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Posts Tagged ‘Rusia’

Been there, read that (CCCXIX)

Kolmogórov , El zar del azar

Aut. Carlos Sánchez Fernández / Concepción Valdés Castro

En mi ciudad natal, Orizaba, desde que tengo uso de razón, existió, sobre la avenida principal que atraviesa a la población, una librería de nombre Garcilazo. Cuando niño, era el lugar obligado para buscar los libros que formaban parte de la lista de útiles de la primaria. Durante años permaneció la librería en ese lugar hasta que, a finales de 2022, anunció que cerraría sus puertas; a mediados de 2023, fue sustituida por una tienda 3B, la tragedia.

Durante el período previo a cerrar sus puertas, Garcilazo colocó un cartelito en el que anunciaba el remate de su inventario de libros, no pude evitar asomarme a tan tentadora oferta. La verdad, lo del remate era un decir, si bien se notaba que desde hacía mucho tiempo no se actualizaban los inventarios (mucho libro viejo, descontinuado), los precios aún con descuento de remate se mantenían bastante altos. Tampoco había mucho que ver, la mayoría eran libros técnicos o académicos de edición antigua que muy pocas posibilidades tenían de aumentar su ya de por sí precario valor.

A pesar de todo, bien dicen que el que busca encuentra y encontré gran parte de una colección de obras sobre grandes matemáticos y hombres de ciencia con una edición muy bella a dos tintas y papel bonito. De nuevo, el precio no me pareció tan bajo para ser un remate pero, al buscar algunos de esos libros en internet, me percaté que no había forma de conseguirlos o que sus precios en el mercado digital eran de casi 5 veces el que me ofrecían. Me gasté una buena suma de dinero (nada que pusiera en peligro mis finanzas, regla importante) y adquirí los 12 volúmenes que había de esta colección de alrededor de 20 libros. Entre estos se encontraba el de Kolomogórov.

Andrei Kolmogórov es famoso por sus contribuciones en matemáticas, particularmente en teoría de la probabilidad, teoría de la medida y teoría de la información. Sus trabajos en la formulación axiomática de la probabilidad, la definición de la complejidad algorítmica y el desarrollo de la teoría de la medida han tenido un impacto significativo en diversas ramas de las ciencias, incluyendo la física, la estadística y la informática. Además, fue uno de los fundadores de la escuela matemática soviética y desempeñó un papel importante en la educación y promoción de las matemáticas en la Unión Soviética.

Lo bello de la edición no sólo está en el papel y la calidad de impresión a dos tintas que ya mencioné, está también en el hecho de que no es una biografía común con un compendio de la obra del matemático, sino que incluye entrevistas, datos curiosos, la relación de su vida a cada uno de los momentos del desarrollo de sus logros, e incluye problemas para que el autor reconozca, a través de la práctica, los conceptos básicos que se abordan.

Fue así que el libro sirvió no sólo para satisfacer mi curiosidad académica, sino para utilizar los ejercicios que propone en mis clases de cálculo. Me fue fácil hacerle entender a mis alumnos de negocios conceptos bastante rudos como las tres definiciones o enfoques de la probabilidad. Me encantaría recomendarlo a todo mundo, pero también es cierto que es muy difícil que alguien consiga estas ediciones. Joyitas que te caen en las manos en situaciones tristes como la desaparición de una librería.

Been there, read that (CCCIII)

Salmo y otros cuentos inéditos

Aut. Mijaíl Bulgákov

El pasado fin de semana, tuve la oportunidad de asistir a una función del musical de Broadway, Anastasia. Basado en la leyenda de la más pequeña de las hijas de los Romanov, el musical fue una verdadera belleza, adaptada para todo público, con actores que dan una interpretación de altísimo nivel y una puesta en escena que hace reír y soltar lágrimas por igual. Mientras Mariana Dávila me tenía totalmente embelesado con su voz y actuación, no pude evitar sonreír para mis adentros al pensar en lo bonito que son las coincidencias entre lo que vas eligiendo y lo que la vida te va poniendo.

