el ciclo de la vida.

Por otro lado, hay otros detalles que saltan rápidamente durante la lectura de la novela: el tema Singing in the rain no es parte de la obra original, Alex no la canta en ningún momento; en la cárcel, el motivo por el cuál Alex es elegido para la terapia Ludovico es que le echan la culpa del asesinato de otro prisionero que muere debido a una golpiza que le propinan en forma grupal; la película se centra mucho más en la ultraviolencia mientras que el libro, por otro lado, se centra en las reflexiones de Alex y no describe gran parte de los actos violentos que observamos en la película.

Así, La naranja mecánica de Burgess se establece como una lectura obligada para los fanáticos de la película de culto protagonizada por Malcolm McDowell, pues ata varios de los cabos sueltos dejados por el filme y nos proporciona un cierre definitivo a las correrías de Alex Delarge. Finalmente, el vocabulario Nadsat utilizado por el protagonista hace que la lectura se vuelva sumamente entretenida toda vez que tendremos que estarnos moviendo entre el glosario y la página en la que nos encontremos. Estamos ante una novela distópica, divertida, con grandes reflexiones y de gran calidad que todos deberíamos de darnos la oportunidad de disfrutar.

Been there, read that (CCLXXXVIII)

Utopía

Aut. Tomás Moro

Ésta será una entrada relativamente corta, no tiene mucho sentido dedicarle una gran extensión a aquello que por siglos se ha analizado y citado para efectos de filosofía, política y literatura. Mucho se ha hablado de la obra insignia de Tomás Moro, desde su forma de sentar bases para el desarrollo de un tipo de literatura que imagina sociedades ideales; pasando por proporcionar una visión satírica de la sociedad europea del siglo XVI, abogando por la igualdad, la justicia y la tolerancia religiosa; hasta influenciar en el pensamiento político, especialmente en las discusiones sobre gobierno, propiedad y justicia.

En el libro, un viajero les describe esta sociedad «perfecta» a un grupo de interlocutores que lo escuchan atentamente. En su narración, el viajero aborda diversos puntos. En Utopía, la sociedad está organizada de manera que todos los ciudadanos tienen igualdad en términos de propiedad y recursos. No hay propiedad privada, y la comunidad comparte los bienes de manera justa. Los habitantes de Utopía participan en el trabajo agrícola y manual de manera equitativa. La educación es altamente valorada, y todos los ciudadanos reciben una educación integral.

La religión en esta ciudad ideal es tolerante y no dogmática. Los utopianos adoran a un dios único, pero son abiertos a la diversidad de creencias. La intolerancia religiosa es condenada. Utopía está gobernada por sabios llamados «adenianos». El gobierno es centralizado pero democrático. Los líderes son elegidos por el pueblo y sirven por un período limitado.

Utopía es una obra que invita a la reflexión y el debate sobre cuestiones sociales y políticas. A lo largo de los siglos, ha sido interpretada de diversas maneras y ha influido en el pensamiento utópico y en la literatura política. Es una obra clásica de carácter obligatorio para todos.

Been there, read that (CCLI)

Beren y Lúthien

Aut. J. R. R. Tolkien

Lo he dicho en más de una ocasión, «si está dentro de las capacidades del lector, los libros se leen en su idioma original»; irónicamente, esta fue la primera ocasión en la que me arrepentí de haberlo profesado. Lo más curioso del caso es que, después de haber elegido comprar la versión en inglés para mi primer libro de Tolkien, justo miré un Tiktok de un exalumno que hacía mofa de aquellos que precisamente deciden leer a Tolkien en inglés. Me dije, no puede estar tan perro, y me aventuré.

Seré honesto, tuve que dejar la lectura en más de una ocasión para regresar a leer más tarde (y después de leer otras cosas) porque me terminaba doliendo la cabeza entre la prosa tan elaborada y el tener que ir al glosario cada dos o tres líneas debido a las palabras creadas por el autor. Al final, tuve que comprar el libro por segunda ocasión, ahora en español, pues la experiencia de la lectura dejó de ser placentera. Lo sé, he fracasado en temas de congruencia, pero qué más da.

