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Posts Tagged ‘Política’

Been there, read that (CCCX)

La estafa maestra / La historia del desfalco

Aut. Nayeli Roldán, Manuel Ureste

Recuerdo mis épocas universitarias, hace cada vez más años, y recuerdo una bella etapa como parte del semanario de la universidad en la que estudié. Si bien mi formación en ciernes como actuario no era la ideal para establecerme en el papel del periodismo, me ayudaron tanto el amor que le tenía a la publicación como mi pasión por la lectura y la escritura. Algunas de las máximas que aprendí en esos tiempos es que tenía que dejar que los hechos/datos hablaran, que todos tienen derecho de réplica y que los juicios de valor no tienen lugar en una investigación.

De este modo, me es imposible no disfrutar de un libro como el de La estafa maestra, que paso a paso desmenuza la historia de esta investigación que culminó con el encarcelamiento de una Secretaria de Estado, Rosario Robles, debido a las implicaciones que tuvo ante la opinión pública.

Primero, hay que aclarar que el presente libro, es una versión «mejorada» de la primera publicación que lleva el mismo título. Me explico, la investigación original vio la luz a través de formato electrónico en 2018 y se publicó en formato físico hasta 2020. La versión que yo he leído se publicó en 2022. Digamos que la primera versión fue una totalmente técnica o académica, mientras que la segunda, que lleva el subtítulo «la historia del desfalco», incluye no sólo la investigación sino una narración del proceso a través del cuál se fue realizando, incluyendo los momentos en que surgieron las ideas que evitaron que el trabajo se quedara atrapado en un callejón sin salida.

Como es sabido, La estafa maestra es el nombre con el que se identificó a una serie de «procesos» a través de los cuáles un sinnúmero de servidores públicos pudieron desviar miles de millones de pesos del erario. Básicamente, el gobierno solicitó ciertos servicios profesionales a determinadas universidades públicas, y éstas contrataron a terceros que se encargaron de realizar las tareas asignadas. En un mundo ideal así hubiese funcionado, el problema es que estos terceros fueron empresas fantasmas que no realizaron los servicios pero que sí cobraron por ellos.

Así, los autores narran el proceso a través del cuál se fue desmenuzando esta historia, desde sus primeros pasos al encontrar a un conserje en una comunidad rural aparentemente dueño de una empresa que ganó un contrato por 500 millones de pesos, hasta la elección del nombre que se le daría a la investigación; desde sus visitas a edificios vacíos y el descubrimiento de esquemas en los que personas de escasos recursos firmaban actas de constitución de empresas ficticias, hasta el momento en que Rosario Robles es recluida en la prisión de Santa Marta Acatitla.

Este libro se erige como un texto indispensable en lo que a métodos de corrupción corresponde, se detallan las mañas de las que se hacen uso como los carruseles de depósitos bancarios y la presentación de evidencias apócrifas de prestación de servicios, o los huecos legales que permiten a los perpetradores salir impunes.

Un año después de la publicación de esta segunda versión, en febrero de 2023, Rosario Robles fue puesta en libertad, vaya sorpresa. No se han señalado nuevos responsables y las carpetas de investigación permanecen abiertas. Esto no debe ser un desaliento; por el contrario, debe ser el motor para que nuevas investigaciones se lleven a cabo que permitan señalar a los rateros como lo que son.

Cuando tengo la oportunidad de leer algo como La estafa maestra, no me queda más que acomodarme y disfrutar de un buen periodismo de investigación aderezado con una narración que le da un toque novelezco. En definitiva, es un libro que todo mexicano preocupado por el destino que tienen sus impuestos debe leer. Qué estoy diciendo, todo mexicano que se precie de serlo tiene la obligación de saber lo que se narra aquí.

Been there, read that (CCCVI)

La casa gris

Aut. Raúl Olmos

Primer acto: El recién nombrado director general de cierto organismo autónomo estatal me contacta para invitarme a formar parte de su equipo como director de la oficina encargada de presupuesto y estadística; me la vende muy bonito, él es profesor universitario de formación (al igual que yo) y quiere demostrar que los académicos tenemos todo lo necesario para darle una buena dirección a la labor de las instituciones públicas. Acepto, pues me convence esta idea y el sujeto parece alguien de sobrado nivel de inteligencia y comulga con las ideas que tengo sobre la administración pública.

