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Been there, read that (CLXII)

El hombre que no deberíamos ser

Aut. Octavio Salazar

portada_el-hombre-que-no-deberiamos-ser_octavio-salazar_201712291059Es imposible ignorar los temas de actualidad que nos rodean a través de cada medio de comunicación existente: el debate en torno del aborto, la izquierda contra la derecha, lenguaje inclusivo, la caravana inmigrante, el auge del movimiento feminista… Es imposible ignorarlos como también es imposible mantenerse en una posición neutral cuando nuestro día a día nos obliga a tomar parte de lo que creemos correcto. Me queda claro también que para poder expresar una opinión, lo mínimo que podríamos hacer es documentarla para no reducirla a un tema subjetivo o puramente empírico.

En mi búsqueda de sustento, me encontré con esta obra en la última visita a mi librería favorita. De inmediato llamó mi atención pues en mi afán de ser el hombre ideal de aquella a la que considero mi mujer ideal, me parece correcto formarme como un sujeto que apoye a quienes luchan por igualdad y equidad en el mundo.

Es chistoso, en algún momento subí una fotografía del libro a una de mis redes sociales y de inmediato recibí una reacción «positiva» de una chica desconocida que me contactó para expresarme su encanto con los hombres que se preocupan por saber lo que las mujeres desean; acto seguido me recomendó leer a un par de escritoras que yo ya había leído con anterioridad. La sorpresa fue que, después de expresarle esto último, me recriminó leer un libro escrito por un hombre sobre el tema. Las personas están definitivamente muy locas. En fin.

El texto de Octavio Salazar me encantó, creo que este tipo de análisis debe ser sencillo y fácilmente entendible, y el autor lo logra de manera magistral. Lo cierto es que el hombre que deberíamos y no deberíamos ser responde a un conjunto de ideas que por demás se encuentran en una lógica muy básica. Quien no se considera un hombre feminista, está en serios problemas de no entender aquello por lo que luchan quienes lo hacen.

No ahondaré en mi opinión y me limitaré a enumerar los 10 puntos básicos de la obra. Está de más decir que es un libro que vale mucho la pena, que es fácil de leer y cuya revisión no debería de tomar más que un par de días. Mi recomendación total.

Diez claves para la revolución masculina:

  1. Los hombres no deberíamos seguir gozando de manera acrítica de nuestros privilegios. Deberíamos transformar las estructuras de poder que mantienen a las mujeres en una posición subordinada.

  2. Los hombres no deberíamos estar ausentes en lo privado; deberíamos ser agentes corresponsables en el ámbito doméstico y familiar.

  3. Los hombres no deberíamos creernos seres omnipotentes; deberíamos ser cuidadores y asumir la necesidad de los otros y las otras para sobrevivir.

  4. Los hombres no deberíamos huir de lo femenino; deberíamos asumir y valorar la ternura y nuestra vulnerabilidad.

  5. Los hombres no deberíamos monopolizar el poder, el prestigio y la autoridad; deberíamos ejercerlo de manera paritaria con la mitad femenina de la ciudadanía.

  6. Los hombres no deberíamos reproducir los métodos y las palabras patriarcales; deberíamos transformar las maneras de entender y gestionar lo público.

  7. Los hombres no deberíamos ser el centro y la única referencia de la cultura, la ciencia y el pensamiento; deberíamos compartir paritariamente con las mujeres los saberes y la construcción de los imaginarios colectivos.

  8. Los hombres no deberíamos ser cómplices de las ciolencias machistas ni de instituciones patriarcales como la prostitución; deberíamos ser radicalmente militantes contra la desigualdad, la violencia y la explotación de las mujeres.

  9. Los hombres no deberíamos ser héroes románticos ni depredadores sexuales; deberíamos educarnos para una afectividad y una sexualidad basada en el reconocimiento de nuestra pareja como un ser equivalente y, por tanto, en la reciprocidad.

  10. Los hombres no deberíamos seguir legitimando y prorrogando el orden patriarcal y el machismo como ideología que lo sustenta; deberíamos convertirnos en hombres feministas.

Me congratulo de pensar que llevo un buen trecho avanzado; al menos 8 de los 10 puntos los cumplo a cabalidad desde hace años. Pero siempre se puede mejorar.