Si bien nunca me animé a leer lo que ya había visto en películas, siendo el romántico empedernido que soy, no pude contener la curiosidad que me provocaba el origen de esos dos nombres que se encuentran grabados en la lápida que adorna el lugar de reposo de John Ronald y su esposa, Edith. Beren y Lúthien Tinuviel, nombres de un hombre y una elfa, retratados como una historia de amor como pocas, inspirada precisamente en el amor que el autor sentía por su esposa. Si han visto la película biográfica Tolkien, tendrán todavía más motivación para entender.

Beren y Lúthien es una leyenda a la que se hace referencia en múltiples fragmentos de la obra de J. R. R. y que, de acuerdo a su hijo y editor del libro, Christopher Tolkien, se compone de miles de manuscritos entre los cuales destacan un sinfín de versiones de la misma historia. De ahí que el presente libro se componga de esas múltiples versiones que incluyen finales variantes y mecanismos de escritura distintos. Por supuesto, gran parte de la leyenda permanece mientras que la inclusión o ausencia de ciertos personajes y cambios en ciertas etapas de las vidas de los protagonistas, le da tonos de los más variados a cada una de las versiones que encontraremos entre las páginas.

Así, tendremos la versión en forma de cuento aislado; la historia contada a través de las palabras de los descendientes de la pareja; la versión que se cuenta como parte de la obra de La Caída de Gondolin; la versión en forma de poema; la versión épica que se enfoca más en la historia previa de Beren antes de conocerla a ella, entre otras. Entre cada historia, el editor dará cuenta de las dificultades de armar una sola narrativa que se reparte en fragmentos que se encuentran por aquí y por allá, y que supuso un esfuerzo titánico de edición.

Al final, quedaremos prendados de los sacrificios de un hombre al que se le encarga robar un Silmaril a cambio de ser digno de la mano de la hija del rey Thingol. Beren quedará atrapado en el castillo de Morgoth y será rescatado por su amada que se verá ayudada por Huan, el sabueso de Valinor. El desenlace es distinto de acuerdo a la versión que se lea, unos querremos quedarnos con la versión trágica y otros disfrutaremos de aquella en el que su amor conmueve al mismísimo Mandos, que decide volverlos a la vida para tener el amor más grande que mortales e inmortales hayan conocido jamás.

En definitiva, una belleza de historia que no sólo los romántico disfrutarán, sino también aquellos que en medio de una borrachera, gustan de poner en YouTube la cabalgata de los Rohirrim porque no pueden evitar que la piel se les ponga chinita. Eso sí, a menos que su nivel de inglés sea casi nativo, no recomiendo su abordaje en el idioma original (por única ocasión). Y, por cierto, las ilustraciones de Alan Lee que acompañan al texto, son una joya.

Been there, read that (CCXLIX)

Rey Mono,Versión de Arthur Waley

Aut. Wu Ch’êng-ên

Sólo un verdadero fanático de Dragon Ball, pero uno de hueso colorado, recordará que, en aquellos años mozos en los que no había de otra más que consumir lo que Canal 5 ofrecía, se podía leer en pantalla unas pequeñas letras justo cuando sonaba la canción de Bulma (¡romance te puedo dar!) que decían, «basado en la leyenda del rey mono, adaptación por Akira Toriyama». Por supuesto que soy ese tipo de fanático que no ha dejado de seguir a Gokú y compañía desde que andaba en la primaria, y por supuesto que me volví loco cuando encontré esta edición de libro que me dispuse a adquirir en cuanto la vi.

En esta versión del orientalista inglés, Arthur Waley, podremos encontrar la historia completa escrita a modo de prosa heroica: desde el origen del gran mono, que en un principio fue moldeado en piedra, pasando por sus fechorías al engañar a varios miembros de la corte del emperador, hasta su aprisionamiento, seguido por la redención al acompañar al monje Tripitraka en busca de unas sagradas escrituras.

