Archivo

Archive for julio 2022

La buena librería

[…] Los libros son seres autosuficientes, no requieren que haya nada a su lado -como máximo, una taza de té o de café-. Se me hace difícil atribuir a una casualidad el hecho de que cada vez que veo que una librería aumenta el número de artículos a la venta, simultáneamente la calidad de los libros decrece. El verdadero lector no necesita mucho: un poco de gusto en la decoración y en las luces es suficiente. Además, claro, de la posibilidad de pasar un rato confortable, dedicándose a esa actividad deliciosa que los ingleses llaman browsing. Lo importante es que pueda encontrar fácilmente los libros que venía a buscar y a descubrir aquellos que no sabía que estaba buscando. Y, también, que todo esto suceda en un lugar adecuado, sin música de fondo (dado que hoy cada uno puede escuchar lo que quiera en sus dispositivos, sin molestar al prójimo). Así se podrá reconocer, hoy como ayer, la buena librería. Si esto no es suficiente, querrá decir que el libro en sí ya no es suficiente. Y si el libro ya no es suficiente, entonces el mundo está escribiendo otra de las páginas oscuras de su historia.

– Roberto Calasso en Cómo ordenar una biblioteca
Categorías: Citas, Reflexión Etiquetas: , , , ,

Been there, read that (CCLI)

Beren y Lúthien

Aut. J. R. R. Tolkien

Lo he dicho en más de una ocasión, «si está dentro de las capacidades del lector, los libros se leen en su idioma original»; irónicamente, esta fue la primera ocasión en la que me arrepentí de haberlo profesado. Lo más curioso del caso es que, después de haber elegido comprar la versión en inglés para mi primer libro de Tolkien, justo miré un Tiktok de un exalumno que hacía mofa de aquellos que precisamente deciden leer a Tolkien en inglés. Me dije, no puede estar tan perro, y me aventuré.

Seré honesto, tuve que dejar la lectura en más de una ocasión para regresar a leer más tarde (y después de leer otras cosas) porque me terminaba doliendo la cabeza entre la prosa tan elaborada y el tener que ir al glosario cada dos o tres líneas debido a las palabras creadas por el autor. Al final, tuve que comprar el libro por segunda ocasión, ahora en español, pues la experiencia de la lectura dejó de ser placentera. Lo sé, he fracasado en temas de congruencia, pero qué más da.

Si bien nunca me animé a leer lo que ya había visto en películas, siendo el romántico empedernido que soy, no pude contener la curiosidad que me provocaba el origen de esos dos nombres que se encuentran grabados en la lápida que adorna el lugar de reposo de John Ronald y su esposa, Edith. Beren y Lúthien Tinuviel, nombres de un hombre y una elfa, retratados como una historia de amor como pocas, inspirada precisamente en el amor que el autor sentía por su esposa. Si han visto la película biográfica Tolkien, tendrán todavía más motivación para entender.

Beren y Lúthien es una leyenda a la que se hace referencia en múltiples fragmentos de la obra de J. R. R. y que, de acuerdo a su hijo y editor del libro, Christopher Tolkien, se compone de miles de manuscritos entre los cuales destacan un sinfín de versiones de la misma historia. De ahí que el presente libro se componga de esas múltiples versiones que incluyen finales variantes y mecanismos de escritura distintos. Por supuesto, gran parte de la leyenda permanece mientras que la inclusión o ausencia de ciertos personajes y cambios en ciertas etapas de las vidas de los protagonistas, le da tonos de los más variados a cada una de las versiones que encontraremos entre las páginas.

Así, tendremos la versión en forma de cuento aislado; la historia contada a través de las palabras de los descendientes de la pareja; la versión que se cuenta como parte de la obra de La Caída de Gondolin; la versión en forma de poema; la versión épica que se enfoca más en la historia previa de Beren antes de conocerla a ella, entre otras. Entre cada historia, el editor dará cuenta de las dificultades de armar una sola narrativa que se reparte en fragmentos que se encuentran por aquí y por allá, y que supuso un esfuerzo titánico de edición.

Al final, quedaremos prendados de los sacrificios de un hombre al que se le encarga robar un Silmaril a cambio de ser digno de la mano de la hija del rey Thingol. Beren quedará atrapado en el castillo de Morgoth y será rescatado por su amada que se verá ayudada por Huan, el sabueso de Valinor. El desenlace es distinto de acuerdo a la versión que se lea, unos querremos quedarnos con la versión trágica y otros disfrutaremos de aquella en el que su amor conmueve al mismísimo Mandos, que decide volverlos a la vida para tener el amor más grande que mortales e inmortales hayan conocido jamás.

