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Archive for noviembre 2013

Been there, read that (XCV & XCVI)

26 noviembre 2013 4 comentarios

Una de las más ardientes

Secuelas de una larguísima nota de rechazo

Aut. Charles Bukowski

Ilust. Thomas M. Müller (Secuelas)

Una de las más ardientesSiguiendo mi tradición-trauma bukowskiano, me tocó revisar dos obras que comparto en un sólo espacio debido a su corta duración en mis manos (pocas páginas finalmente). Primero, una segunda compilación de poemas a cargo de Laberinto Ediciones; segundo, un pequeño tomo ilustrado, bellísimo por cierto, de lo que sería el primer escrito publicado por Charles.

Como lo comenté previamente en otra antología de poemas del mismo autor, Una de las más ardientes es un compilado de poesía directa, ruda y cruda. El adorno escasea, la parte bonita en la que muchas personas piensan al hablar de poesía, es casi inexistente. Aquí nos topamos con un Bukowski voluble, sincero y visceral. Temas variados que giran en torno a los fundamentos del autor: amor destruido, mujeres, engaño, sexualidad, alcoholismo, pobreza, entre otros. La única desventaja que encuentro en esta edición, es la desaparición de la contraparte en idioma original, no es una versión bilingüe como lo fue Soy la orilla de un vaso que corta. Eso sí, no debemos restarle importancia al trabajo del traductor que logra transferir prácticamente la totalidad del sentimiento que el idioma original podría tener.

Secuelas de una larguísima nota de rechazoEn cuanto a Secuelas, debo decir que el trabajo ilustrativo del Sr. Müller es hermoso. De alguna manera, capta a la perfección cada una de las secuencias que engloba la narración de Bukowski e imprime la atmósfera exacta. Es bien sabido que la imaginación de cada individuo genera lugares bellísimos que no se comparan a ninguna película basada en obra escrita, en el caso de las ilustraciones, llego a pensar que tal regla no puede aplicar siempre. Por lo menos, me ocurrió que las ilustraciones generaron algo mejor que lo imaginado y ese era el objetivo de esta versión impresa. El libro es pequeño, corto, hablamos de una narración breve, cómica y con el sello inconfundible de Charles. Un ejemplar que vale su peso en oro, o tal vez un poco más.

Ambas obras valen la pena, aunque es más difícil encontrar la segunda. Es una adquisición obligada que, a pesar de su alto costo, generará gran satisfacción en quien se haga con ella. El papel en que se encuentra impreso, el forro, la tinta,  entre otras cosas, brindan una sonrisa a cualquier amante de los libros.

La Fuga

20 noviembre 2013 2 comentarios

huir de una araña viuda negra
es un milagro comparable al del arte.

ella teje sus telas de araña
con las que atrae lentamente
utilizando toda su astucia
te envuelve
y al sentirse satisfecha, te matará.
en su mortal abrazo
succionará toda tu sangre.

yo logré escapar de mi viuda negra
porque había muchos machos
en el entramado de sus telas de araña
y al tiempo que abrazaba a uno
luego a otro y a otro y a
otro
pude zafar
salir de ahí.

ella me extrañará
lo sé
no a mi amor
sí el sabor de mi sangre,
pero siendo ella de lo mejor, encontrará
otras sangres tan buena en lo suyo que casi extraño mi
muerte,
pero no del todo;
he logrado escapar.
ahora contemplo
nuevas
telas de araña.

– Charles Bukowski

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Traicionar a un can

Perro

—¿Qué será del perro? —pregunté de pronto.

Mi madre se paró en seco como si acabara de golpearla.

El perro debió darse cuenta de que se hablaba de él, pues salió del rincón donde estaba acostado meneando la cola. No pertenecía a una raza definida. Era un chucho, pero muy gracioso e inteligente. Cada uno de sus movimientos reflejaba una cierta humildad, como si quisiera hacerse perdonar por ser tan feo. Nos observaba atentamente y parecía sonreír. Debía estar convencido de que decíamos de él cosas muy agradables.

Traicionar a un perro es aún más cruel que traicionar a un hombre, pues él no sabe de qué se trata y no puede juzgar sino por la voz y los rostros. Si, sonriendo y con voz suave, se le dicen las cosas más horribles, él viene agradecido a lamernos la mano. No quería traicionar a nuestro pobre perro.

—¿Qué va a ser del perro? —pregunté de nuevo, con tono irritado y terminante, para que él se diera cuenta de lo que le esperaba. Pero no cesaba de menear la cola.

Fragmento de Tengo quince años y no quiero morir, de Cristine Arnothy

Been there, read that (XCIII)

Tengo quince años y no quiero morir

Aut. Christine Arnothy

Tengo quince años y no quiero morir

El enfoque más común que se le da a las aproximaciones del sufrimiento que acarreó la Segunda Guerra Mundial, es el de los sobrevivientes que narran los horrores del conflicto y la nula humanidad que mostraban los bandos contendientes. Sin duda, el Diario de Anna Frank es una de las obras más representativas de esos enfoques y nos muestra ese lado muy alejado de lo genial que se ven las explosiones y los actos heroicos en las películas. Y estoy seguro que como Diario, hay grandes obras que no son tan reconocidas, o por lo menos no de este lado del charco. Tal es el caso de Tengo quince años y no quiero morir.