Es alrededor de este viaje épico en busca de las escrituras de Buda que girará la mayor parte del libro. Es aquí también donde nos veremos envueltos en situaciones que, repito, para los fanáticos de aquel ánime que mencioné, se harán sumamente familiares: un cerdo cambiaformas que secuestra a la hija de un campesino; un mono que viaja sobre las nubes y que recibe un báculo que puede hacer crecer o encogerse a voluntad; peleas que duran horas en contra de dragones y taoístas violentos; hasta una tortuga que les ayuda a atravesar un río traicionero. Ya saben de lo que hablo.

Sin embargo, no hay que malinterpretar. Aquí no estamos viendo a Gokú y compañía; por el contrario, estaremos avanzando en la historia original de la cuál se originaron esos personajes y, por tanto, las referencias sólo serán eso. La narración por su lado, abordará un montón de eventos desconocidos entre los que habrá trifulcas, partes graciosas y mucha poesía. Es una obra entretenida, ligera, con muchos personajes simpáticos y momentos chuscos.

Es el tipo de libro que me gustaría leerle algún día a mis hijos, pero también es el libro que se disfruta siendo adulto. Lo de Dragon Ball es sólo un extra, no es para nada necesario ser fanático para disfrutar una de las grandes obras de la literatura oriental.

Been there, read that (CXCVIII)

Sangre, sudor y lágrimas / Churchill y el discurso que ganó una guerra

Aut. John Lukacs

9788415427247La cuarentena me tiene en un estado de productividad total en cuanto a lectura de libros pues, con el presente, acumulo ya 15 obras leídas en lo que va del año, no me quejo, ahora sí estoy bajándole el nivel de saturación a mi librero. A pesar de que había tenido una gran racha de excelentísimas obras que llegué a disfrutar mucho, tarde o temprano se tuvo que echar a perder y no me sorprende que la mosca en la sopa fuese un libro que trata sobre un personaje que, en definitiva, es uno de los que menos tolero de la historia universal: Winston Churchill.

Ya lo sé, ¿por qué adquirir un libro que habla sobre alguien a quien desdeño? Más que nada, el motivo está en que soy amante de los grandes discursos bélicos sean históricos o fantásticos y esto provocó que el título de la obra llamara mi atención lo suficiente como para darle una oportunidad. Grave error.

Lo que tenemos aquí, es una obra terriblemente sesgada y con escaso rigor historiográfico. El autor se encarga de adular una y otra vez a un hombre que de sobra se conoce como el líder más débil de aquellos que tuvieron una participación importante en la Segunda Guerra Mundial. Juicios de valor y frases del estilo de «este discurso fue una de las más hermosas creaciones salidas de su prosa, pletórica de grandeza y gravedad, rebosante de magnanimidad», lejos de tener un efecto de apreciación en lector, provocan un rechazo inmediato, me atrevo a decir que dan asco.

Afirmaciones sin sustento como decir que Churchill era el único ser humano que realmente comprendía el pensamiento de Hitler y que, por tanto, era el único que se pudo anticipar a sus movimientos, resultan insulsas. Tal parece que el autor conoce una historia de la Segunda Gran Guerra que el resto de historiadores y estudiosos en general desconocen. Para Lukacs, Churchill y su palabrería son el único motivo por el que Hitler no logró destruir a Inglaterra y también el motivo de que los ejércitos británicos no hubiesen sido aniquilados en Dunkerke. De acuerdo a este «historiador», después de un par de discursos a mi parecer nada entrañables, hasta los más acérrimos opositores del estadista llegaron a admirarlo y seguirlo hasta el final. ¿Verdad que suena totalmente irreal? Pues bueno, la lectura es peor que como la describo.

En fin, si un día se siente alguien tentado a leer este intento de exacerbación de cualidades que Churchill por su puesto que no tenía, les recomendaría mejor abrir un libro de texto gratuito. Les aseguro que esa lectura será mucho más enriquecedora en torno al tema. Sólo como aporte a la cultura general, reproduzco el párrafo del discurso al cuál hace alusión el título del libro.