En definitiva, una belleza de historia que no sólo los romántico disfrutarán, sino también aquellos que en medio de una borrachera, gustan de poner en YouTube la cabalgata de los Rohirrim porque no pueden evitar que la piel se les ponga chinita. Eso sí, a menos que su nivel de inglés sea casi nativo, no recomiendo su abordaje en el idioma original (por única ocasión). Y, por cierto, las ilustraciones de Alan Lee que acompañan al texto, son una joya.

Been there, read that (CCL)

Peluquería y letras

Aut. Juan Pablo Villalobos

Mi relación con lo que escribe Juan Pablo Villalobos es justo como su obra: chistosa. Fiesta en la madriguera, formó parte de un grupo de cinco libros digitales que Editorial Anagrama liberó de forma gratuita para leer durante la pandemia; Te vendo un perro, tenía un título demasiado bueno como para dejarlo pasar y vaya que lo disfrutamos tanto mi papá como yo; y ahora, Peluquería y letras, que, literalmente, leí mientras esperaba turno para pasar con mi barbero de confianza. A estas alturas no puedo imaginar cómo me tropezaré con el siguiente de sus libros.

Es chistoso e irónico que la presente novela la haya leído en su mayor parte mientras esperaba a que mi barbero se desocupara porque, precisamente, esa es la premisa de esta novela corta: la desventura que provoca en un hombre el hecho de que su peluquero se haya cambiado de local y ahora tenga que buscar un lugar nuevo dónde recibir el servicio. Ahora que lo pienso, esta es una historia que no quedaría nada mal como una película del estilo de Matando Cabos o Supercool.

Y es que todo comienza cuando nuestro protagonista, un escritor «famosillo», recibe la noticia de que su peluquero se ha cambiado a un nuevo local que ya no reporta la eficiencia del traslado cercano y amable; por lo tanto, como todo en esta vida, lo mata la preocupación por encontrar un nuevo lugar que no sólo sea cercano sino que tenga esa química especial que todos entablamos con quienes se vuelven nuestros proveedores de servicios cotidianos. La indecisión lleva a nuestro personaje a una estética donde una chica con un cierto problema en la mano procede a hacer la chamba, cuál será la sorpresa cuando la amable dependienta se vuele un dedo con las tijeras y, lo que parecía un día normal, se convierta en una travesía contra el tiempo para devolver el pedazo de dedo que se ha extraviado.

Sí, así de descabellada (valga el término) es la historia que se adereza con personajes de la talla del fulano que engaña a su esposa haciéndole creer que está escribiendo un libro al lado del protagonista mientras le paga «asesorías». Con todo y estos antecedentes, la historia gira alrededor de un tema simple pero que siempre debería destacar en nuestras vidas, la felicidad. La felicidad de saberse satisfecho con lo que tenemos y dejar de pensar en lo que no poseemos, y saber que se puede ser feliz y que no necesariamente se está en una zona de confort si las cosas se acomodan para tenernos contentos. Gran novela corta, ligera, graciosa y cuya lectura vale la pena realizarla de una sola sentada.

Been there, read that (CCXLIX)

Rey Mono,Versión de Arthur Waley

Aut. Wu Ch’êng-ên

Sólo un verdadero fanático de Dragon Ball, pero uno de hueso colorado, recordará que, en aquellos años mozos en los que no había de otra más que consumir lo que Canal 5 ofrecía, se podía leer en pantalla unas pequeñas letras justo cuando sonaba la canción de Bulma (¡romance te puedo dar!) que decían, «basado en la leyenda del rey mono, adaptación por Akira Toriyama». Por supuesto que soy ese tipo de fanático que no ha dejado de seguir a Gokú y compañía desde que andaba en la primaria, y por supuesto que me volví loco cuando encontré esta edición de libro que me dispuse a adquirir en cuanto la vi.

En esta versión del orientalista inglés, Arthur Waley, podremos encontrar la historia completa escrita a modo de prosa heroica: desde el origen del gran mono, que en un principio fue moldeado en piedra, pasando por sus fechorías al engañar a varios miembros de la corte del emperador, hasta su aprisionamiento, seguido por la redención al acompañar al monje Tripitraka en busca de unas sagradas escrituras.

