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Archive for the ‘Vivencias’ Category

Been there, read that (CCCXIX)

Kolmogórov , El zar del azar

Aut. Carlos Sánchez Fernández / Concepción Valdés Castro

En mi ciudad natal, Orizaba, desde que tengo uso de razón, existió, sobre la avenida principal que atraviesa a la población, una librería de nombre Garcilazo. Cuando niño, era el lugar obligado para buscar los libros que formaban parte de la lista de útiles de la primaria. Durante años permaneció la librería en ese lugar hasta que, a finales de 2022, anunció que cerraría sus puertas; a mediados de 2023, fue sustituida por una tienda 3B, la tragedia.

Durante el período previo a cerrar sus puertas, Garcilazo colocó un cartelito en el que anunciaba el remate de su inventario de libros, no pude evitar asomarme a tan tentadora oferta. La verdad, lo del remate era un decir, si bien se notaba que desde hacía mucho tiempo no se actualizaban los inventarios (mucho libro viejo, descontinuado), los precios aún con descuento de remate se mantenían bastante altos. Tampoco había mucho que ver, la mayoría eran libros técnicos o académicos de edición antigua que muy pocas posibilidades tenían de aumentar su ya de por sí precario valor.

A pesar de todo, bien dicen que el que busca encuentra y encontré gran parte de una colección de obras sobre grandes matemáticos y hombres de ciencia con una edición muy bella a dos tintas y papel bonito. De nuevo, el precio no me pareció tan bajo para ser un remate pero, al buscar algunos de esos libros en internet, me percaté que no había forma de conseguirlos o que sus precios en el mercado digital eran de casi 5 veces el que me ofrecían. Me gasté una buena suma de dinero (nada que pusiera en peligro mis finanzas, regla importante) y adquirí los 12 volúmenes que había de esta colección de alrededor de 20 libros. Entre estos se encontraba el de Kolomogórov.

Andrei Kolmogórov es famoso por sus contribuciones en matemáticas, particularmente en teoría de la probabilidad, teoría de la medida y teoría de la información. Sus trabajos en la formulación axiomática de la probabilidad, la definición de la complejidad algorítmica y el desarrollo de la teoría de la medida han tenido un impacto significativo en diversas ramas de las ciencias, incluyendo la física, la estadística y la informática. Además, fue uno de los fundadores de la escuela matemática soviética y desempeñó un papel importante en la educación y promoción de las matemáticas en la Unión Soviética.

Lo bello de la edición no sólo está en el papel y la calidad de impresión a dos tintas que ya mencioné, está también en el hecho de que no es una biografía común con un compendio de la obra del matemático, sino que incluye entrevistas, datos curiosos, la relación de su vida a cada uno de los momentos del desarrollo de sus logros, e incluye problemas para que el autor reconozca, a través de la práctica, los conceptos básicos que se abordan.

Fue así que el libro sirvió no sólo para satisfacer mi curiosidad académica, sino para utilizar los ejercicios que propone en mis clases de cálculo. Me fue fácil hacerle entender a mis alumnos de negocios conceptos bastante rudos como las tres definiciones o enfoques de la probabilidad. Me encantaría recomendarlo a todo mundo, pero también es cierto que es muy difícil que alguien consiga estas ediciones. Joyitas que te caen en las manos en situaciones tristes como la desaparición de una librería.

Been there, read that (CCCXI)

Tristeza

Aut. Jack Kerouac

Gran parte de mis mejores anécdotas acontecen en lugares sucios, en cantinas, bares de malamuerte e intentos de antros de esos en donde los estratos sociales más, pero más, bajos se reúnen; en donde conviven lo mismo albañiles, sexoservidores, infieles que buscan ocultarse, practicantes del narco y uno que otro empleado de comercios aledaños. Ahí, rara vez existe la cultura de la apariencia y la aceptación de la propia realidad es norma. También son norma los olores, agrios, polvosos, a desinfectante barato, a agua reutilizada una y otra vez; y lo son también las estructuras de madera barata que desprende polilla, las paredes a medio revoco por las que recorre una que otra cucaracha valiente, la pintura corriente que poco oculta la capa anterior.

