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Posts Tagged ‘Europa’

Been there, read that (CCLXXIX)

La Europa Neonazi / El renacimiento de las botas en el Viejo Continente

Aut. Doménico Mantuano

Con respecto a esta inercia provocada por lecturas concernientes a la Segunda Guerra Mundial, pasamos de testimonios y narraciones directas del conflicto a una revisión de las consecuencias para los que formaron parte del mismo. Prosigo con la lectura de la obra de Doménico Mantuano, publicada en 2014. Y hago énfasis en la fecha de publicación pues, tomando en cuenta que han pasado 10 años, es importante darnos cuenta de lo mucho que han cambiado algunos de los panoramas descritos en ese entonces.

Mantuano aborda el resurgimiento de la ultraderecha y el neonazismo en Europa, destacando la presencia de estos movimientos en varios países de la Unión Europea (desde Francia, España y Alemania hasta Hungría, Rumania, Polonia y Finlandia) y dedicando un capítulo de su libro a cada uno de ellos. Se mencionan casos específicos, como el del partido griego Amanecer Dorado y líderes que expresan ideas neonazis. La obra también destaca la relación entre la ultraderecha, el conservadurismo religioso y el rechazo a la integración europea.

Por otro lado, se analiza la doble moral de algunos líderes ultraderechistas que moderan su discurso en presencia de periodistas, con el caso del español José Luis Roberto cuyo discurso xenófobo antiinmigración choca con los servicios legales que provee a dueños de prostíbulos que contratan principalmente a extranjeras. Además, se explora la conexión entre el neonazismo y la oposición a la inmigración, señalando la ironía de culpar a los inmigrantes por problemas generados, según el autor, por políticas neoliberales.

El texto destaca que, en algunos casos, el neonazismo se asocia con el conservadurismo religioso, rechazando el laicismo y oponiéndose al aborto y al matrimonio homosexual. Se mencionan ejemplos de partidos y organizaciones en diferentes países europeos que combinan el neonazismo con posturas religiosas y sociales conservadoras. Finalmente, se enfatiza la relación entre la crisis económica y el resurgimiento del neonazismo, comparándolo con el ascenso de Hitler en Alemania después de la Primera Guerra Mundial.

Este tipo de lecturas son importantes aún cuando no formamos parte de la órbita inmediata de los movimientos políticos abordados. Si bien existe presencia marginal de grupos abiertamente nazis en México y, a pesar de que las características históricas y étnicas de América podrían hacer menos probable el surgimiento de movimientos neonazis en la región, no podemos dejar de prestar atención a todo aquello que se puede imitar y que, de hacerse, puede provocar enfrentamientos como los que ya se dan en momentos políticos importantes.

Been there, read that (CXXXVI)

Himmler según la correspondencia con su esposa (1927-1945)

Aut. Katrin Himmler, Michael Wildt

[…]

Los ancestros y sobre todo el valiente pueblo alemán nos protegerán y no dejarán que nos hundamos.

Os mando, a ti, mi querida mami, y a ti, mi querida Muñequita, muchos abrazos y besitos.

Heil Hitler! Con amor,

Vuestro papi

La-ultima-carta-de-Heinrich-Himmler--Heil-Hitler-Con-amor--vuestro-papiFueron éstas, las última palabras que Heinrich dirigió a su esposa y a su hija, un 17 de abril de 1945, cuando el final de la guerra se avistaba. Después de esta despedida, en la que era claro que la victoria final de Alemania sólo sería factible en las manos de Dios, Himmler trataría de negociar con los aliados por cuenta propia para después fracasar, ser capturado y, finalmente, tragar una píldora de cianuro que daría fin a su existencia durante su estancia en la cárcel.

La historia de Himmler a través de cartas, es todo menos previsible. Es fácil imaginar textos llenos de odio y palabras que profetizasen el exterminio que se cerniría sobre el pueblo judío a partir de 1939; sin embargo, lo que encontramos son misivas llenas de cariño hacia los seres queridos del jefe supremo de las temibles SS. Utilizo la palabra cariño porque amor no es el adjetivo con el que podrían describirse, de alguna manera se siente la ausencia del sentimiento.