Segundo acto: Lo primero que tengo que hacer, es verificar las áreas de oportunidad en las que podemos ahorrar presupuesto porque, como pasa en todos lados, se acerca un buen recorte del mismo. Yendo celda por celda de las salidas de dinero del instituto, me doy cuenta de lo siguiente; primero, desde hace año y medio, el edificio se mantiene sin servicio de agua potable y paga pipas de agua cada mes, con un costo de alrededor de $2,500 por viaje; segundo, para el servicio de agua para beber para los trabajadores, se tiene contratado a un privado que nos vende garrafones de agua de relleno (nada de marcas fancy) ¡a $80 pesos cada uno!; tercero, también se paga una bodega, que no es más que un patio o cuarto techado, por la módica cantidad de $150,000 al mes.

Tercer acto: Al hacer las averiguaciones, se encuentra lo siguiente. No tenemos servicio de agua potable simplemente porque se dejó de pagar, la oficina encargada nos ofrece reactivar el servicio anual por tan solo un pago $6,000 que con descuentos queda en $4,500; es decir, que a cambio de esta última cantidad dejaremos de pedir 12 o más pipas mensuales de $2,500. Los garrafones no podemos dejar de pagarlos a 4 veces su precio porque el servicio se contrató a través de una licitación en la que sólo participó un proveedor. ¡Oh, sorpresa! El proveedor de dicha licitación es el mismo que nos vende las pipas y el mismo que nos renta la bodega y que resulta ser primo de un antiguo director.

¿Verdad que es muy fácil entender lo que sucedió aquí? Básicamente esto es lo que Raúl Olmos hace con su libro de la famosa casa gris. En resumen, el hijo de un presidente que proclama un gobierno de «austeridad republicana» renta un casa en el extranjero por algo así de $130,000 al mes; se menciona que esto se realiza a través de una inmobiliaria, pero de ser así, deberían existir registros oficiales de estos pagos en el Multiple Listings Service, un sistema utilizado por la Asociación de Agentes de Bienes Raíces de Houston. Como no hay registros significa que no hubo transacción oficial fue entre particulares, o sea entre el dueño de la propiedad y quien renta la casa, el hijo del presidente.

Por otro lado, el propietario de la mansión que cuenta con una alberca de 23 metros de longitud (y de la que se incluyen muchas fotografías en el libro) es un alto ejecutivo de una empresa gringa que se erige como uno de los mayores contratistas de PEMEX (contratos por alrededor de 151 millones de dólares). ¿Verdad que es muy fácil entender lo que sucedió aquí?

A través de los cinco capítulos de la obra, el autor relata el inicio del proceso de investigación, la obtención de pistas y la colaboración de otros profesionales en la pesquisa. También se detalla la contribución de otras figuras del periodismo en las labores de campo y en la divulgación de la información. Y es que aún con las pruebas en la cara, los registros oficiales gringos que se reproducen junto al texto, y un buen rigor periodístico, ciertas personas se atreven a defender lo indefendible: que el gobierno de cuarta es igual a todos los demás, si no es que peor.

En fin, independientemente del lado del espectro de opiniones en el que te encuentres, creo que vale la pena pensar que este tipo de publicaciones deberían de ser lecturas obligatorias previo a una temporada de elecciones en las que la manipulación del electorado a través del discurso demagógico estará «de a peso». Lectura más que recomendada el día de hoy y siempre.

Been there, read that (CCCV)

Descubrí que estaba muerto

Aut. J. P. Cuenca

Me encuentro indeciso sobre el libro del que vengo a escribir el día de hoy. No estoy seguro si lo disfruté, si me provocó un cierto nivel de estrés relacionado con la desesperación que el protagonista me hizo sentir con su actitud, si estoy de acuerdo con las premisas de lo que ahora se denomina gentrificación, si la línea difuminada entre realidad y ficción me confundió de más, si las angustias que provoca son genuinas en países latinoamericanos, no, no estoy seguro de si es alguna de estas opiniones, si no es ninguna de ellas o si son todas a la vez.

Vamos por partes, la historia, verídica o ficticia, comienza así. Un día como cualquier otro, el protagonista, que también es el autor, por un motivo nimio se tiene que presentar en lo que sería el ministerio público u oficinas de la policía. Ahí se entera que, de acuerdo a los registros del lugar, él ha fallecido hace aproximadamente tres años; sí, hay un acta de defunción en la que su nombre y datos personales coinciden totalmente en un fecha en las que él se encontraba fuera del país presentando parte de su obra literaria.