Es alrededor de este viaje épico en busca de las escrituras de Buda que girará la mayor parte del libro. Es aquí también donde nos veremos envueltos en situaciones que, repito, para los fanáticos de aquel ánime que mencioné, se harán sumamente familiares: un cerdo cambiaformas que secuestra a la hija de un campesino; un mono que viaja sobre las nubes y que recibe un báculo que puede hacer crecer o encogerse a voluntad; peleas que duran horas en contra de dragones y taoístas violentos; hasta una tortuga que les ayuda a atravesar un río traicionero. Ya saben de lo que hablo.

Sin embargo, no hay que malinterpretar. Aquí no estamos viendo a Gokú y compañía; por el contrario, estaremos avanzando en la historia original de la cuál se originaron esos personajes y, por tanto, las referencias sólo serán eso. La narración por su lado, abordará un montón de eventos desconocidos entre los que habrá trifulcas, partes graciosas y mucha poesía. Es una obra entretenida, ligera, con muchos personajes simpáticos y momentos chuscos.

Es el tipo de libro que me gustaría leerle algún día a mis hijos, pero también es el libro que se disfruta siendo adulto. Lo de Dragon Ball es sólo un extra, no es para nada necesario ser fanático para disfrutar una de las grandes obras de la literatura oriental.

Been there, read that (CCXLVIII)

Trejo: Mi vida de crimen, redención y Hollywood

Aut. Danny Trejo

Me atrevo a afirmar que todos tenemos un primer recuerdo de Danny Trejo, son tantas las películas en las que aparece, que básicamente debería ser posible identificar a una persona a través del análisis de este primer recuerdo. En mi caso, cómo olvidar al sujeto malencarado que con sus cuchillos para lanzar casi asesina al mariachi, encarnado por Antonio Banderas, en esa joya titulada ‘Desperado (‘Pistolero‘ en México) dirigida por Robert Rodríguez. O tal vez sea su aparición en ‘Del crepúsculo al amanecer‘, o un pequeño atisbo de ‘Sangre por sangre‘ en los domingos de Cine permanencia voluntaria de Canal 5 los domingos, qué sé yo.

Lo cierto, es que «el machete» es un ícono en la industria del cine y un estereotipo mexicano bastante, digamos, acertado. Era imposible no adquirir su autobiografía en el momento en que el algoritmo de cierta página de ventas me lo sugirió y vaya que la recomendación fue acertada.

Trejo, comienza la narración de su vida a través de los recuerdos de la infancia: vivir en una casa rodeado de mujeres ante la mirada de un padre que pareció nunca mostrar amor por él. Al principio, pareciera un recuerdo aislado pero más adelante, se rebelará el fuerte choque que hubo entre una masculinidad tóxica incipiente y la relación que habría con sus hijos así como con la figura paterna sustituta de su tío Gilbert, en torno al cuál, gran parte de los relatos giran como figura representativa de todo lo que Danny deseaba al mismo tiempo ser y no ser. Spoiler: al ser un niño que creció rodeado de primas, aprendió a orinar sentado, situación que le sería recriminada por la figura a la que él más respeto y admiración tenía; imaginen el impacto de un tema como ese en su desarrollo personal.

Condenado a prisión desde muy joven, el actor narra su paso por varios de los centros penitenciarios más duros de Estados Unidos, su relación con grandes jefes de la mafia mexicana, cómo casi es condenado a muerte y su fugaz pero exitoso camino en el boxeo. Si bien pareciera que Danny estuvo en el cine desde muy joven y que todo giró en torno de este medio, lo cierto es que su vida se construyó en torno de los círculos de ayuda para adictos y asociaciones que buscaban mantener limpios a usuarios de drogas y estupefacientes. El cine y la fama consecuente sólo fueron plataformas para llegar a más y más gente que necesitase ayuda.

Debo decir que hay tanto que uno no imagina de las figuras que vemos en las pantallas. Confieso que después de leer este libro, respeto en demasía a la figura del mexicano con la charra tatuada en el pecho. Su lucha para salvar a sus hijos del mundo de las drogas es desgarradora y el constante conflicto entre su labor altruista y el comportamiento de sus más allegados le da un contraste muy fuerte a la obra.

Por supuesto que está la parte divertida de sus apariciones clásicas en películas y series; las anécdotas con Antonio Banderas, Robert DeNiro y Ray Liotta son verdaderas joyas. A pesar de todo, lo más profundo y bueno de esta autobiografía es que te enseña mucho de la batalla que hay en cada uno de los seres humanos y que realmente pareciera que la vida siempre se acomoda para ponernos en el camino de quienes más nos necesitan (o de quienes más necesitamos).