Me explico: mi lectura actual es un libro titulado Proletkult, un novela de ciencia ficción ubicada en los primeros años posteriores al triunfo de la Revolución Rusa, por ahí de 1926; uno de los protagonistas es el director de un centro médico que tuvo un importante papel ideológico en la consumación de la revolución y que ahora se muestra arrepentido del resultado del movimiento. De esta manera, se enlaza el evento del que parte el musical, el asesinato de la familia del Zar, con las secuelas del mismo y, todavía más coincidente, es el hecho de que reviso mi carpeta de reseñas pendientes y me encuentro con la de los cuentos de Bulgákov, un escritor que se opuso abiertamente a la revolución y sus resultados, motivo por el cuál vivió en el ostracismo y por el que el grueso de su obra se tuvo que publicar de manera póstuma.

Es así que ahora toca hablar de uno de esos escritores que me han hecho tomarle un gusto inmenso a la literatura rusa, esa que te provoca una sensación invernal y que evoca en la mente grandes extensiones de paisajes áridos. Salmo y otros cuentos inéditos es una recopilación de 9 cuentos escritos entre 1923 y 1926, otra coincidencia en la fechas, que se establecen como una crítica muy «teatral» de la sociedad rusa de esos momentos.

En estos cuentos encontraremos dos bloques de personajes: el primero, compuesto por personas simples, con existencias monótonas y que «ahí la llevan» con sus vidas tristes; el segundo, compuesto por pillos, y gente pícara que busca darle la vuelta a las autoridades y a la vida misma. En ambos casos, a pesar del terreno común de lo infértil y la escasa oportunidad, encontraremos esperanza y deseos de algo más.

Desde Corazón de perro y Morfina, Bulgákov se ha convertido en un autor que representa la unión de la ficción con la medicina, del desasosiego con la esperanza, de la pobreza económica con la riqueza espiritual. Si bien no me queda mucho por leer de él pues solamente su obra más importante, El maestro y Margarita, se me escapa, es un escritor cuyas líneas siempre recomendaré para quienes buscan algo ligero, que se pueda leer fácilmente y que no por eso deje de ser profundamente crítico y que señale de manera muy marcada todo un territorio y época.

Been there, read that (CCLXXXII)

Los protocolos de los sabios de Sion

Aut. Desconocido

Ya para terminar mi serie de libros sobre temas de la Segunda Guerra Mundial y partiendo de la lectura del juicio a Eichmann, incluyendo que el fin de semana miré con mi papá una película titulada Conspiracy en la que se retrata la deliberación de altos funcionarios nazis con respecto a la llamada solución final, decidí darle una leída al controvertido libro de Los protocolos. Y es que imagino dicho libro con un bagaje parecido al que tiene el Necronomicón, el de ser obras ficticias que las personas pueden fácilmente confundir como reales.

El origen del libro se remonta al siglo XIX y se le atribuye falsamente a reuniones secretas de líderes judíos que supuestamente conspiraban para controlar el mundo. El texto, sin embargo, ha sido desacreditado y demostrado como un fraude.

La obra presenta una serie de supuestas estrategias detalladas utilizadas por una élite judía para manipular la política mundial y alcanzar el dominio global. Aunque su autoría no está clara, la obra fue compilada y publicada por primera vez en la Rusia zarista a principios del siglo XX. Algunos historiadores y expertos creen que la obra fue creada por la policía secreta rusa (Okhrana) como parte de una campaña para desacreditar a los revolucionarios y para desviar la atención de los problemas políticos y sociales del país.

Finalmente, debo ser honesto, se nota a leguas la falsedad de lo que se describe, los supuestos planes resultan sumamente falibles cuando tomas en cuenta los avances tecnológicos actuales y, en general, está narrado como el discurso de cualquier villano de película. Me preocupa que haya personas que actualmente tengan la nula capacidad de discernimiento de lo que resulta un texto ficticio con intenciones bastante claras de difamación y manipulación de opiniones (ojo, no estoy diciendo que hace 100 años no pudiera tomarse como verdad); pero bueno, de todo hay en este mundo tan diverso y desinformado.