En este punto, te das cuenta de que esta premisa promete mucho para el desarrollo de la novela. Si eres latino, no te sorprenderá el hecho de que a los policías no les provoca mucha ilusión el investigar cómo es que un hombre fue declarado muerto de forma oficial y ahora se encuentra frente a ellos pidiendo una aclaración. Le aplican el «nosotros lo llamamos» para posteriormente mandarlo a su casa. Por supuesto que el escritor no se queda quieto y, tras difundir la noticia en una fiesta llena de snobs y figuras políticas corrientes buscando disfrazar su estrato social bajo una máscara cultosa, decide contratar a un investigador que le ayude a esclarecer quién es el hombre que tomó su identidad y porqué.

Como es de esperarse en el contexto político y cultural de un país como Brasil (nos encontramos en Río de Janeiro previo a los juegos olímpicos), pronto el autor recibirá amenazas por parte de fuentes desconocidas que le piden «no menearle» más al asunto. Incluso el mismo investigador le advierte de la participación de fuerzas poderosas de muy arriba.

El tema de la confusión está en que, en cierto momento, el protagonista tiene algo así como un corto circuito emocional que lo orilla a sacar los ahorros de toda su vida para irse a recluir a un edificio de renta de departamentos lujosos que nadie ocupa (o que nadie tiene dinero para poder ocupar). Ahí, el hombre decide olvidarse de todas sus responsabilidades y vive de un modo deprimente sólo alimentándose y emborrachándose, ignorando a su esposa, amistades y autoridades que le buscan; haciendo, al mismo tiempo, una reflexión y crítica de todo lo malo que se cierne sobre una ciudad que busca ocultar o disfrazar la decadencia para complacer a los turistas que la abarrotarán en los cercanos juegos olímpicos.

Convertir a la ciudad en una ciudad de turistas, expulsar al pueblo llano para embellecer y vender al mejor postor extranjero. Que no se note la pobreza, que se vea el progreso. Dentro de todo, este malabar entre imaginar en qué va a terminar esta historia y asentir a las críticas desarrolladas, provoca una arritmia en la lectura que, en lo personal, no disfruté. Se me hacía muy difícil retomar la lectura cada que sostenía el libro.

Si bien la obra trae varios premios a su espalda y el autor es reconocido como uno de los más sobresalientes en su país natal, no me terminé de convencer de su planteamiento. Pensé que me había topado con una novela negra de genial premisa, pero a la mitad de la historia ya no sabía que esperar e imaginaba un final abierto y abstracto que no resolvió dudas y que no terminó de aclarar en dónde está la división entre lo real y lo novelado. No es para nada un mal libro, pero difícilmente lo recomendaría por lo pesado que se torna en su etapa final.

Been there, read that (CCLXXXVIII)

Utopía

Aut. Tomás Moro

Ésta será una entrada relativamente corta, no tiene mucho sentido dedicarle una gran extensión a aquello que por siglos se ha analizado y citado para efectos de filosofía, política y literatura. Mucho se ha hablado de la obra insignia de Tomás Moro, desde su forma de sentar bases para el desarrollo de un tipo de literatura que imagina sociedades ideales; pasando por proporcionar una visión satírica de la sociedad europea del siglo XVI, abogando por la igualdad, la justicia y la tolerancia religiosa; hasta influenciar en el pensamiento político, especialmente en las discusiones sobre gobierno, propiedad y justicia.

En el libro, un viajero les describe esta sociedad «perfecta» a un grupo de interlocutores que lo escuchan atentamente. En su narración, el viajero aborda diversos puntos. En Utopía, la sociedad está organizada de manera que todos los ciudadanos tienen igualdad en términos de propiedad y recursos. No hay propiedad privada, y la comunidad comparte los bienes de manera justa. Los habitantes de Utopía participan en el trabajo agrícola y manual de manera equitativa. La educación es altamente valorada, y todos los ciudadanos reciben una educación integral.

La religión en esta ciudad ideal es tolerante y no dogmática. Los utopianos adoran a un dios único, pero son abiertos a la diversidad de creencias. La intolerancia religiosa es condenada. Utopía está gobernada por sabios llamados «adenianos». El gobierno es centralizado pero democrático. Los líderes son elegidos por el pueblo y sirven por un período limitado.