Manifiesto ante esta Cámara lo que ya he comunicado a los ministros del nuevo gabinete: no tengo nada que ofrecer, salvo sangre, sudor y lágrimas. Nos encontramos frente a la más penosa prueba imaginable. Tenemos por delante muchos y largos meses de lucha y sufrimiento. Si preguntan, ¿y cuál es nuestro programa político?, mi respuesta es: luchar, luchar por tierra, mar y aire, con toda la resolución y toda la fuerza que Dios sea capaz de darnos; proseguir la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y lamentable catálogo de la maldad humana. Esa es nuestra política. Si preguntan, ¿cuál es nuestro objetivo?. puedo responder con una palabra: la victoria, la victoria cueste lo que cueste, la victoria pese a todos los terrores, la victoria por largo y amargo que sea el camino hasta alcanzarla; porque sin la victoria no sobreviviremos.

– 13 de mayo de 1940

Been there, read that (CLI)

Harry Potter and The Cursed Child (Parts one and Two)

Aut. J. K. Rowling

Harry_Potter_and_the_Cursed_Child_Special_Rehearsal_Edition_Book_CoverIba a comenzar la presente entrada admitiendo que la serie de Harry Potter a nivel cinematográfico era mi placer culposo pero, pensándolo bien, no tiene porqué ser culposo algo que te guste, simplemente te gusta y ya. De la serie, hablando a nivel literario, sólo leí un libro, Las Reliquias de la Muerte, y lo hice en un sólo fin de semana. La anécdota es chistosa: un día no tenía nada para leer en el baño, así que me asomé al cuarto del amigo con el que compartía departamento en el verano de 2009 y lo único que encontré a la vista fue el último de los libros de H. P., así que me lo llevé conmigo. Como era sólo una lectura de entre 15 y 20 minutos, pasé directamente a las últimas páginas, comencé a leer La Batalla de Hogwarts y quedé fascinado, era un viernes por la tarde y el lunes mi amigo saldría de viaje, por lo que se llevaría con él el libro, salí del baño y lo comencé desde el principio, dos desveladas hasta las 5 am leyendo fueron suficientes para dar cuenta de la obra. Cómo lo disfruté.

Nunca me di el tiempo de leer los demás, supongo que ya no tenía chiste después de saber el final. Cuando salió esta nueva obra de teatro y se anunció la publicación del guión, me mantuve pendiente de esta última pues dudo que algún día se me haga ver la obra en vivo. Por fin llegó a mis manos y, nuevamente, un fin de semana fue necesario para adentrarme en el mundo mágico creado por la autora inglesa.

The Cursed Child narra la historia de dos amigos, los hijos de Harry y Draco, y una tercera persona que resultará no ser tan amistosa al final. Como podrían muchos imaginarse, ser el hijo de Harry, el elegido, no es tarea fácil; la fama no es para todos y, en efecto, no es algo que Albus Severus disfrute: estar siempre acosado por los demás y tener que vivir bajo la sombra de un padre que es admirado por todos (o casi todos). La relación de padre e hijo muestra ser frágil y poco a poco se fractura, ¿habrá posibilidad de que ambos puedan reparar la situación antes de que sea demasiado tarde?

Al ser un guión, se prescinde de la descripción de lugares y pensamientos, la lectura se vuelve ágil y fluida. Concuerdo ligeramente con los comentarios de muchos lectores que afirman que la obra es más bien un fanfiction oficial, pero creo que no entienden que ésta no es más que un complemento del texto utilizado en teatro. Lo cierto es que se disfruta y es un ticket para entrar a ese mundo que muchos extrañábamos.

Sí, hay mucho de Harry, Ron y Hermione; sí, Voldemort estará presente nuevamente en nuestras mentes; y sí, cualquier admirador de libros y películas lo amará.