Son estas evocaciones las que nos encontramos en Tristeza de Jack Kerouac, publicada en 1960 y escrita en dos etapas en las que el autor visitó y permaneció en México. Durante su estadía, en la que él se mantenía lejos de un modo de vida tradicional que detestaba mientras que huía de sus propios asuntos en Estados Unidos, Kerouac conoce a «Tristessa», una prostituta adicta a la morfina cuyo nombre verdadero es Esperanza, y se enamora de ella.

La novela es la narración en primera persona que Jack hace de sus encuentros con tristeza y de su paso por la Ciudad de México en 1955. Es, definitivamente, una novela romántica, pero también es un retrato de todo eso que compone a la escritura del autor: el culto a los desplazados, a la ruptura, la adoración por el alcohol y las drogas; es una descripción de los bajos fondos, en una sociedad egoísta y podrida que permite que hombres y mujeres vivan y mueran en soledad, consumidos por las sustancias que les brinda un escape de esa realidad.

Tristessa es descrita como una mujer de gran belleza y sensibilidad, pero también está marcada por el sufrimiento y la adicción. A lo largo de la historia, se revelan detalles sobre su pasado y su situación actual, mostrando una compleja mezcla de vulnerabilidad y fortaleza.

La relación entre Tristessa y Jack se desarrolla de manera intensa y conmovedora. Aunque Jack siente compasión y un profundo amor por ella, también experimenta frustración y desesperación al verla atrapada en un mundo de adicción y sufrimiento. Tristessa, a su vez, encuentra consuelo en la presencia de Jack pero lucha con sus propios demonios internos y el dolor que la consume.

La visita de Jack Kerouac a nuestro país se convirtió en un momento crucial en su carrera literaria. Recorriendo las calles del Centro Histórico y la colonia Guerrero, entre la dura realidad de la pobreza, los suicidas y el uso de morfina, el escritor estadounidense se embarcó en su propia búsqueda única de la belleza.

Tristeza es una novela corta bellísima y melancólica que deja al lector con una sensación de incertidumbre y una profunda comprensión de la complejidad de la existencia humana, especialmente en contextos de dolor y lucha contra las adicciones.

Been there, read that (CCLXVII)

El Método Wim Hof

Aut. Wim Hof

Soy enemigo acérrimo de la astrología, de los productos milagro y de todo lo que se les parezca. Si algo no está demostrado con un poco de estadística básica que permita al menos una sospecha, por mínima que sea, de una relación de causalidad, simplemente no es para mí. Sin embargo, estoy dispuesto a escuchar y a tratar de entender la lógica detrás de todo lo novedoso que se me pueda presentar. Fue así que me interesé por el Método Wim Hof, pensando que sería alguna variante del yoga o algo por el estilo, cuando en el libro Zen Jiu Jitsu: Human Chess, el autor (cinta negra de jiu jitsu brasileño) lo recomendó como parte integral de su entrenamiento.

El Método Wim Hof no es una filosofía de vida, no es una forma de manifestar salud, ni se basa en unos imanes que te pones en el cuerpo para que se altere tu pH. El método consiste en dos sencillas acciones: ejercicios de respiración y concentración, y en el sometimiento del cuerpo a temperaturas bajas con el objetivo de mejorar su salud. Sé que suena sumamente simple, y lo es: realiza sesiones de respiración «inteligente» y aguanta bajo el agua fría de la regadera en lapsos de tiempo cada vez más largos.

Lo más interesante es que existe toda una serie de experimentación científica detrás de los métodos del autor holandés. El sujeto es capaz de permanecer por horas en contacto directo con el hielo y ha subido al Kilimanjaro y parte del Everest vistiendo únicamente un short, ni siquiera usando zapatos, así que algo debe haber por ahí.

Wim no sólo entra de lleno a venderte el método o clases personalizadas, el libro es una narración autobiográfica en la que, de manera muy honesta, te cuenta desde su infancia y una temprana experiencia cercana a la muerte, hasta la búsqueda de un propósito mientras vivía de okupa, su primer enamoramiento, el fallecimiento de seres amados y sus primeras experiencias con el frío. Una vez explicado todo esto, comienza la explicación de la lógica y la ciencia detrás del método y su experimentación con las bajas temperaturas.