Been there, read that (CCLXXVI)

Memorias de un francotirador en Stalingrado

Aut. Vasili Záitsev

Después del libro de Svetlana, me quedé picado con las historias de guerra, así que no tuve más remedio que elegir la narración del afamado francotirador ruso, Vasili, para satisfacer el antojo. Si el nombre Vasili se te llega a hacer mínimamente familiar, el motivo es Hollywood que, en 2001, lanzó una película protagonizada por Jude Law titulada Enemy at the Gates. En dicha película, se narra la historia del duelo entre un francotirador ruso, Vasili Záitsev interpretado por Law, y un francotirador alemán, Erwin Konig interpretado por Ed Harris, que ha sido enviado al frente en Stalingrado específicamente para eliminarlo.

Ahora bien, como todo en el mundo del cine de origen gringo, por supuesto que tenían que meterle un poco de «democracia» al asunto y en la película se esfuerzan en señalar al ruso como una persona nulamente instruida y perteneciente a un batallón penal (conformado por convictos) que por obra divina se convierte en un gran francotirador que llama la atención del alto mando alemán debido a las bajas que les inflige; no sólo eso, sino que lo pintan como un producto del condicionamiento soviético. Y no es que sea una mentira, pero ciertamente los gringos no van a ensalzar en demasía a un héroe de una nación «rival».

Por otro lado, hay algo que parecería inventado por los productores pero que realmente sí sucedió: Vasili estaba aterrado de enfrentarse al Mayor Konig. ¿Cómo lo sé? Precisamente porque es el mismo Vasili quien, en su testimonio, detalla el estrés y el temor que le provocaba saberse acosado por el jefe de la escuela de francotiradores del ejército alemán, toda vez que se cargó a un par de sus camaradas justo frente a sus ojos y sin dar un mínimo atisbo de su posición en el campo de batalla.

A pesar de que el duelo viene relatado en un número de páginas significativo con respecto al total del libro, la narración va más allá del duelo con el alemán y comienza desde la infancia del soldado ruso en los montes urales y cómo fue su abuelo quien le enseñó a disparar a los animales que cazaban juntos, hasta su paso por la marina rusa y la recepción de los más grandes méritos del ejército rojo una vez terminado el conflicto.

Temas que hay que destacar: el texto por supuesto que está inflado como parte de la propaganda soviética para engrandecer al héroe; Vasili no fue ni el más mortífero ni el que más hazañas tuvo entre los francotiradores del ejército, sin embargo, cumplía con requisitos que otros soldados no para ser erigido como héroe que inspirase a sus compañeros (Vasili era miembro del Komsomol y pertenecía a la clase campesina que se unió voluntariamente a la batalla); por último, muchos historiadores han concluido que no existe evidencia de que el mayor alemán, cuyo verdadero nombre fue Heinz Thorvald, en efecto haya sido abatido por Záitsev. Ni su presencia ni su muerte han sido constatados.

A pesar de todo, es una narración interesante e instructiva pues el autor no escatima en detalles descriptivos tanto del campo de batalla como de los movimientos de ambos bandos que él apreciaba, como de los detalles técnicos de cómo abatía a cada una de sus víctimas. Es el tipo de texto del que se puede aprender mucho y vaya que es una lectura obligada para amantes de la historia de los conflictos mundiales.

Been there, read that (CCLXXIII)

La guerra no tiene rostro de mujer

Aut. Svetlana Alexiévich

Me he dado cuenta de que tenemos un sesgo muy grande en cuanto a temas bélicos se refiere: consumimos películas, libros y documentales sobre los grandes conflictos; nos interesamos en la táctica utilizada por el General para rodear a su enemigo y cortar sus suministros; alabamos a los grandes héroes y villanos de la historia, de cómo llegaron al lugar que grabó su nombre para siempre; si tenemos la suerte de conocer a un veterano, nos interesa que nos cuente con cuántos enemigos acabó, cuántos vehículos destruyó; y, en general, utilizamos la imaginación para colocarnos en medio de los momentos cruciales porque, precisamente, hemos construido este imaginario en el que la guerra es como una película de acción.