Been there, read that (LXIV)

La Pesca de Salmón en Yemen

Aut. Paul Torday

Si hay algo que adoro más que un buen libro, es un buen libro regalado; y todavía más, si el libro es regalado a través de algún concurso. Éste fue el caso del que les vengo a hablar el día de hoy (por cierto, gracias a Letras Libres por el regalazo). La Pesca de Salmón en Yemen del inglés Paul Torday es, simplemente, bello y entretenido.

No hablamos de una novela en formato tradicional, Pesca es un libro que a través del diario del protagonista, los correos electrónicos entre los implicados, entrevistas a políticos y algunos interrogatorios, nos narra la historia (ficticia) de cómo se llegó a pescar el primer salmón en una zona desértica de Yemen.

Suena descabellado y, en general, eso es lo agradable del libro: la relación que surge entre los diversos personajes en torno a un proyecto que, está por demás decir, es una locura. Todo empieza como una visión del jeque Mohammed que desea introducir un pez de agua fría en un wadi en Yemén; bajo su visión, el jeque solicita el apoyo y asesoría del Centro Nacional para el Fomento de la Piscicultura que designa al científico Alfred Jones como encargado. Jones descarta desde un principio el proyecto; sin embargo, pronto la oficina de imagen del Primer Ministro británico ve en el proyecto una oportunidad de establecer mejores relaciones con el oriente medio, obligando a Jones a involucrarse de lleno en contra de su voluntad.

El proyecto, se convertirá en una montaña rusa emocional para Alfred que tendrá problemas en su matrimonio y encontrará en su colega Harriet un apoyo emocional que no pudo sentir antes. Harriet, por su lado, sufrirá la pérdida de su prometido en un operativo militar y encontrará en Alfred a un amigo en quién apoyarse.

La Pesca de Salmón es una historia entretenida cuyo tema principal es la fé. Pero no habla de una fé religiosa sino de una fé humana, de esa necesidad que tenemos de creer en algo y de que hasta lo imposible es capaz de ser llevado a cabo. Sin duda, es de lo que más he disfrutado y me mantuvo al pendiente mientras duró. Recientemente se publicó una película basada en el mismo libro; no la he visto y dudo hacerlo pues no quisiera romper con la magia que provocó en mí la obra escrita.

Totalmente recomendable para aquellos que buscan un descanso de la narrativa tradicional y, en general, para todo público lector. Amé la obra del Sr. Torday.

Algunas acotaciones de conciertos pasados

6 octubre 2011 2 comentarios

Lo mío, lo mío, es el Rock y no es ningún secreto. Desde el pasado 24 de septiembre he tenido una muy buena racha de asistencias a conciertos de bandas que, si bien algunas no son mis favoritas pero sí respetables, simplemente han hecho bien su trabajo y me han dejado con un súper sabor de boca. Un pequeño y breve recuento:

Corona Music Fest (Puebla, 24 de septiembre)

Muchas bandas y la compañía de buenos amigos orizabeños. Los Daniels, deconocidos para mí, trajeron buen ritmo y agradables tonadas; Jumbo, entretenido como siempre, se aventaron la única rola que les conozco y la cerveza comenzaba a hacer efecto. Los Amigos Invisibles simplemente prenden, ahí vino la decepción cuando tocaron tan sólo por media hora mientras que Sussie 4 recibió el doble de tiempo. No es por nada, pero esta última agrupación simplemente aburre en vivo y se las dan de muy pros. Fobia, espectáculo para mujeres que se desprendían en gritos e insinuaciones hacia el buen Leonardo. No me quedé a Molotov, pero se dice por ahí que decepcionaron por su nula interacción con el público y su falta de ganas al momento de interpretar, ¿será que ya se sienten demasiado o que ya están cansados?