Utopía es una obra que invita a la reflexión y el debate sobre cuestiones sociales y políticas. A lo largo de los siglos, ha sido interpretada de diversas maneras y ha influido en el pensamiento utópico y en la literatura política. Es una obra clásica de carácter obligatorio para todos.

Been there, read that (CCLXXIX)

La Europa Neonazi / El renacimiento de las botas en el Viejo Continente

Aut. Doménico Mantuano

Con respecto a esta inercia provocada por lecturas concernientes a la Segunda Guerra Mundial, pasamos de testimonios y narraciones directas del conflicto a una revisión de las consecuencias para los que formaron parte del mismo. Prosigo con la lectura de la obra de Doménico Mantuano, publicada en 2014. Y hago énfasis en la fecha de publicación pues, tomando en cuenta que han pasado 10 años, es importante darnos cuenta de lo mucho que han cambiado algunos de los panoramas descritos en ese entonces.

Mantuano aborda el resurgimiento de la ultraderecha y el neonazismo en Europa, destacando la presencia de estos movimientos en varios países de la Unión Europea (desde Francia, España y Alemania hasta Hungría, Rumania, Polonia y Finlandia) y dedicando un capítulo de su libro a cada uno de ellos. Se mencionan casos específicos, como el del partido griego Amanecer Dorado y líderes que expresan ideas neonazis. La obra también destaca la relación entre la ultraderecha, el conservadurismo religioso y el rechazo a la integración europea.

Por otro lado, se analiza la doble moral de algunos líderes ultraderechistas que moderan su discurso en presencia de periodistas, con el caso del español José Luis Roberto cuyo discurso xenófobo antiinmigración choca con los servicios legales que provee a dueños de prostíbulos que contratan principalmente a extranjeras. Además, se explora la conexión entre el neonazismo y la oposición a la inmigración, señalando la ironía de culpar a los inmigrantes por problemas generados, según el autor, por políticas neoliberales.

El texto destaca que, en algunos casos, el neonazismo se asocia con el conservadurismo religioso, rechazando el laicismo y oponiéndose al aborto y al matrimonio homosexual. Se mencionan ejemplos de partidos y organizaciones en diferentes países europeos que combinan el neonazismo con posturas religiosas y sociales conservadoras. Finalmente, se enfatiza la relación entre la crisis económica y el resurgimiento del neonazismo, comparándolo con el ascenso de Hitler en Alemania después de la Primera Guerra Mundial.

Este tipo de lecturas son importantes aún cuando no formamos parte de la órbita inmediata de los movimientos políticos abordados. Si bien existe presencia marginal de grupos abiertamente nazis en México y, a pesar de que las características históricas y étnicas de América podrían hacer menos probable el surgimiento de movimientos neonazis en la región, no podemos dejar de prestar atención a todo aquello que se puede imitar y que, de hacerse, puede provocar enfrentamientos como los que ya se dan en momentos políticos importantes.

Been there, read that (CCLXIV)

El rey del cash / El saqueo oculto del presidente y su equipo cercano

Aut. Elena Chávez

A pesar de tener una preparación académica robusta en términos de gobierno y política, lo cierto es que evito en la medida de lo posible meterme en debates políticos con la gente que me rodea. Cada que leo una publicación a favor o en contra de cierta figura o proyecto públicos, dirijo la mirada hacia el cielo y opto por pasar a lo siguiente. Me gusta el chismecito, pero sólo mientras cumple con su cometido de ser chismecito y no el de convertirse en una acusación formal en la que, ante todo, debe existir cierto rigor, llámese periodístico, llámese argumental, llámese estadístico, etc.

El problema del Rey del Cash es precisamente ese, es una serie de chismes disfrazados de lectura de debate. Tengo entendido que la autora es periodista de formación; sin embargo, aquí no hay una investigación periodística, lo que tenemos es un texto que no rebasa el «yo lo vi».