Nada podría estar más alejado de la realidad. Actualmente, gracias a las redes sociales y a cierta «democratización» de los canales y medios de información, podemos acercarnos desde un punto de vista distinta al conflicto. Pensemos en la situación de Gaza, en otros tiempos tenderíamos a consumir sólo aquello que un par de noticieros nos informara, esperaríamos a lo que los periódicos informaran hasta el inicio de cada día, nos quedaríamos con versiones oficiales de las noticias; hoy, por el contrario, tenemos información al instante y podemos enterarnos no sólo del movimiento militar, sino del sufrimiento de las personas inocentes que se encuentran en el medio. Pasamos de fotografías de soldados disparando a videos de niños cubiertos de escombro, con miembros amputados, llorando.

Publicado en 1983, La guerra no tiene rostro de mujer tuvo siempre esta premisa, la de mostrar aquello que en las narraciones bélicas no se mostraba: el punto de vista femenino. Y es que, seamos honestos, los hombres tendemos a ignorar los medios, lo que nos importa es el objetivo y su logro; las mujeres son distintas, ellas sí pueden detenerse y pensárselo dos veces antes de cruzar un camino en el que tengan que pasar por encima de alguien más (aclarando siempre que hay excepciones en ambos apartados).

La autora, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2015, utiliza la entrevista como medio fundamental a través de cual recolecta los testimonios de más de 500 mujeres soviéticas que participaron en la Segunda Guerra Mundial, desde enfermeras hasta francotiradoras, desde mecánicas y mecanógrafas hasta conductoras de tanques de guerra. De este modo, se ofrece un punto de vista rara vez utilizado y, al mismo tiempo, se hace un homenaje a las mujeres que participaron en el conflicto y que rara vez se toman en cuenta.

En los testimonios no se habla de la victoria, ni de cuántos soldados alemanes se abatieron; por el contrario, se habla de los olores, del color de la sangre, de los quejidos de los heridos, de las lágrimas. Se encuentran testimonios de mujeres que daban un último beso al soldado moribundo, de mujeres que salvaron la vida de soldados enemigos, de mujeres que mintieron sobre su edad para poder ser enviadas al frente, de mujeres que aprendieron un oficio para ser reclutadas y servir a su país, de mujeres que se enlistaron para estar cerca de su padre o su hermano…

Ya sé que estamos hablando de otros tiempos y de otras naciones con ideologías totalmente diferentes, pero algo que no soporté fue la lectura de testimonios en las que muchas mujeres habrían preferido morir en el frente antes que volver a sus casas pues, en lugar de ser recibidas como a los hombres como heroínas, se les consideraba en desgracia porque «quién sabe con cuántos hombres se acostaron en las barracas». Sus propias familias las rechazaban porque no podían albergar a una persona caída en tal desgracia. Muchas ocultaron su participación y trataron de buscar una normalidad que nunca llegaría.

La guerra no tiene rostro de mujer es una lectura indispensable, los relatos son distintos a lo que acostumbramos y muestran perspectivas diferentes. Su separación por capítulos de temáticas que van desde el hallazgo del amor en medio de la violencia hasta la búsqueda de un ser querido entre los caídos, hace que su lectura sea amena y que se pueda realizar por fragmentos pequeños o una gran cantidad de páginas a la vez. En lo personal, es un libro que podría volver a leer muchas veces, hay anécdotas y testimonios realmente interesantes e incluso dolorosos.

Been there, read that (CCLII)

La torre de la golondrina (Saga de Geralt de Rivia, Libro VI)

Aut. Andrzej Sapkowski

Ya muy lejos quedaron los elementos que se podían comparar entre libro y serie televisiva, ya hace al menos dos volúmenes de libros que los eventos descritos en ambos medios dejaron de coincidir y, por tanto, se acabaron los corajes. Ahora sí, se puede disfrutar de lo que la imaginación por sí sola puede generar mientras capta cada palabra de las aventuras del brujo y compañía que Sapkowski nos narra de manera suave pero detallada.