No era para menos, las cartas comienzan apenas un par de días desde que Marga y Heinrich se conocen en una estación del tren en 1929 y no paran hasta abril de 1945, mes en el que la victoria aliada ya era una realidad. Siempre preguntando por su hija, siempre enviando regalos (libros, álbumes, chocolates), observamos a un Himmler que se deshace en tratos especiales para su esposa y que no deja de escribirle aún en los días más ajetreados. Es curioso ver qué tan detallista puede ser el monstruo que todos imaginan como líder y administrador de los terribles campos de concentración. Tal parece que supo encontrar la perfecta división entre familia y trabajo.

Debo admitir que por aquello que menciono en el párrafo anterior, la lectura de las cartas puede llegar a ser tediosa cuando no se mencionan detalles importantes de la guerra y toda comunicación se reduce a la cuestión de qué regalos dar en navidad o cómo se podría resolver algún problema con respecto a las gallinas de la granja; no por esto, deja de ser un título que complementa el conocimiento biográfico del personaje que nos proporciona un punto de vista distinto: el del hombre de familia que se toma su tiempo aún en la tormenta para llenar de besos y cariños escritos a su familia.

Been there, read that (XCIII)

Tengo quince años y no quiero morir

Aut. Christine Arnothy

Tengo quince años y no quiero morir

El enfoque más común que se le da a las aproximaciones del sufrimiento que acarreó la Segunda Guerra Mundial, es el de los sobrevivientes que narran los horrores del conflicto y la nula humanidad que mostraban los bandos contendientes. Sin duda, el Diario de Anna Frank es una de las obras más representativas de esos enfoques y nos muestra ese lado muy alejado de lo genial que se ven las explosiones y los actos heroicos en las películas. Y estoy seguro que como Diario, hay grandes obras que no son tan reconocidas, o por lo menos no de este lado del charco. Tal es el caso de Tengo quince años y no quiero morir.

Esta narración perteneciente a una pequeña habitante de Budapest, nos cuenta las atrocidades que vivió en dos etapas: La primera, correspondiente a los días que pasó en compañía de varios vecinos en un enorme sótano, de la precariedad de su situación, del convivió entre personas de la más diversa índole, de la heroicidad de un soldado húngaro llamado Pista que nunca dejó de procurarles todo lo posible a los refugiados. La segunda parte, nos narra la desesperación que conlleva el vivir en un país ocupado y la necesidad de escapar a través de la frontera y cómo la infancia perdida se diluye cada vez más mientras la protagonista es forzada a abandonar todo aquello que le brindó la más mínima seguridad personal.

Desde el mal trato de algunos soldados nazis y los atropellos del ejército ruso, hasta la traición para con los animales atrapados en medio del conflicto, la obra de Christine es sumamente triste. Cada vez que pareciera que las cosas parecen tomar un cause pacífico, habrá un evento o serie de eventos que propiciarán un estado peor al anterior. A pesar de que sabemos que la pequeña sobrevivió, el final no es para nada feliz y, por el contrario, deja un sentimiento amargo y de desesperanza.

Esta obra es obligatoria para quienes gustan de este tipo de narraciones. Es triste, pero real. Es cruda y, en ciertos puntos, terrible; pero bellamente narrada.

Reconciliación con Hitler

milan-kundera

No hace mucho me sorprendí a mí mismo con una sensación increíble: estaba hojeando un libro sobre Hitler y al ver algunas de las fotografías me emocioné: me habían recordado el tiempo de mi infancia; la viví durante la guerra; algunos de mis parientes murieron en los campos de concentración de Hitler; pero ¿qué era su muerte en comparación con el hecho de que las fotografías de Hitler me habían recordado un tiempo pasado de mi vida, un tiempo que no volverá?

Esta reconciliación con Hitler demuestra la profunda perversión moral que va unida a un mundo basado esencialmente en la inexistencia del retorno, porque en ese mundo todo esta perdonado de antemano y, por tanto, todo cínicamente permitido.

– Milan Kundera en La insoportable levedad del ser.

Higiene. Conducta. Método

Baudelarie, retrato por Courbet

Me juro a mí mismo seguir desde hoy las siguientes reglas como reglas eternas de mi vida:

     Hacer todas las mañanas mi oración a Dios, provisión de toda fuerza y de toda bondad justicia, a mi padre, a Mariette, y a Poe, como intercesores; rogarles que me transmitan la fuerza necesaria para acometer todos mis deberes, y que otorguen a mi madre una vida suficientemente larga para que disfrute de mi transformación; trabajar todo el día o, al menos, tanto como mis fuerzas me lo permitan; confiar en Dios, es decir, en la Justicia, para lograr el éxito de mis proyectos; hacer todas las noches una nueva oración para pedir a Dios vida y fuerza para mi madre y para mí; todo lo que gane, dividirlo en cuatro partes, una para la vida diaria, una para mis acreedores, una para mis amigos, y una para mi madre; obedecer a los principios de la más estricta sobriedad, y el primero es la supresión de todos los excitantes, cualesquiera que sean.