Lo que le da mucho mayor credibilidad, es que el autor demuestra lo que predica e incluye una buena cantidad de fuentes bibliográficas científicas que apoyan su filosofía y sustentan los métodos. Y sí, existe una clínica en la que se enseña la terapia del frío, pero el mismo libro te da un esquema básico para iniciarte en el método en tu propia casa, algo tan simple como permitir que el agua fría de la regadera te moje al final de tu baño diario y ejercicios de respiración que se pueden hacer en tu cama justo al despertar o en momentos de estrés.

Experimenté durante algún tiempo con la aplicación para el celular y las duchas frías, sí me sentí mejor gradualmente pero no tuve la disciplina para seguir al pie de la letra las indicaciones, tampoco realicé los ejercicios de respiración, de modo que no soy una fuente fiable para recomendar o no el método. A pesar de todo, creo que vale la pena darle una oportunidad ya que no implica gastos adicionales ni prácticas peligrosas; eso sí, te advierten que de sentir algún tipo de mareo, se suspenda de inmediato su práctica. Trataré de llevarlo acabo en algún momento en el corto plazo y ya actualizaré esta entrada.

Been there, read that (CXCV)

Carta breve para un largo adiós

Aut. Peter Handke

9788491046363-carta-breve-para-un-largo-adiosNo siempre tengo buena intuición con los libros, este fue el caso. No recuerdo cuándo, tendrá medio año si acaso, pero escuché el título de este libro, leí una reseña y me pasó lo que en ocasiones pasa con las portadas bonitas: me enamoré sin conocer realmente de qué iba el contenido. Pasó algo de tiempo antes de cruzarme con este libro e intenté un primer acercamiento al autor a través de La tarde de un escritor; acercamiento que resultó negativo pues me topé con una obra que no disfrute en absoluto y cuyo único placer fue terminarla para seguir adelante con otras lecturas.

Ahora bien, no es que no hay disfrutado la lectura de esta segunda obra de Peter Handke, simplemente no he logrado una conexión con el escritor. Las descripciones son perfectas, las reflexiones lo son más y, sin embargo, no encuentro ese chispazo que me hace desear otra y otra página más antes de continuar con cualesquiera que sean mis actividades pendientes del día.

Lo sé, él es un premio Nobel de literatura y yo soy un simple lector, pero vamos, de eso se tratan las reseñas (o mis intentos de reseñas, más bien). La breve carta y el largo adiós, capítulos de los que se compone la obra, nos ponen en los zapatos del protagonista británico y sus vivencias en Estados Unidos tras una ruptura con Judith, mujer que ahora desea asesinarlo. Lo que no queda claro es si el narrador es quien la busca incansablemente o si se encuentra huyendo del destino que ella representa. Anocheciendo en una ciudad y amaneciendo en otra, telefoneando a los hoteles en donde ella antes se ha hospedado y recibiendo amenazas de muerte a través de telegramas, el protagonista establece una dinámica descriptiva de los lugares que visita, las personas que observa y las reflexiones a las que llega. Encuentro tediosa tanta descripción.

No todo me provocó rechazo o prisa; sin duda, la reflexión que nuestro narrador hace con respecto a su ruptura es bellísima, muchos nos sentiremos identificados con esta parte de la historia. De igual manera, mis favoritas fueron las últimas páginas, cuando el reencuentro entre la víctima y su victimaria es inevitable y el desenlace se aproxima.

Carta breve es un libro que no recomendaría en general, siento que es algo que le platicaría a personas muy específicas que, pensándolo muy bien, ni siquiera sé cómo describirlas. En fin, esta fue mi segunda oportunidad con Handke y a partir de este momento, le digo adiós.

Contar la historia

letraescarlata.jpg

¿Contar la historia ayudaría? El relato ordena. Alguien me sugiere: «Cambia los nombres. Muchos escritores lo hacen. Cuanta tu propia historia como si fuera de otra». ¿Contar en tercera persona? ¿Psicodrama? Tal vez. ¿Quién quiere hacer mi papel? ¿Y el otro? El pudor. El miedo al ridículo. La absurda sensación del absurdo. Nada más absurdo que las palabras de una puestas en boca de alguien más. «Yo quisiera ser tu amante.» ¡Por favor! ¿Quién me escribe los diálogos? ¿Corín Tellado?