Si bien el libro anterior de la saga de Geralt se centró en las aventuras que el singular grupo del brujo enfrentó mientras se dirigían a la única dirección posible de rescate de Ciri, La torre de la golondrina se enfocará en lo que esta última ha atravesado durante ese mismo tiempo. Nuevamente, el destino de Yennefer quedará replegado a los rumores que otros personajes darán de su captura y desaparición justo en el mismo punto en el que hace años desaparecieron Pavetta y Duny, los padres de Ciri, mientras que «el grupo de Geralt» se verá acosado por un medio elfo que hará hasta lo imposible por asesinar a nuestro héroe y evitar que una nuevamente su camino al de su niña de la sorpresa. Debo admitir que el clímax de esta parte de la historia te tendrá al borde de los nervios pues hay momentos en los que se siente la incertidumbre de si alguno de los miembros de la compañía caerá en combate o en alguna trampa o fuego cruzado de los enemigos.

Ahora bien, con respecto a la parte medular del libro. Primero, nos encontraremos a una Ciri malherida, estrenando cicatriz en el rostro, inconsciente en el bosque, y que será rescatada por un hermitaño sospechosamente sabio que la cuidará y mantendrá a salvo; segundo, en su recuperación narrará lo que se visualizaba hacía tiempo, su separación de Los Ratas y el trágico destino del grupo a manos del nuevo gran villano: el mercenario Bonhart, también conocido como el asesino de brujos, un espadachín que definitivamente provoca temor por la forma en que despacha enemigos de manera sangrienta y sin derramar una sola gota de sudor; tercero, la forma en que Ciri pasa de ser una presa para convertirse en gladiadora que servirá de espectáculo a su captor, para finalmente escapar de éste y dar muerte a sus perseguidores en una escena en el hielo (de ahí la ilustración de portada del libro) digna de una gran producción hollywoodense (esperemos que llegado el momento, hagan de esta escena una belleza en la serie, aunque lo dudo). Se me figura a un escenario del estilo de la batalla de los bastardos de Juego de Tronos, aunque con menos personajes involucrados.

No hay mucho más que decir, a estas alturas es imposible no terminar de leer la serie de libros ya que sólo resta La dama del lago, séptima y última parte de esta gran narrativa que intuyo tendrá un final agridulce. No lo sé, pero pareciera ser que la historia del grupo de Geralt se dirige hacia cierto punto de pérdidas terribles y aunque los spoilers involuntarios nos indican que los tres personajes principales saldrán por su propio pie, la presencia amenazante de los villanos Bonhart y Vilgefortz, que para nada se ven como personajes débiles o que vayan a caer fácilmente, hace que sea inevitable imaginar victorias que serán bastante amargas. Allá nos vemos antes de que acabe el año.

Been there, read that (CCXLV)

Bautismo de fuego (Saga de Geralt de Rivia, Libro V)

Aut. Andrzej Sapkowski

No he podido parar de leer la saga del brujo, ahora que me he quitado la distracción de estar esperando nuevas temporadas de la serie de Netflix con sus inmensos horrores argumentales, he disfrutado cada página de la obra de Sapkowski y he entrado a esa etapa en la que ríes, lloras, te alegras o te entristeces junto con los personajes que comienzan a formar parte de tu día a día como lector.

El tiempo de odio se ha terminado, un brujo protagonista vapuleado se recupera en lo profundo del bosque con ayuda de las dríadas. Tras semanas de pasar en un estado de hibernación, Geralt recibe noticias del mundo exterior gracias a Milva, una cazadora que se encarga de apoyar elfos heridos por la guerra, que le comparte el rumor de que el emperador nilfgardiano, Emhyr, se casará con la princesa Cirilla de Cintra. Tras escuchar el rumor, nuestro parcialmente recuperado héroe decide partir en dirección del frente de guerra para dirigirse a la capital del enemigo y evitar a toda costa la boda.