– Charles Baudelaire en sus Dibujos y fragmentos póstumos.

Revisionismo historiográfico

En 1986 surgió una disputa entre historiadores nacida de un discurso publicado por Ernst Nolte. En el discurso, se atribuía a las acciones nazis un carácter de reacción ante los procedimientos rusos en los Gulags. De esta manera, la obra de exterminio llevada a cabo en los campos de concentración, respondía al temor que los mismos alemanes tenían de una acción del mismo tipo llevada contra ellos tarde o temprano. Me sirvo de ofrecerles un pequeño fragmento del discurso que generó la polémica mencionada:

Una carencia notoria en la bibliografía sobre el nacionalsocialismo es que no registra, o se niega a registrar, la medida en que, cuanto hicieron posteriormente los nacionalsocialistas, con la sola excepción del procedimiento técnico del gaseado, ya había sido descrito en la abundante bibliografía que se produjo a principios de los años veinte… ¿No habrán cometido los nacionalsocialistas -no habrá cometido Hitler- un acto «asiático» tan sólo porque se veían a ellos mismos y a sus semejantes como víctimas de un acto «asiático»?

– Ernst Nolte, en el Frankfurter Allgemeine Zeitung del 6 de junio de 1986

Nota: Con bibliografía producida a principios de los años veinte, Nolte se refiere a los campos de trabajos forzados rusos en los que morían todo tipo de opositores políticos al régimen de Lenin y Stalin.

Been there, read that (LIII)

Crítica de la Inteligencia Alemana

Aut. Hugo Ball

Prólogo de Herman Hesse

Hegel, Lutero y Bismarck; héroes alemanes, respetados, admirados y aclamados por una nación que se ha visto a sí misma como el génesis del necesario cambio moral y religioso que a la desgastada Europa le hace falta. Héroes que no son más que detractores de la causa universal de todos los pueblos pertenecientes al viejo continente: La emancipación de la clase obrera y una verdadera libertad de creencias.

Son las ideas anteriores, la columna vertebral del panfleto escrito por Hugo Ball previo a y durante la Primera Guerra Mundial. Y es que dentro de Crítica, encontraremos, al mismo tiempo, un profundo análisis y un gran compendio de citas, ideas y reflexiones en torno a la formación del pensamiento de la Nueva Alemania, la Alemania de la Primer Gran Guerra y, posterioremente, de la Segunda. Afortunadamente (a lo mejor desgraciadamente), Ball no llegó a ser testigo del pensamiento alemán unos años después de su muerte en 1927; definitivamente hubiese tenido que replantear sus teorías de una conspiración judío-alemana en contra de la moral universal.

Precisamente, el magnífico ensayo que el autor pone en nuestras manos dirige sus embates en contra de tres puntos básicos: religión, clases sociales y moralidad. La primera amenazada por la aparición de un protestantismo que lejos de liberar al ser humano, lo esclaviza a un pensamiento egoísta de abandono de las mejores cualidades del cristianismo y apoyo de aquellas que, en cierto modo, no son para nada correctas; el segundo punto básico lo aborda desde una dialéctica que busca la liberación de las ataduras monárquicas que han sido sustituidas por ataduras hacia una nobleza basada en los antiguos regímenes prusianos; por último, la moralidad que se abandona cuando uno de los fundadores del pensamiento comunista (Ferdinand Lassalle) brinda su apoyo a un Otto von Bismarck que se encarga de despreciar todo principio moral para instaurar una mentalidad bélica alimentada por la filosofía Hegeliana.

Por supuesto, haber leído tales conclusiones en los años de publicación y haberlos leído 80 años más tarde supone la aplicación de utilizar los cristales adecuados y, de este modo, entender la urgencia y necesidad de su publicación antes y ahora. En efecto, muchas predicciones fueron cumplidas y muchas otras resultan absurdas cuando observamos los hechos acaecidos y que para nosotros no dejan de ser pretérito.