Leo sin parar novelas de rupturas. No, no he llegado a Corín Tellado. Todavía. Pero sí a La mujer rota, a Solitario de amor,La intemperie. Para inspirarme, me digo. Me miento. Para regodearme en la tristeza ajena. En otro dolores. En otras incertidumbres. Para sentir que al final de cuentas eso no estuvo tan grave. Que sobrevivo. Sobrevivo rodeada de novelas de amores fracasados. Otros se rodearían de cervezas. O de chocolates. Yo tengo estos libros alrededor. Por lo menos no engordan.

Nadie se casa, se junta se arrejunta, se «amasiata» (?), pensando que la relación va a fracasar. Nadie se jura amor eterno, ni cuidarse en la enfermedad y en la salud, en la pobreza y en la bonanza, pensando que algún día todo aquello se terminará. Nadie acepta vivir una vida de a dos imaginando que ese otro ser —el único que conoce nuestro rostro al despertar, el que sabe qué nos duele de verdad, qué nos lastima, qué nos hace llorar, con qué anécdotas nos carcajeamos y cuál es nuestro gemido más profundo—, que ese otro ser, decía, que hasta ayer sentíamos parte de nosotros mismos hoy puede transformarse en nuestro enemigo. En el peor.

Pero pasa. Un día recibes un mensaje, incluso un whatsapp como si fueras una adolescente, y tu vida da un vuelco. Ya no tienes ahí tu hogar, ya no eres bienvenida. Serás en adelante Hester Prynne obligada a usar una letra escarlata.

– Sandra Lorenzano en El día que no fue

Ser feo

bukowski

En 1971, Charles Bukowski, que recién cobraba fama a partir de 1967, recibió un listado de preguntas que un corresponsal de cierta revista le hizo a modo de entrevista. Una de las preguntas dictaba «¿Por qué eres tan feo?», a lo que Hank respondió:

Supongo que estás hablando de mi cara más que de mi escritura. Bueno, la cara es el producto de dos cosas: con lo que has nacido y lo que te ha pasado desde entonces. Mi vida difícilmente ha sido bonita: los hospitales, las cárceles, los trabajos, las mujeres, la bebida. Algunos de mis críticos afirman que me he infligido dolor deliberadamente. Desearía que algunos de ellos hubieran estado conmigo a lo largo del viaje. Es verdad que no siempre he escogido situaciones fáciles, pero eso está muy lejos de decir que salté dentro de un horno y cerré la puerta. La cruda, la aguja eléctrica, el licor barato, las malas mujeres, la locura en pequeños cuartos, el hambre en la tierra de la plenitud, sólo Dios sabe cómo es que me volví tan feo,supongo que es resultado de haber sido aporreado y aporreado de nuevo y de nuevo, y no dejarme caer, todavía tratando de pensar, de sentir, todavía tratando de rearmar la mariposa… En mi cara está trazado un mapa que nadie quiere colgar en su pared.

A veces me miro a mí mismo en algún lugar… repentinamente… digamos en un gran espejo en el supermercado… con los ojos como bichos malvados… cara cicatrizada, torcida, sí, parezco loco, demente, un lío… vomité pellejos… Aún así, cuando veo hombres «guapos» pienso, Dios mío, Dios mío, estoy contento de no ser ellos. Ahí lo tienes.

El Madrid de Lope

El Madrid de LopeRecientemente, la editorial mexicana, EDAF, sacó a la venta un par de agendas de viajero estilo moleskin muy bellas. Para celebrarlo, decidieron sortear un par de ejemplares convocando a escribir un pequeño texto o hacer un breve video en el que el concursante dijera qué significaba Madrid o Barcelona para él. Pues bien, participé, con el texto que les comparto a continuación, y también gané.

“¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena,
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas.”

Y entonces Lope pidió que ardiese Troya, qué importaba si él ya se encontraba en el lugar al que llamaba hogar y que lo vio nacer… Madrid. Capital de aquella a la que llamamos “Madre Patria” y que, a veces, pareciera que no la conocemos más que por un simple equipo de balompié; pero hay más: catedrales, sus calles de cristal que deslumbra con el amanecer y se vuelve ámbar con el anochecer.

No me gusta el deporte de las patadas, por eso prefiero pensar en Madrid como el centro de una detestada nación(cuando utilizamos el argumento de una conquista que dio origen al mexicano que somos en la actualidad). La mitad del insumo de nuestra creación se encuentra allá, la otra mitad aquí.

