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Been there, read that (CCVI)

14 septiembre 2020 1 comentario

Corazón de perro

Aut. Mijaíl Bulgákov

Soy amante de los perros y también lo soy de la literatura rusa, así que esta combinación resultó ganadora desde el momento en que posé los ojos en la portada. No es cierto, confieso que nuevamente me dejé llevar por el título sin conocimiento previo del nombre del autor, cuyo aporte a la literatura universal es ampliamente reconocido. Pero vamos, pensar en un título como “corazón de perro” me hizo creer que en mis manos tendría algún tipo de libro filosófico sobre ser blando de sentimientos cuando, en la realidad, el título de forma muy objetiva habla sobre un humano con corazón de perro, literal.

Filip Filipovich es un médico que ha dedicado años de su vida a investigar cómo darle juventud eterna al ser humano. Sus estudios lo han llevado a creer que todo está en la hipófisis y que la mejor manera de experimentar sin caer en cuestionamientos éticos es probar con seres a quienes nadie extrañaría: perros callejeros.

Sharik es un perro callejero como cualquier otro, vive al día y sobrevive de lo que encuentra en la basura o de lo que algún alma buena le procura muy de vez en cuando. Curiosamente, el can resulta tener más entendimiento de cómo funciona el mundo que muchos seres humanos que se dicen letrados y es tan inteligente que ha aprendido a relacionar símbolos y letras con el contenido de un edificio o local. Es así que aprendió a saber dónde podría conseguir comida y de dónde tiene que alejarse. A pesar de todo, un despiadado cocinero lo ha rociado con agua hirviendo y le ha dañado gravemente el costado.  Sharik comprende que esta herida junto con la llegada del invierno significará el final de su desdichada vida.

Filip se encuentra a Sharik y, tras regalarle un poco de salchichón, lo convence de seguirlo hasta su lujoso departamento. Tras un par de semanas, el canino se ha recuperado de su herida, ha ganado peso y se muestra sumamente agradecido con el galeno aunque tenga desconfianza de su asistente, un tal Bormenthal. Sin esperarlo, Sharik es llevado una noche al quirófano para recibir la hipófisis y las glándulas seminales de un criminal recién fallecido. El experimento ha comenzado.

Días después, lejos de obtener el resultado esperado, Filip Filipovich se enfrenta a las consecuencias de su experimento: el canino se ha transformado poco a poco en ser humano, y uno sumamente desagradable. Sharik, ahora utilizando un nombre ridículo de su elección, es alcohólico, grosero, impulsivo y exigente. Su raciocinio se alinea con el de personas que su creador detesta y la presencia de instintos animales que no han desaparecido del todo, meten en más de un serio predicamento a Filipovich y Bormenthal. ¿En qué terminará todo cuando media ciudad se ha enterado de la aparición repentina de un ser humano artificial?

Corazón de perro es una historia con historia ya que, curiosamente, fue una obra confiscada por sospecha de traición por parte del gobierno ruso en una cacería de brujas que buscaba localizar a detractores del régimen en el poder. Afortunadamente, fue desestimada y todo a la postre salió muy bien. Como buen representante de la literatura rusa, la narración es entretenida, muy formal y a la vez cómica; se lee más como un guión teatral que como una narración común. Vale la pena por la reflexión y la apología que representa.