System of a Down (Palacio de los Deportes, 28 de septiembre)

¡Oh sí! Si hay una banda que yo considere por encima de cualquier otra, es ésta. Poca interacción por parte de los armenios que compensaron con una serie de casi 30 canciones, una tras otra tras otra, así de simple, así de poderosas. No hubo una sóla de la que no supiera la letra, mi garganta me pasó la cuenta días después. Serj Tankian es de esas personas que cuentan con mi total admiración por cómo se desenvuelven no sólo en el escenario sino como seres que llevan a cabo sus ideales. A medio concierto, se tomó unos minutos para dirigir un breve discurso liberal del que recuerdo muy poco a excepción de la primera frase, mientras sonaba música de circo, él recitaba «Come! come! come to see the man that kills the man!», como si en un show de rarezas se presentara al ser humano actual cuya habilidad es matar a otros seres humanos, a sí mismo. Sin duda el mejor concierto del año, se me hizo ver a mi banda adorada tan sólo una vez.

Whitesnake (Palacio de los Deportes, 30 de septiembre)

Una banda casi legendaria que abría el concierto para una legendaria. Empezaron temprano y por tal motivo me perdí Is this love. Sin embargo, ¿qué más podría decir? Hard rock de la vieja escuela, romántico, nostálgico, poderoso. Se aventaron solos que pusieron a todos de pie. David Coverdale, carismático cedió el escenario varias veces para que sus compañeros recibieran ovaciones una y otra vez. Mis respetos especiales para Brian Tichy que brindó un solo de batería tan genial, que terminó tocando sin baquetas a mano desnuda. Su depedida totalmente emotiva dejó ver en los miembros de la banda un verdadero sentimiento de agradecimiento.

Judas Priest (Palacio de los Deportes, 30 de septiembre)

The priest is back; así es, regresaron para despedirse del público mexicano. Rob Halford reafirmó su posición en el círculo de los dioses del metal, a sus 60 años de edad, demostró tener la voz, la actitud y la energía que reggaetoneros y poperos, con la mitad de su edad, ya no tienen ni tendrán (y ojalá les duela). Hubo de todo, una motocicleta en el escenario, Halford cubriéndose con la bandera mexicana y besándola para el beneplácito de la audiencia, Breaking the law, Painkiller, You’ve got another thing commin’ y demás elementos que hicieron de esa, una velada especial y magnífica. No olvidaré una frase que Rob, en algún momento, recitó: «Hoy, tenemos black metal, death metal, speed metal, nu metal; pero lo importante es que, al final de cuentas, todos somos heavy metal y nadie, absolutamente nadie, puede ni podrá quitarnos eso».

Me faltan todavía tres grandes eventos a los cuales asistir, pero de esos ya les contaré en su momento.

Keep rockin’!

El carácter de un líder

He, who the sword of heaven will bear,

Should be as holy as severe;

Pattern in himself to know,

Grace to stand, and virtue to go;

More nor less to others paying,

Than by self-offences weighing.

Shame to him, whose cruel striking

Kills for faults on his own liking.

– W. Shakespeare a través del personaje Angelo en su obra Measure for Measure.

Conocer la necesidades de los demás, saber lo que se necesita hacer y hacerlo, ser el ejemplo, ser bondadoso en tiempos de paz  e implacable en la adversidad; todo esto debe ser un líder y, ante todo, tiene que conocerse a sí mismo.

¡Tigre! ¡Tigre!

 El Tigre

William Blake

¡Tigre! ¡Tigre! Ardiendo brillante

En los bosques de la noche,

¿Qué ojo o mano inmortal

Pudo idear tu terrible simetría?

 

¿En qué abismos o cielos lejanos

Ardió el fuego de tus ojos?

¿Con qué alas osó elevarse?

¿Y qué mano osó ese fuego sujetar? ¿Y que hombro y qué arte

Torció las fibras de tu pecho?

Y al comenzar tu corazón a latir,

¿Qué mano terrible o pie terrible?

 

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?

¿En cuál horno tu cerebro?

¿Qué yunque? ¿Qué puño terrible

osó ceñir su terror letal? Cuando los astros arrojaron sus lanzas

Y humedecieron sus lágrimas el cielo,

¿Sonrió al contemplar su obra?

¿Aquel que creó al Cordero, te creó a ti?

 

¡Tigre! ¡Tigre! ardiendo brillante

En los bosques de la noche,

¿Qué ojo o mano inmortal

Pudo idear tu terrible simetría?

 

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