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Archive for the ‘Música’ Category

Been there, read that (CCCXXX)

La mujer que soy

Aut. Britney Spears

Tengo esta amiga/interés romántico, que parte de su vida la dedica a la música. Dueña de una voz bellísima y una imagen que se decanta entre el límite del rockero duro y la delicada belleza de una princesa. Vuelve loco a más de uno que la llegue a admirar sobre el escenario en el que ella se desenvuelva y, por supuesto, todos fantasean con llevarla de la mano y tener una relación con esa diosa de cabello rizado y mirada fulminante. Vaya, es una fortuna que siquiera se digne a mirarte un instante mientras hace sus interpretaciones.

En alguna ocasión, me platicaba sobre su vida abajo del escenario y de cómo se ha dado cuenta que todos esos que tratan de cortejarla terminan en el olvido. Tristemente, quienes la admiran y se admiten enamorados de ella, descubren que están enamorados de la imagen de ella en el escenario, del personaje que interpreta Lost on you y no puedes creer que no sea una pista de la artista original. Al final, sólo quieren lo que imaginan de ella bajo los reflectores y no saben qué hacer con la mujer real que se encuentran viviendo una vida normal con sus responsabilidades y asuntos del día a día.

No es que la persona de abajo del escenario sea otra, pero pocos comprenden que hay una diferencia entre el que interpreta y quien vive, y que ésta última tiene las mismas necesidades, anhelos y obligaciones que cualquier otro ser humano en una relación; estar con ella no va a ser una montaña rusa de sexo, vicios y rock and roll.

Justo con ella platicaba estas mismas circunstancias que se visualizan en la autobiografía de la princesa del pop, Britney Spears. A pesar de que pueda parecer que sólo leemos literatura compleja o digna de los debates más serios y academizados, incluso el más intelectual crítico de cine va a disfrutar de una comedia tonta: de todos los libros se puede aprender algo.

En esta autobiografía que muy probablemente impulse a su lectura la necesidad de chisme, Britney da rienda suelta a todo aquello que por años y años calló: su versión de una historia que tanto se ha dado a conocer en documentales, reportajes y especiales televisivos sobre su vida, sus relaciones, sus tragedias y su situación legal.

Leí algunas críticas sumamente duras que hablan de una escritura inconexa, de poca calidad y que detallan situaciones ya conocidas o con argumentos que con pura lógica pudieron haberse imaginado. En efecto, creo que nadie esperaba material digno de un premio internacional de letras, no se dan cuenta del mensaje que hay entre líneas aquí: imaginamos a todos esos artistas forrados de dinero, jóvenes, bellos y con el mundo a sus pies, cambiaríamos nuestras vidas por las de ellos sin pensarlo, ¿o no? Pero más allá de la imagen, hay personas que pueden estar sufriendo aún con todo lo que aparentemente tienen. Nuevamente, el personaje y la persona que vive son diferentes.

Sí, la familia de Britney es una bola de seres humanos desgraciados y abusivos; sí, Justin obligó a su pareja a abortar; sí, es inimaginable la forma en que los tribunales hayan despojado a una mujer de tener la libertad sobre su propio cuerpo y sus propias decisiones; sí, hay chisme del bueno en estas líneas. Pero eso no es lo importante, el mensaje es otro, el texto, sea simple o no, es un grito de libertad por parte de alguien que generaba millones de dólares pero que no podía comprarse ni una hamburguesa del carrito de la esquina.

Esta no es la primera autobiografía de un artista que expone sus puntos más vulnerables ante el escrutinio público, tampoco será la última; sin embargo, es una reflexión muy dura de lo que hay detrás de las apariencias. Hay tantas personas que en redes sociales se muestran tan felices, tan opulentas, que un día las invitas por un café o a un evento cualquiera y descubres que no disfrutan nada o que no les alcanza para un postre. Hay que ver más allá de lo que las personas muestran y enamorarnos no de la imagen sino del ser real que está detrás de los reels y los likes.