Elena Chávez narra de primera mano los eventos de los que fue testigo como esposa de una de las personas más allegadas al Presidente, su jefe de prensa, César Yáñez, y toca temas que, está de más decir, son sumamente importantes: las cuotas obligatorias a servidores públicos para fondear un movimiento político, los carruseles de depósitos bancarios para burlar alertas en el SAT, el abuso de poder de ciertas figuras, el desvío de recursos públicos para fortalecer una campaña. Se sueltan nombres, se parafrasean conversaciones, se hacen descripciones dramáticas de los gestos y expresiones de los implicados, pero nada más.

No apoyo en lo más mínimo al gobierno actual ni a ninguna de sus acciones; sin embargo, debo decirlo, el libro se queda en la acusación y no aporta pruebas. Está bueno para una lectura en la taza del baño, pero no se puede utilizar como parte de una buena argumentación. No quiero caer en el prejuicio pero, a pesar de que la autora dice escribir con hechos y no con despecho, sí parece un libro que busca cierto nivel de desquite y por eso es atractivo.

Es triste pensar que muchos de los trapitos que este libro saca al sol sean reales, vaya, seríamos ingenuos de pensar que mucho de lo descrito no es real, el problema es que no se puede hacer más con el material que se nos da. Sí, sabemos que roban; sí, sabemos que obligan a sus subordinados a realizar acciones en contra de su voluntad; sí, sabemos que entregan licitaciones a empresas fantasmas; sí, entendemos que se hablan y planean muchas cosas a escondidas.

Al principio, el libro provocó un gran revuelo y aunque agotó preventas, muy pronto fue olvidado. Se disfrutan las descripciones sobre la higiene personal de una figura como la del presidente (como cuando hay que sacudirle la caspa antes de cada presentación), sus berrinches, las palabras con las que descargó su ira en contra de los chivos expiatorios de las malas obras; se disfruta del morbo de saber qué más nos van a contar. Ningún opositor serio podrá encontrar tela de dónde cortar.

Al final, debemos tomar este libro como muchos otros que giran alrededor del señalamiento de figuras públicas: como un tabloide de esos en los que buscas quién anda comiéndose a quién y cuál es el chisme que tal dice de cuál.

Been there, read that (CCVII)

Lady Masacre

Aut. Mario Mendoza

Tendría tal vez 5 o 6 años de edad cuando mi papá me llevó a mi primera función de lucha libre. Ese era el lugar en donde estaba bien decir groserías, donde conocería a mis primeros héroes y los vería volar. Ya existían guerreras luchadoras, cómo olvidar a Miss Janeth o a la inmensa Martha Villalobos. A pesar de todo, jamás tuve a una heroína en aquel mundo hasta que un día vi luchar a Sexy Star, desde ese entonces tuve una heroína a la cuál admirar. Cómo no hacerme con un libro cuya portada me recordó tanto a esa gladiadora que, ya desde hace casi dos años, se retiro de ese deporte para dedicarse a otros proyectos en su vida.

Lo más chistoso del caso, es que quedé tan prendado de la portada del libro, que fue casi nula la atención que puse en la sinópsis de la contraportada y asumí de inmediato que la historia era más que mexicana que, valga la redundancia, la lucha libre mexicana. Sorpresa que me daría casi a la cuarta parte de la historia cuando comencé a darme cuenta de que las cantidades monetarias y los lugares descritos no coincidían con lo que conozco de mi propio país.

Pero bueno, vamos por partes. Primero, esta es una novela negra, una novela policíaca con tintes sociopolíticos en toda la definición del término. Segundo, su protagonista es Frank Molina, un experiodista que tras ser expulsado de su trabajo y después de ver destruida su carrera, decide convertirse en investigador privado. Tercero, Frank es bipolar y gran parte de su vida la vive en una dualidad tal que llega un momento en el que no sabemos si lo que está aconteciendo es realidad o puros inventos de la dañada psique del excronista. Cuarto, el caso gira en torno al asesinato de un prominente político cuyo deceso implica nexos con grupos paramilitares y asesinatos en masa de campesinos. ¿Verdad que suena a México? Pues no, la historia se desarrolla en Bogotá.

Bajo estas premisas es que acompañaremos al cuasihéroe a través de una historia de intriga, crímenes pasionales y hasta un poco de sucesos paranormales cortesía del reciente amigo y aliado del protagonista, Kalimán, un revolucionario retirado que se dedica a la lectura del tarot y a la astrología.