La influencia de una Revolución Francesa parece no haber sido suficiente cuando en lugar de provocar un cambio de pensamiento conservador en uno liberal, provocó que, por el contrario, se obtuviera una polarización entre la población alemana y la del resto de países europeos. Encontramos también argumentos básicos para entender el repudio «natural» que Alemania profesa hacia Francia y para entender también esa necesidad del país teutón por imponer creencias y estatutos que consideraba necesarios para los demás incluso por la fuerza.

Sin duda, Crítica de la Inteligencia Alemana es una lectura obligada para todo aquel amante de la filosofía o del conocimiento de ideologías y prácticas previas a los acontecimientos que cambiaron más tarde el futuro del planeta en un período de 40 años. Es una lectura para nada ligera, cargada de referencias y citas de obras clásicas de la época. Muchas veces existe la necesidad de releer algunas páginas para encontrar los significados y sentidos que el autor trata de darnos a entender.

Finalmente, es una obra fascinante.

Compendio de citas: La socialdemocracia alemana

A punto de concluir una obra que analiza las vertientes del pensamiento alemán hasta justo antes de la Primer Guerra Mundial, les presento un segundo compilado de citas. Pronunciadas en un período de pre-fundación del Partido Socialdemócrata Alemán (que básicamente encontró en Ferdinand Lassalle y Karl Marx a sus padres), nos topamos con una dialéctica encaminada a la destrucción de una «moralidad» cristiana imperante en Alemania.

A pesar de todo, entre los mismos personajes citados, existían grandes divergencias como el apoyo incondicional que Ferdinand profesaba hacia Otto Von Bismarck y que provocó su distanciamiento del propio Marx, que buscaba fines diferentes.

No sé, a pesar de que tengo una mentalidad revolucionaria-democrática-republicana, siento que en el lugar del conde Lavagna (de Schiller) actuaría igual que él y no me conformaría con ser el primer ciudadano de Genova, sino que extendería mi mano hacia la diadema. De esto se desprende, si es que veo bien la cuestión, que soy un egoísta. Si hubiera nacido príncipe, sería un aristócrata de cuerpo y alma.

– Ferdinand Lassalle

Los judíos se han mantenido hasta hoy en su individualidad religiosa. Su principio, su Dios, es el principio práctico del mundo, el egoísmo, tratándose en este caso del egoísmo en forma de religión. El egoísmo es el dios que no desbarata los planes de sus seguidores. El egoísmo es primordialmente monoteísta, porque sólo tiene un único propósito, el de sí mismo. El egoísmo reúne y concentra a los hombres a su alrededor, pero los limita teóricamente, porque les enfrenta a todo lo que no se encuentra directamente relacionado con el bienestar propio.

– Ludwig Feuerbach en Naturaleza del Cristianismo (1841)

El protestantismo ha convertido a Dios en hombre: Cristo, el hombre, es el Dios del protestantismo.

– Tomás Masaryk en Zur kritik der hegelschen rechtsphilosophie

(El reconocimiento de los derechos universales del hombre no es más que el) Reconocimiento del individuo egoísta burgués y del movimiento desenfrenado de los elementos espirituales y materiales. Los derechos humanos no liberan al hombre de la religión, sino que sólo le proporcionan una libertad de religión; no le liberan de la propiedad, sino que le agudizan la libertad de la propiedad; no le liberan de la suciedad de la ganancia, sino que más bien le conceden la libertad de ganancia. El reconocimiento de los derechos humanos por parte del Estado moderno no tiene otro sentido mas que el reconocimiento de la esclavitud por parte del antiguo estado.

– Franz Erdmann Mehring en Historia de la socialdemocracia alemana

No deseaba nada con mayor anhelo que apartarme de la política. Estoy cansado y harto de la política. Desde luego sería tan apasionado como siempre si ocurrieran serios acontecimientos o si tuviera el poder o viera un medio de conquistarlo, un medio de tal naturaleza que me lo proporcionara; porque sin el mayor poder, no se puede hacer nada.

– Ferdinand Lassalle

Been there, read that (XLIX)

Camino a Roma

Aut. Ben Kane

Un comentario previo a mi crítica de la obra: Al principio no entendía el motivo pero cuando comencé a leer en el pequeño parque donde lo hago todos los días a la hora de la comida, me dio pena que me vieran leyendo Camino a Roma. Es raro, en un país que «lee la mitad de un libro al año», me dio «cosa» que se me viera leyendo algo comercial después de haber tenido mi evolución hacia escritores y libros cada vez más complejos. La experiencia del lector le brinda la capacidad de entrar a un mundo de lectura que se va sofisticando con su aumento; sin embargo, ya no sentí esa falsa pena cuando me di cuenta de que, al igual que en el mundo del cine, no todo tiene que ser de la más alta alcurnia para poder disfrutarlo (las diferencias entre cine de arte y un blockbuster, que a veces coinciden).