Been there, read that (CCLXXX)

Aprovéchate de mí

Aut. Xóchitl Lagunes

Me llaman la atención los libros que físicamente son bonitos: pequeños, con ilustraciones simples, agradable tipografía, pocas páginas; siento de inmediato que los voy a disfrutar y que será un viaje cómodo y rápido (no todo tiene que ser un tabique cargado de contenido). Lo que no me llama la atención, entre una infinidad de cosas en el mundo, es la música de Café Tacuba, por más que trato de encontrarle el gusto, me aburre, aparte de que se me hace una banda queda-bien que finge mucho de su supuesto activismo. Así que si combinamos lo primero con lo segundo, me encuentro en una disyuntiva en la que no sé si me gustó o no Aprovéchate de mí, pero bueno, pasemos a lo importante, que es el contenido.

En este punto, se preguntarán, ajá, ¿y qué tiene ver tu desprecio por Café Tacuba con el libro?, y yo les responderé que absolutamente todo. El libro de Xóchitl recibió inspiración de la banda a través de una entrevista hecha a Rubén Albarrán en la que destacó ciertos aspectos de su canción, El baile y el salón, como el hecho de que al final sean dos hombres los que forman parte de la historia que la melodía narra. A partir de ahí, la autora utiliza canciones del grupo para nombrar cada uno de los capítulos de su libro, mientras que el protagonista constantemente referencia sus vivencias a través de las letras de dichas canciones.

Así, hay un capítulo titulado Déjate caer, como otro que recibe el nombre de Las batallas en el desierto, etc. Pero bien, hablemos de la historia: Santiago es un preparatoriano que vive en uno de los tantos pueblos aledaños a la capital del país, San Mateo Ixtacalco, esto es importante pues aunque la novela no busca una crítica social, si hace hincapié en que las historias de amor no son exclusivas de ciudades capitales ni de clases sociales «acomodadas»; en fin, Santi también meserea en un puesto de barbacoa y cerca de éste se encuentra una dulcería cuyo dueño es Manuel. Cada que Manuel pasa cerca de Santi, éste último recibe una descarga eléctrica, ese terrible resultado de lo que denominamos el primer amor.

El protagonista nos narra en primera persona todo lo que Manuel le hace sentir, todo lo que le hace soñar: se imagina caminando a su lado mientras toma su mano, se imagina durmiendo sobre su pecho mientras escucha el latido de su corazón. Un día, cuando Manuel (que es 20 años mayor) le pide que le recomiende unas canciones, comienza una historia que, sabemos, no será como ese mundo hermoso que el muchacho anhela.

Lo que sigue se puede intuir, la forma en que un hombre de 37 años se aprovecha de la inmadurez emocional de un chamaco que sólo busca el reconocimiento, que no lo oculten, que lo quieran a la vista de todos los demás. Todos hemos sido Santiago en algún momento, todos hemos soñado despiertos con esa persona que cree que nos daremos cuenta solitos de que no nos quieren tanto como quisiéramos; todos hemos llorado y creído que incluso una agresión física de su parte representa un fragmento de amor porque «si reaccionó así, es porque le importo».

Ya lo decidí, sí me gustó la obra de Xóchitl Lagunes, aún con referencias a canciones que nunca por mi mano sonarán en el estéreo del coche. Por supuesto que para un seguidor de los cafetos, la carga de referencias será sublime. Para el lector ocasional, representa un recordatorio de lo mucho que cambiamos a través de los amores fracasados.

Un pequeño sacrificio

Al día siguiente organizaron algo así como una cena festiva. En una de las aldeas por las que pasaron, Essi y Geralt compraron un corderillo ya preparado. Mientras ellos mercaban, Jaskier robó con sigilo ajo, cebolla y zanahorias del huertecillo de detrás de la choza. Al irse, arramplaron aun un pequeño caldero de lata de la cerca de detrás de la fragua. El caldero estaba un poco agujereado pero el brujo lo lañó con la Señal de Igni.

La cena tuvo lugar en un calvero, en lo profundo del monte. El fuego chasqueaba alegremente, el caldero borboteaba. Geralt lo removía cuidadosamente con una rama de abeto descorchada que hacía las veces de cuchara de cocina. Jaskier peló la cebolla y cortó las zanahorias. Ojazos, que no tenía ni idea de cocinar, les amenizaba el tiempo tocando el laúd y cantando cuplés picantes.