La historia es muy mexicana, aunque si fuera mexicana y un colombiano la leyera, éste diría que es muy colombiana, así que dejémoslo así. Así como tardé mucho tiempo en darme cuenta de que las locaciones no eran las que yo pensaba, también me di cuenta muy tarde de que en mis manos yacía una décima edición de la novela, así que el contexto narrado es el de eventos de hace una década. No por eso han dejado de ser relevantes, basta sustituir a las facciones paramilitares por el narco y todo estará fresco como los cadáveres que nuestro investigador habrá de descubrir.

Lady Masacre tiene todo lo que un amante de lo policiaco y la nota roja quiere: misterio, perversión, pasión y hasta la aparición de un personaje de los cómics como estrella invitada. Sin duda entretenida es la historia como atractiva es la aparición de la mujer que engalana a la portada y el título del libro, Lady Masacre, una estrella del ring que pronto dará una vuelta a todo lo que supondremos del crimen que Molina investiga. Recomendación total.

Been there, read that (CLVII)

En defensa de la intolerancia

Aut. Slavoj Zizek

image_1165_1_66951Antes de que se acabe el furor de las elecciones, me apetece escribir un poco sobre mi más reciente lectura. Nuevamente, un pendiente que llevaba más de un año sin ser atendido. Me lo regalaron por ahí de febrero de 2017 y apenas hace unos días que me senté a terminarlo. Lo cierto es que tuve que releerlo desde cero aparte de repasar algunas páginas más de una vez debido a lo exageradamente técnico que se encuentra escrita la obra.

Primero, si hay algo que siempre detesté de las múltiples lecturas sobre ciencia política que me dejaron cada semana a lo largo del doctorado, es esa capacidad tan grande que tienen algunos autores de convertir una idea sencilla en algo sumamente complicado a través de un lenguaje cargado de tecnicismos políticos y palabras rebuscadas. Pues bien, el buen Zizek no es la excepción; le dedicas varias leídas a una misma página y para cuando entiendes la idea central, te das cuenta del exceso de palabras que se utilizaron nada más porque sí.

Segundo, está cabrón (y perdón por la expresión) seguirle el paso a las ideas que por momentos le entran al género anecdótico para después regresar al tecnicismo total. Aunque eso sí, se agradece la parte anecdótica pues funciona mucho mejor para entender el punto central de lo que se habla más que con las definiciones atascadas de referencias circulares.

Ahora bien, En defensa de la intolerancia es una lectura de izquierda total, no me atrevo a decir radical, pero sí muy cerca del extremo. Mi problema con este tipo de lecturas es que si bien muchas de sus ideas tienen un buen argumenta, tarde o temprano las elevan a situaciones ridículas. El punto principal es que no nos debemos dejar engañar por el discurso capitalista global que se asienta a través del poder en occidente. De esta manera, cuando se habla de despolitizar a la economía y dejarla regirse autónomamente por reglas bien establecidas e instituciones con leyes concreta, en realidad se logra lo contrario: se politiza más la situación de los dominados y se establece la relación amo-esclavo entre ELLOS y NOSOTROS (los jodidos).

Me encanta la idea de la Sociedad de Riesgo, y me agradó esta parte de la ilustración a través de analogías que se hacen hasta con un tamagotchi; el problema es que la lectura se siente fuera de su tiempo. A pesar de haber sido publicada en 2005, parece estar escrita con ideas basadas en situaciones de los noventa.

Con todo, creo que la obra de Zizek es sumamente interesante, pero no la recomiendo para quien no traiga consigo algún bagaje considerable de lecturas de ciencia política y gobierno pues aún con los cientos de lecturas que he hecho a lo largo de los últimos tres años, me costó mucho trabajo dilucidar entre la verbórrea y lo que realmente se quiere transmitir. Recomiendo sólo bajo el riesgo de no entender nada o el riesgo de caer preso del tecnicismo que podría hacer que te apropies de ideas que no precisamente son las más adecuadas en un contexto mundial actual.

Been there, read that (CXLVII)

Cinco esquinas

Aut. Mario Vargas Llosa

cincoesquinasDe los pocos placeres de los que me di gusto en período de clases doctorales, se encuentra esta belleza de novela. Recuerdo que era la presentación de un convenio sobre Voto Informado, de la que era parte mi instituto, y mientras la palabrería y los formalismos se daban, no podía dejar de leer este libro que había adquirido apenas media hora antes. Hay buenos libros que prefieres recetarte de casi una sola sentada, éste fue uno de esos que en menos de 36 horas ya había cometido el propósito que lo vio nacer en la imprenta.