Geralt no escuchará razones y arrastrará a Jaskier y a la misma Milva en una peligrosa expedición a la que pronto se unirán una par de nuevos e improbables aliados: un vampiro experto en medicina herbolaria y un soldado nilfgardiano arrepentido. Y es que esta entrega de la saga se centrará en las aventuras del grupo de amigos y de cómo un montón de personas tan diferentes entabla una bella relación de amistad y lealtad. Poco se hablará de Ciri y de Yennefer, sólo lo suficiente para no tener a los lectores en suspenso.

Precisamente, el quinto libro de la saga estará enfocado en la expiación de las culpas que cada miembro de la expedición busca purgar a través de un bautismo de fuego, ese fuego que uno debe atravesar para ser purificado. Cada uno de los héroes tendrá que enfrentar a sus demonios y sobrevivir a las dificultades mismas de la arrogancia y egoísmo del líder que dejará de razonar y tomará decisiones arriesgadas con tal de salvar a la niña a la que el destino le ató.

La obra se siente como una clásica historia de aventuras de un grupo de amigos que comparten un objetivo común en el medio de una cruenta guerra. Habrá momentos atemorizantes, pero también los habrá de risa y compasión. Sin duda, mi parte favorita es aquella en la que Geralt termina en el medio de una confrontación entre ejércitos y toma la parte del líder de los que van perdiendo y los inspira para ganar una batalla decisiva, tras lo cual será nombrado caballero. Mientras tanto, Ciri le ha agarrado el gusto a la vida de crimen que lleva junto a Los Ratas y Yennefer despertará de una prisión física en la que fue encerrada durante los acontecimientos de la guerra civil entre hechiceros, para ser invitada a formar parte de una nueva asociación mágica.

Sin duda, Bautismo de fuego se ha convertido en mi libro favorito de la saga hasta el momento. Ya sólo vamos por dos para terminar esta magnífica historia. La sigo recomendando para quienes nos decepcionamos de los finales de las series basadas en este tipo de libros.

Been there, read that (CCXLIV)

Tres novelas cortas: Noches blancas, Novela en nueve cartas, El sueño del príncipe

Aut. Fiódor Dostoievski

Después de leer Morfina, me quedé con ganas de más ambientes fríos e inhóspitos de esos que sólo la literatura rusa describe con tanta perfección. Lo cierto es que leer a Bulgakov o a Dostoievski me hace sentir frío, ahora agréguenle que la lectura la realizan en mi natal Orizaba con clima húmedo y neblina hasta el suelo… delicia. Ahora bien, después de Bulgákov y antes del actual, me aventé unas historias cortas de Vargas Llosa que resultaron ser de sus primeros textos. Coincidencia es que ahora escribo sobre tres novelas cortas que resultaron ser también de los primeros textos de Fiódor.

Primero, Noches blancas, escrita en 1847, en la época inmediata anterior a la condena a muerte del escritor (que después sería condonada), es una novela romanticona que narra una de esas situaciones en las que todos nos hemos encontrado alguna vez: el observar al ser amado ser destruido por aquella otra persona que pareciera no corresponder su amor, sentir que hay la esperanza de recoger los pedazos, para terminar ayudando a esa misma persona y ver cómo vuela de vuelta a los brazos del rival. Todo lo anterior, debajo de una tormenta de nieve y rodeados de una pobreza incipiente.

Segundo, Novela en nueve cartas, que describe a través de las cartas entre dos hombres la intención que tienen de estafar a un tercero. Lo que estos hombres no saben es que ese tercero resulta ser más listo y que los ha suplantado en los escritos que cada uno recibe del otro.

Finalmente, El sueño del príncipe, un verdadero sitcom de la época en que el texto fue escrito donde una mujer de sociedad intenta que su hija, la solterona del pueblo, se comprometa con «el príncipe», un viejito adinerado que gusta de sustituir múltiples partes de su cuerpo con prótesis y esconderlas dentro de capas y capas de maquillaje y cabello postizo. Sobra decir que el príncipe no está nada bien de su cabeza y pronto es objetivo de las calumnias de un pseudosobrino que, siendo pretendiente de la hija antes mencionada, trata de menguar los planes de la alta señora convenciendo a su pariente de que la pedida de mano (que realizó bajo los efectos del alcohol) no ha sido más que un sueño. Siendo honesto, se vuelve bastante divertida la situación a pesar de momentos sumamente tristes que dan forma a la personalidad y estado marital de la mujer a la que desean casar.