Fue una cena festiva. Porque por la mañana temprano tenían que separarse, por la mañana cada uno de ellos tenía que irse por su camino, en busca de algo que, sin embargo, ya tenían. Pero no sabían que lo tenían, ni siquiera podían imaginárselo. No se imaginaban adónde los llevarían los caminos que iban a tener que recorrer por la mañana. Cada uno por su lado.

Después de comer, bebieron de la cerveza que les había regalado Drouhard, charlaron y se rieron, Jaskier y Essi hicieron apuestas con sus canciones. Geralt, con las manos detrás de la cabeza, tumbado sobre un lecho de ramas de abeto, pensaba que nunca había oído tan hermosas voces y tan hermosos romances. Pensó en Yennefer. Pensó también en Essi. Tenía el presentimiento de que…

Para terminar, Ojazos cantó junto con Jaskier el famoso dueto de Cyntia y Vertvern, una maravillosa canción de amor que comenzaba con las palabras: «Más de una lágrima he llorado…» . Y a Geralt le parecía que hasta los árboles se inclinaban a escuchar a aquellos dos.

Luego Ojazos, que olía a verbena, se tumbó junto a él, le apretó por el cuello, apoyó la cabeza sobre su pecho, suspiró quizá dos veces y se durmió tranquila. El brujo se quedó dormido más tarde, mucho más tarde.

Jaskier, contemplando el fuego moribundo, estuvo sentado aún más tiempo, solo, rasgueando el laúd sin hacer mucho ruido.

Comenzó con unos cuantos acordes, a partir de los cuales cristalizó una serena y elegante melodía. Los versos adecuados se formaron al mismo tiempo que la melodía, las palabras se incrustaban en la música, se quedaban en ella como si fueran insectos dentro de ámbar dorado y translúcido.

El romance hablaba de cierto brujo y cierta poetisa. De cómo el brujo y la poetisa se conocieron a la orilla del mar, entre los chillidos de las gaviotas; cómo se enamoraron desde el primer momento. De cuán hermoso y fuerte era su amor. De que nada, ni siquiera la muerte, sería capaz de destruir aquel amor ni de separarlos.

Jaskier sabía que pocas personas creerían la historia que contaba el romance, pero no se preocupó por ello. Sabía que los romances no se escriben para que se crea en ellos, sino para emocionar.

Algunos años después, Jaskier podría haber cambiado el contenido del romance, haber escrito sobre lo que sucedió en realidad. No lo hizo. La verdadera historia no hubiera emocionado a nadie. ¿Quién querría escuchar que el brujo y Ojazos se separaron y no se volvieron a ver nunca más, ni una sola vez? ¿Que cuatro años más tarde Ojazos murió de viruela durante una epidemia que asoló Wyzima? ¿Que él, Jaskier, la sacó en sus brazos de entre los cadáveres quemados en las hogueras y la enterró lejos de la ciudad, en el bosque, sola y tranquila, y junto con ella, tal y como había pedido, dos cosas: su laúd y su perla celeste? Una perla de la que nunca se separó.

No, Jaskier se quedó con la primera versión del romance. Pero aun así, jamás llegó a cantarla. Nunca. A nadie.

– Andrzej Sapkowski en La espada del destino.

A beautiful kind of pain

So familiarize with what having to swallow this pill is like
It happens all the time, they take your heart and steal your life
And it’s as though you feel you’ve died because you’ve been killed inside
But yet you’re still alive which means you must survive
Although today you may weep because you’re weak and
Everything seems so bleak and hopeless
The light that you’re seeking, it begins to seep in
That’s the only thing keepin’ you from leapin’ off the motherfreaking deep in
And I’m pulling for you to push through this feeling
And with a little time that should do the healin’
And by tomorrow you may even feel so good that you’re willing
To forgive them even after all that shit you been put through
This feeling of resilience is building and the flames are burning
Quick as fire would through this building, you’re sealed in
But you’re fireproof and retardant you withstood it
And as you climb up to the roof you’re just chillin’ and you look down
Cause you’re so over them you could put the heel of your foot through the ceilin’