No puedo decir que amo a Madrid cuando no la conozco del todo, sólo por una que otra referencia y algunas fotografías viejas; otras, no tanto. Es imposible sentir cariño por lo desconocido, mas cuando escucho su nombre es imposible no sentir apego, si nunca ha dejado de formar parte de lo que soy.

Algún día pisaré tus suelos, Madrid. Encontraremos entonces reconciliación y, tal vez, veamos nacer una clase de amor como la del papagayo que no deja su jaula aún cuando la puerta esté abierta y se conforme con posarse en ella, por fuera, pero aún en ella.

¡Seamos huikritores!

Manifiesto de la Literatura Huiqui

Versión 3.1

I. Axiomas Huiqui:

  1. Toda lectura es escritura: todo lector, un escritor.
  2. Los derechos de escritor terminan en el punto inicial de la lectura. A partir de este punto, sólo existen los derechos de lector.
  3. El primer derecho de lector consiste en despojar al escritor de su texto para reescribirlo. Llamaremos a este acto huiquificación, al conjunto de sus producciones literatura huiqui y al derechohabiente, huiqritor.
  4. El segundo derecho de lector consiste en publicar la referida huiquificación de manera inmediata, tantas veces y en tantas versiones como el derechohabiente considere necesario.
  5. El papel del Internet es el papel natural de la literatura huiqui.

II. Corolarios derivados de los anteriores axiomas:

  • No hay mala literatura, sólo malas versiones esperando un huicritor.
  • La literatura no se crea ni se destruye, sólo se huiquifica.
  • La vanidad pierde al hombre en general y al escritor en particular. La literatura huiqui es un instrumento para acabar con la vanidad, si no del hombre, del escritor.
  • El Quijote es el único texto no huiquificable. Por extensión, el texto en donde Borges huiquifica el Quijote, tampoco lo es.
  • Este manifiesto tiene la modesta pretensión de cambiar para siempre la historia de la literatura (huiqui).
  • Salvo los textos citados en la cláusula a), todo texto es huiquificable, incluido el presente manifiesto.
  • Muchos años después, frente al pelotón de huiquilamiento, el dinosaurio recordó el día en que seguía ahí.

III. Movimientos de la literatura huiqui:

  • Huiquihomenaje: El huiqritor ante la obra de un gran escritor.
  • Huiquisalvamento: El huiqritor ante la maniobra de Isabel Allende.
  • Hara-wiki: El huiqritor antes sus sobras completas.

IV. Procedimientos de la literatura huiqui:

  1. Antes de comenzar, conjugue: yo huiquifico, tú huiquificas, él huiquifica, nosotros huiquificamos, ustedes y ellos huiquifican. Vosotros (esperamos) huiquificaréis también.
  2. Instrucciones para huiquificar:
    • Localice un texto.
    • Exprópielo aplicando el siguiente epitafio:

      Con el poder que me confieren
      los derechos de lector
      expropio este texto
      de las manos de su autor
      para entregarlo al árbol
      de la literatura huiqui.
    • Huiquifíquelo siguiendo alguno de los tres movimientos de la literatura huiqui.
    • Bautícelo según la siguiente convención:

      título_original.escritor_despojado.wikritor_1.wikritor_2...wikritor_n.wiki
      (ejemplo: don_quijote.pierre_menard.borges.huiqui)
  1. Para un primer acercamiento a la literatura huiqui, pronuncie continuadamente la palabra kiwi diez veces (de preferencia sin respirar).

“Gutemberg agoniza”

Oswaldo Zavala, Miguel Tapia Alcaraz, Jorge Harmodio, Marcos Eymar

El Cuadrante de Caborca, abril del 2007.

http://www.literaturawiki.org

Poema de amor a una chica que hacía striptease

Hace 50 años yo miraba a las chicas
que se desnudaban y contoneaban
en el Burbank y en el Follies
y era muy deprimente
y muy dramático,
la luz iba cambiando del verde al
púrpura y al rosa
y la música era fuerte y
vibrante,
ahora estoy aquí sentado esta noche
fumando y 
escuchando música
clásica
pero aún recuerdo algunos
nombres: Darlene, Candy, Jeanette
y Rosalie.