En efecto, al igual que en el libro de Vargas Llosa, se nota la experimentación y la búsqueda de un estilo por parte del escritor. El sueño del príncipe, por ejemplo, tiene etapas en las que se nota el deseo de construir la novela como una obra de teatro, lo cual se entiende por la necesidad económica de Dostoievski y su deseo de vender el texto de forma rápida. Confieso que no son textos tan fáciles de leer en términos de ligereza puesto que, aunque mis descripciones suenan sencillas, la pluma de Fiódor puede ser sumamente pesada.

Been there, read that (CCXLI)

5 febrero 2022 1 comentario

Morfina

Aut. Mijaíl Bulgákov

Mi mejor amigo estudió medicina en la zona metropolitana a nuestra ciudad de origen, yo estudié en la capital de otro estado que, aunque no está realmente lejos, me obligaba a ver a mi familia y amigos cada dos o tres semanas. Era precisamente cada dos o tres semanas que él y yo nos reuníamos para hacer lo que hacíamos desde finales de la secundaria: nada; es decir, hacer nada juntos.

Conforme avanzaron nuestros estudios, las conversaciones giraban en torno a lo que íbamos aprendiendo hasta que, por motivos de sus propios estudios médicos, él tuvo que comenzar sus residencias. Cuando llegaba a verlo durante ese período, no había nada más entretenido que escuchar sus aventuras y la variedad de casos que le tocaba atender. Entre dedos mochados, amputaciones, infecciones y machetazos, pues le tocó trabajar en una clínica rural, me imaginaba lo difícil y tétrico que podía ser el estar en un lugar olvidado por Dios atendiendo a personas de escasos recursos o con casi nulos conocimientos básicos de higiene o salud. Observando todo desde afuera, parecía entretenido y gracioso; por otro lado, aunque mi amigo nunca me mostró algún tipo de inseguridad, estoy seguro que la sufrió cuando una vida pudo haber estado en sus manos.

De esto trata Morfina, una serie de cuentos que narran los temores y desventuras de un médico recién graduado que es enviado a una clínica rural en medio de la nada, en tiempos de la revolución. Moscú y la escuela de medicina han quedado lejos y, tras un viaje de más de 12 horas en trineo, el protagonista se asienta en una pequeña clínica en la que se enfrentará a la pobreza, al frío inclemente y a sus propios temores y demonios, eso sí, acompañado por un asistente y dos matronas que pondrán su fe en él.

¿Qué hacer si alguien llega con una hernia estrangulada? ¿Cómo hacerle entender al campesino con sífilis que no sólo se le pueden recetar unas gotas para la molestia de garganta y que puede contagiar a toda su familia? ¿Cómo viajar en la noche en medio de una tormenta de nieve para atender a la mujer que en su noche de bodas se golpeado la cabeza al caer de un trineo en movimiento? ¿Cómo salvar de la adicción a la morfina a un colega desamparado? ¿Intentar salva la pierna destrozada de una niña sabiendo que en caso de una complicación recaerá en ti la culpa?

Tantas cuestiones y tantos temores me hicieron preguntarme si hubiera tenido el valor de ser ese neurocirujano que me hubiese gustado ser de no haber encontrado la actuaría. No sé qué tiene la literatura rusa que me hace sentir frío, no sé qué tiene Bulgákov que desde Corazón de perro no deja de divertirme tanto aún en sus tragedias.

Actualmente, ya no hablo casi con mi mejor amigo, cayó presa de los rumores de terceros y siguió adelante con su vida. Solía regalarle en su cumpleaños libros de medicina antiguos o curiosidades que encontraba en botaderos. Si un día rescatamos esa amistad, éste será el primer libro que le regalaré.