Después de dos largos años desde que leí la primera y segunda parte, por fin llego al final de la trilogía compuesta por La Legión Olvidada, El Águila de Plata y, finalmente, Camino a Roma de Ben Kane. La historia de los mellizos Romulus y Fabiola llega a su término. Brennus ha muerto, o por lo menos así lo han creído los protagonistas, Tarquinius ha perdido su capacidad adivinatoria así como el amor fraternal de Romulus al enterarse de que el asesinato del noble que provocó toda la travesía hasta ahora es culpa de él mismo. Fabiola se encuentra en una buena posición y pronto será dueña del Lupanar, el prostíbulo dónde creció y fue usada; desde ahí, planeará una conspiración para asesinar al hombre que violó a su madre, Julio César.

El verdadero problema surge cuando Romulus, convertido en legionario, empieza a admirar a César como a ningún otro hombre en el mundo. El conflicto entre hermanos, entre odio y amor. Las intrigas de personajes como el fugitivarius Scaevola que no cesará en sus intentos de asesinar a Fabiola y la participación del mismo Marco Antonio en la vida de la melliza.

Al ser uno de mis temas favoritos, la antigua Roma, disfruté en demasía de la historia. Como en todo, te encariñas con los personajes y los haces tuyos. El autor maneja muy bien los cortes para mantenerte en suspenso sobre la parte de uno de los protagonistas mientras satisfaces la incertidumbre de alguna de los otros, así sucesivamente.

Por supuesto, nada recomendable es tratar de leer sin conocer las anteriores entregas de la saga; la historia es entretenida, fresca y da siempre lugar a muchas especulaciones gracias a la pauta que nos dejan los borrosos registros de la historia humana antigua. Lo disfruté y, por supuesto, buscaré otras obras de Ben Kane.

Gombrowicz: Un Hitler moralmente correcto y Cómo consolar nuestra (falta de) genialidad

Aunque ya tuve algunos acercamientos filosóficos gracias al El Mundo de Sofía, un curso de un semestre en la universidad y una que otra conversación etílica; me hice con un pequeño libro de apuntes del mismo estilo titulado Curso de Filosofía en Seis Horas y un Cuarto, de Witold Gombrowicz. Dentro de sus notas, he hallado dos que me han parecido, lejos de interesantes, bastante chuscas.

Primero, la correcta moralidad de Hitler:

Crítica de la moral práctica: se trata de lo que debo hacer, obrar (moral).

[…]

Para Kant el imperativo moral ha de ser desinteresado.

Ahora la moral depende enteramente de la voluntad. […] Ejemplo: si mi madre está enferma y yo, con la mejor voluntad de curarla, le doy por error un medicamento mortal, desde el punto de vista moral, he actuado correctamente.

Por esta razón, es preciso juzgar por sus intenciones a los mayores monstruos de la historia: Hitler y Stalin.

Si Hitler consideraba que los judíos eran la enfermedad del mundo, entonces actuó de forma correcta desde el punto de vista moral, aunque estuviera equivocado. Pero si hizo aquello por interés personal, entonces fue una inmoralidad. La moral para Kant, es la voluntad moral, la buena voluntad.

Segundo, podríamos consolar nuestra maravillosa e incomprendida genialidad (aunque carezcamos de ella) de la siguiente manera:

Schopenhauer buscaba la renuncia, pretendía matar la voluntad de vivir.

Para mí es un misterio que libros interesantes como los de Schopenhauer (¡y los míos!) no encuentren lectores.

Schopenhauer detestaba a Hegel. Decía siempre: ¡ese zopenco de Hegel! Y, para desafiarle, fijó la hora de sus cursos en la Universidad de Berlín a la misma que los de éste, con el resultado de que la sala de Hegel estaba siempre llena y, la suya, siempre vacía…

Pero Hegel y Schopenhauer tenían argumentos para mostrar que un genio no puede tener éxito, puesto que sobrepasa a su tiempo. Por esta razón el genia resulta incomprensible y no sirve para nadie.

Así que Schopenhauer y yo nos consolamos bastante bien.

Podemos no ser genios, o podríamos serlo sin tener éxito ni servir para nadie. ¿No creen?