Siempre lo he dicho, es muy difícil escribir una reseña crítica de un escritor con una carrera tan consumada como la de Vargas Llosa; sin embargo, a pesar de que lo amé, sí hubo un par de detallitos que no me gustaron, aunque son mínimos.

La historia se centra en el Perú de Fujimori, bastante cerca del final, aunque los personajes ni se lo imaginan. Nos concentramos alrededor de las vidas de tres personajes que considero principales: un empresario, su esposa y «la retaquita», una periodista que trabaja para una publicación patrocinada por el gobierno, encargada de destruir socialmente a quienes se oponen al régimen. Los tres se ven enlazados a través de un escándalo sexual por parte del ingeniero, que desemboca en el asesinato del mentor de la corresponsal y su posible reclutamiento por parte de un sombrío personaje del gobierno, el mitológico Doctor.

En general, la historia tiene mucho que decirnos sobre la doble moral de las personas: La esposa del ingeniero lo juzga cruelmente cuando su escándalo sale a la luz, a pesar de que ella tiene aventuras con la esposa del mejor amigo de su esposo; los periodistas utilizan la información que el gobierno les da, para poder independizarse del mismo; entre otras.

La historia es adictiva, no te permite cerrar el libro sin desear saber qué sigue después. Sin embargo, hacia el final del libro, se ahorra una gran parte de la narrativa al incluir diálogos simultáneos en intercalados entre la mayor parte de los personajes; cuesta trabajo distinguir quién le responde a quién y qué personaje es el que está hablando, supongo que esa era la intención del autor y, aún así, pareciera que es una forma de apresurar un final que se intuye desde la mitad de la obra.

Como ya lo mencioné, el detalle que menciono es mínimo. De hecho, el libro es una genialidad y lo recomiendo ampliamente. No he conocido persona allegada que no haya leído los primeros párrafos y que no me lo haya pedido prestado (cosa a la que me niego pues la ley del libro prestado es muy real), de modo que se disfruta y en serio.

Been there, read that (CXLVI)

Uno soñaba que era rey

Aut. Enrique Serna

phpThumb_generated_thumbnailCada vez me es más difícil mantener actualizado mi blog y, lo que es peor aún, mantener satisfecha mi hambre de buenas obras escritas. Pasé de un cómodo índice de lectura de libro por semana a una incómoda situación en la que leo un promedio de 120 páginas por semana sobre teoría de gobierno, metodología  de investigación, y democracia. No me quejo, leer no me deja de brindar una enorme satisfacción; sin embargo, los niveles de satisfacción no son los mismo cuando lo haces por deber y no por placer.

De entre todo, me doy mis tiempos. Así que debo ser más selectivo y me decido por aquellos temas que también aportan al entramado de mis estudios doctorales. Tal es el caso de Uno soñaba que era rey, una de las obras más reconocidas del buen Enrique Serna.

La novela es un retrato típico de la asociación político-cultural del Distrito Federal de la época de los 90’s: polaridad entre la alta sociedad y las colonias populares, contrastes entre lo que el discurso político del funcionario corrupto expresa y lo que realmente busca. Todo esto gira alrededor de una serie de personajes que calificaré como estereotipados a pesar de que las normas que los rodean no posean límites definidos.

El Tunas, es un muchacho que se la vive aspirando resistol 5000, su principal preocupación en la vida es que no le haya crecido aún el vello púbico que lo transportaría a la edad adulta. Se rodea de la Caguamita y demás muchachos vagos de la colonia, evita al hombre que corteja a su madre cuya existencia es amarga debido al abandono del padre hace muchos años. Tunas pronto se relacionará con el director de una estación de radio que busca adjudicarle un premio al heroísmo infantil a causa de la culpa que siente cuando su pequeño hijo, mientras jugaba «tiro al naco», asesina al desaparecido padre del protagonista en plena vía pública.

Ese es el retrato de una realidad priísta que dista mucho de haber desaparecido y que incluso el día de hoy se siente fresca. La narrativa de Serna es,como siempre, audaz y satírica, pero para nada pedante o capaz de provocar hastío. Aguda y consistente, que te impulsa siempre a desear saber cuál es el desenlace de una historia que parece no tener fin.