Been there, read that (CCXXXIX)

Tiempo de odio (Saga de Geralt de Rivia, Libro IV)

Aut. Andrzej Sapkowski

Les diría, «no me hagan empezar con todo lo malo que hay en la segunda temporada de The Witcher, porque no me van a parar la boca» (o las manos en este caso). Y es que, entre más leo la obra de Sapkowski, más detesto lo que los productores están haciendo en la serie. No soy un ser irrascible, entiendo que la serie es una adaptación, es decir que está basada en los libros pero el detalle está justo ahí, en que está «basada»; sin embargo, veamos el caso de Game of Thrones, nacida de la saga de Canción de hielo y fuego, en la que, sin contar las últimas dos temporadas, la historia en la pantalla no perdió la trama ni el detalle de los libros en lo más mínimo. Si bien los libros de George R. R. Martin son monstruos de más de 800 páginas y en la serie no se podrían haber incluido todas y cada una de las líneas argumentales originales, la producción de HBO honró cada página y arco argumental de los personajes principales sin sacrificar su calidad. Sí, hubo personajes que fallecieron cuando no debían (como Barristan Selmy que en el libro que sigue y que aún no se publica es un personaje protagonista) y otros que no aparecieron más (como Lady Stoneheart, también conocida como Catelyn Tully que sí sobrevive a la Boda Roja), pero nada de lo omitido afecta el desarrollo de la historia entrañable que vimos en pantalla y, lo principal, no se modificaron ni las motivaciones ni las esencias de los personajes.

Sólo por mencionar algunas quejas, diré lo siguiente (advertencia de SPOILERS): Ciri jamás le pide a ningún brujo que la conviertan a través del uso del suero; Ciri emprende un viaje con Yennefer, pero es por petición de Geralt dado que el brujo desea que ellas se mantengan en movimiento mientras él da caza a quienes las persiguen; Yennefer JAMÁS pierde su capacidad mágica y es ella quien con su magia derrota y deja con cicatrices en el rostro a Rience; Rience (el mago de fuego) nunca ataca directamente el cuartel de los brujos, Kaer Morhen, y por supuesto que Vezemir y el resto de los brujos jamás resultan heridos o muertos; Ciri no convoca monstruos de ningún tipo en ningún momento, más bien su don es el de funcionar como un oráculo; Geralt y los enanos de Yarpen Zigrin no enfrentaron soldados nilfgaardianos, por el contrario, son atacados por elfos bandoleros; finalmente, la más grande estupidez, eso de que el emperador Emhyr resulta ser el padre de Ciri, es algo que realmente se lo sacaron de lo más profundo del intestino grueso. Una verdadera pena lo que destruyeron en la serie.

Bueno, ya que lo saqué de mi sistema, procedo a seguir con mis comentarios sobre el libro. En esta ocasión, Ciri ha abandonado su entrenamiento brujeril ya que, por petición de Geralt, emprenderá un viaje al lado de Yennefer rumbo a la escuela de magia donde esta última aprendió todo lo que sabe. Es de este modo que Geralt se encargará de buscar y matar a todos aquellos que buscan a Ciri, pues ven en la chica las llaves al trono legítimo de Cintra. Mientras esto acontece alrededor de los protagonistas, nos daremos cuenta de que el tiempo de odio ha llegado: los reyes traman una guerra en contra de Nilfgaard pero lo hacen sin tener confianza en los hechiceros que combatieron en Sodden, éstos últimos a su vez, comienzan sus propias maquinaciones y terminan teniendo divisiones internas tan profundas que el caos se desata cuando el consejo se reúne y la sangre es derramada en más de una ocasión. Traiciones y alianzas se dan a diestra y siniestra. La muerte acecha por todos lados y nuestros héroes parecen estar solos y atrapados en el medio de la lucha de facciones.

Vaya que se ha puesto interesante, cada que creemos que tendremos un respiro tanto nosotros lectores como personajes, surge una nueva complicación y pareciera que nunca vamos a tener un momento feliz o romántico (aunque es obvio que sí los hay). A estas alturas ya no puedo decir que recomiendo o no el libro, si ya leíste el anterior es obvio que estarás más que clavado en la historia. Como yo, que no puedo esperar a leer la siguiente parte.