Rosalie era
la mejor, sabía cómo hacerlo
y nos revolvíamos en los asientos y
rugíamos
cuando Rosalie brindaba magia
a los solitarios
hace ya tanto tiempo.

Y ahora, Rosalie,
estarás muy vieja o
muy quieta bajo
tierra,
yo soy aquel chico
con la cara llena de granos
que mentía sobre su edad
sólo para poder
verte.

Eres buena, Rosalie
en 1935
suficientemente buena como para recordarte
ahora 
que la luz es amarilla
y las noches son 
lentas.

– Charles Bukowski

Tal vez, algún día, dentro de 50 años, poco más, poco menos; escribiré algo parecido para una chica llamada Diana, tal vez Marishka, tal vez Mariana, tal vez, sólo tal vez.

Propósitos 2011: Resultados

En menos de 72 horas habrá terminado el año del Señor, 2011; es hora de hacer una pequeña retrospectiva y revisar aquellos deseos o propósitos que hice hace 12 meses para el resto del período que se encuentra a punto de terminar. He aquí los resultados:

1. Más horas de sueño. El propósito consistía en dormir por lo menos siete horas diarias, lamentablemente no he logrado alcanzarlo y creo que cada vez duermo menos; eso sí, hallé un nuevo trabajo que me obliga a dormir un poco más y aunque no son 7 horas, por lo menos duermo unos 45 minutos más que el promedio diario durante el año. Status Final: No Cumplido.

2. Torso de gladiador. El objetivo de tener el torso de un gladiador, digno de aparecer en la serie Spartacus, en definitiva no se cumplio. Sin embargo hubo algo interesante, gracias a la dieta otorgada por la nutrióloga de mi anterior trabajo, logré bajar más de 10 kilos en apenas un mes, me he dado cuenta de que se puede lograr algo. Status Final: Cumplido con Reserva.

3. Ahorrar. No fue gracias al ahorro sino al finiquito del cambio de trabajo y a unos días extra que se cumplió. Status Final: Cumplido.

4. ¡Escribir!. Sigo en las mismas, me esfuerzo por hacer algo bueno y comienzo a escribir pero todo se queda a medias, tal vez sea demasiado autocrítico y nada me termina gustando; eso sí, a mediados del año conseguí publicar un brevísimo relato en un concurso de Librerías Gandhi titulado El Último Libro del Mundo, fui muy feliz. Status Final: No Cumplido con Avances.

5. La maestría. Cumplido al 100% llevo el avance óptimo de materias y un promedio de 95. Status Final: Cumplido.

6. Bailar salsa. Ni me pregunten, no he aprendido a bailar. Status Final: No Cumplido.

7. De vuelta al ring. Lamentablemente, los horarios laborales no me han permitido acceder a clases de ningún tipo de arte combativo, he encontrado una escuela que se ajusta a mi horario pero será hasta el próximo año. Status Final: No Cumplido.

8. Cambio de búnker. Sigo viviendo en el mismo lugar y cada vez quepo menos. Status Final: No Cumplido.

9. A bloggear se ha dicho. En hora buena, he mantenido un buen nivel de publicaciones con un promedio mayor a una entrada por semana. Status Final: Cumplido.

10. No olvidemos la lectura. La meta era leer 12 libros este año, leí 22 libros sin contar que algunos eran compilaciones, voy por buen camino. Status Final: Cumplido con Honores.

11. Tolerancia. He realizado avances, sin embargo, hay personas que simplemente no soporto y no puedo evitar el mostrar mi desprecio incluso de frente. Status Final: A medias.

12. Reducir los vicios. Según ésto, reduciría mi ingesta de bebida alcohólicas; tristemente, mi nueva afición a la cerveza artesanal no ha ayudado en nada y me ha creado un nuevo hobby: coleccionar botellas de cerveza. Status Final: No Cumplido.

En fin, 4.5 de 12, pésima calificación. Lejos de la falta de compromiso, los desaciertos del año tuvieron más que ver con las condiciones laborales que se me han planteado; sin embargo, es cuestión de comenzarlos y después dejarme llevar por la inercia. He visto que muchos deseos sí se pueden y sólo debo dar el primer paso. Ya viene un año mucho mejor.