As time passes, things change everyday
But wounds, wounds heal
But scars still remaining the same
But tomorrow today’s goin’ down in flames
Throw the match at the passed up place

So feel the fire beneath your feet
As you barely even perspire from the heat
Exhale deep and breathe a sigh of relief
And as you say goodbye to the grief
It’s like watching the walls melt in your prison cell
But you’ve extinguished this living hell
Still a little piece of you dies, you scream

I’m standing in the flames
It’s a beautiful kind of pain
Setting fire to yesterday
Find the light, find the light, find the light

I’m standing in the flames
It’s a beautiful kind of pain
Setting fire to yesterday
Find the light, find the light, find the light

Feel the burn, watch the smoke as I turn
Rising, a phoenix from the flames
With wings I will fly…

Snuff

Bury all your secrets in my skin
Come away with innocence, and leave me with my sins
The air around me still feels like a cage
And love is just a camouflage for what resembles rage again

So if you love me, let me go.
And run away before I know.
My heart is just too dark to care.
I can’t destroy what isn’t there.
Deliver me into my fate, if I’m alone I cannot hate
I don’t deserve to have you
My smile was taken long ago, if I can change I hope I never know

I still press your letters to my lips
And cherish them in parts of me that savor every kiss
I couldn’t face a life without your light
But all of that was ripped apart, when you refused to fight

So save your breath, I will not care.
I think I made it very clear.
You couldn’t hate enough to love.
Is that supposed to be enough?
I only wish you weren’t my friend.
Then I could hurt you in the end.
I never claimed to be a saint
My own was banished long ago, it took the death of hope to let you go

So break yourself against my stones
And spit your pity in my soul
You never needed any help
You sold me out to save yourself
And I won’t listen to your shame
You ran away, you’re all the same
Angels lie to keep control
My love was punished long ago
If you still care, don’t ever let me know
If you still care, don’t ever let me know

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Yo soy payaso

Recitar! Mentre preso dal delirio,
non so più quel che dico,
e quel che faccio!
Eppur è d’uopo, sforzati!
Bah! sei tu forse un uom?
Tu se’ Pagliaccio!Vesti la giubba,
e la faccia infarina.
La gente paga, e rider vuole qua.
E se Arlecchin t’invola Colombina,
ridi, Pagliaccio, e ognun applaudirà!
Tramuta in lazzi lo spasmo ed il pianto
in una smorfia il singhiozzo e ‘l dolor, Ah!Ridi, Pagliaccio,
sul tuo amore infranto!
Ridi del duol, che t’avvelena il cor!
¡Actuar! ¡Mientras preso del delirio,
no sé ya lo que digo
ni lo que hago!
Y sin embargo, es necesario… ¡esfuérzate!
¡Bah! ¿Acaso eres tú un hombre?
¡Eres Payaso!Ponte el traje
y empólvate el rostro.
La gente paga y aquí quiere reír,
y si Arlequín te roba a Colombina,
¡ríe, Payaso, y todos te aplaudirán!
Transforma en bromas la congoja y el llanto;
en una mueca los sollozos y el dolor. ¡Ah!¡Ríe, Payaso,
sobre tu amor despedazado!
¡Ríe del dolor que te envenena el corazón!

We’re not broken just bent

7 noviembre 2014 3 comentarios

I’m sorry, I don’t understand
Where all of this is coming from
I thought that we were fine
(Oh, we had everything)
Your head is running wild again
My dear we still have everythin’
And it’s all in your mind
(Yeah, but this is happenin’)

You’ve been havin’ real bad dreams, oh, oh
You used to lie so close to me, oh, oh
There’s nothing more than empty sheets
Between our love, our love
Oh, our love, our love

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Goodbye, goodbye

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And she’s buying a stairway to heaven

Sólo puedo decir que comprendo las lágrimas de Robert y Jimmy al escuchar este cover tan maravilloso de su obra. Las lágrimas también me invaden cuando pienso que no volverá a haber música tan perfecta como la que bandas como Led Zeppelin hicieron en su momento.

Lo que pudo ser amor…

8 noviembre 2013 1 comentario

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