Esta narración perteneciente a una pequeña habitante de Budapest, nos cuenta las atrocidades que vivió en dos etapas: La primera, correspondiente a los días que pasó en compañía de varios vecinos en un enorme sótano, de la precariedad de su situación, del convivió entre personas de la más diversa índole, de la heroicidad de un soldado húngaro llamado Pista que nunca dejó de procurarles todo lo posible a los refugiados. La segunda parte, nos narra la desesperación que conlleva el vivir en un país ocupado y la necesidad de escapar a través de la frontera y cómo la infancia perdida se diluye cada vez más mientras la protagonista es forzada a abandonar todo aquello que le brindó la más mínima seguridad personal.

Desde el mal trato de algunos soldados nazis y los atropellos del ejército ruso, hasta la traición para con los animales atrapados en medio del conflicto, la obra de Christine es sumamente triste. Cada vez que pareciera que las cosas parecen tomar un cause pacífico, habrá un evento o serie de eventos que propiciarán un estado peor al anterior. A pesar de que sabemos que la pequeña sobrevivió, el final no es para nada feliz y, por el contrario, deja un sentimiento amargo y de desesperanza.

Esta obra es obligatoria para quienes gustan de este tipo de narraciones. Es triste, pero real. Es cruda y, en ciertos puntos, terrible; pero bellamente narrada.

Lo que pudo ser amor…

8 noviembre 2013 1 comentario

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Been there, read that (XCII)

Autopsia de la novela negra

Aut. Víctor Bolívar Galiano

Autopsia de la novela negraUn problema con los manuales de todo tipo (y sobre todo los de literatura) es que los ejemplos o no muestran la totalidad de los casos que pretenden demostrar, o son muy cortos, o simplemente son inexistentes. Pues bien, qué mejor que el manual en sí sea un sólo y extenso ejemplo.

Autopsia de la novela negra es eso, un ejemplo que incluye todo lo que es necesario saber para comenzar a escribir aquella historia que teníamos ganas de contar. Capítulo tras capítulo, la historia muestra escenas que utilizan las diferentes herramientas a aplicar en la escritura del género negro. A través de los «Apuntes del Dr. Ernesto Barea», esparcidos entre los capítulos, encontraremos valiosa información técnica sobre temas como el suicidio, heridas mortales, trastornos psicológicos, y demás relativos al género.

Con todo esto, la historia es entretenida, amena y explicativa de las situaciones que uno debe comprender. Chistoso es el hecho de que al final veremos que el protagonista desarrolló un papel que pudo haberlo excluido completamente de la historia, ya que sin él ésta no habría cambiado casi para nada.

Después de la divertida que me di leyendo El complot mongol, no quedaron dudas, debo escribir género negro. Qué mejor manera de guiarme que a través de la obra de Víctor Bolívar. Si no te gusta el genero policíaco o criminalista, no es para ti, advierto de una vez.

Been there, read that (XCI)

El Arte de la Guerra, Novela Gráfica de Kelly Roman

Aut. Sun Tzu/Kelly Roman

Ilust. Michael DeWeese

El Arte de la GuerraColecciono conocimientos sobre estrategia militar, batallas legendarias de la humanidad, biografías de grandes generales y gobiernos de tiranos y absoultismos. No es raro que uno de los primeros libros en mi haber literario sea El Arte de la Guerra de Sun Tzu y, aunque unido a De La Guerra, de Clausewitz; El libro de los cinco anillos, de Musashi; y El Príncipe, de Maquiaveo, forma parte de mi biblioteca básica, siempre es bueno y refrescante el volver a leerlos a través de ángulos y perspectivas diferentes.

En este caso, he repasado una vez más los preceptos del maestro Sun Tzu a través de una novela gráfica ideada por el Sr. Roman, y debo decir que la he disfrutado página tras página. Muy al estilo de obras gráficas clásicas, nos encontramos en un mundo post-apocalyptico donde el planeta es dirigido por empresas de inversiones que utilizan algoritmos basados en insectos para pronosticar ganancias y pérdidas monetarias. El protagonista es un soldado de élite caído en desgracia que reemplazará a su fallecido hermano como analista en la empresa más grande del planeta. Al mismo tiempo buscará venganza de la empresa rival que se encargó de inmolar en vida a su hermano.

La historia es excelente y a lo largo de las imágenes podremos rescatar cada una de las ordenanzas del libro original. Siento que la penetración es más intensa pues iremos asociando cada una de las oraciones con la situación de la novela en la que se encuentran.

No tengo mucha experiencia con novelas gráficas por lo que sólo me limitaré a recomendarla y a decir que la he disfrutado bastante. Vale la pena tanto si conocen la obra original no gráfica como para aquellos que por primera vez la conocen. Entretenida, sangrienta, cruda e intrépida es la historia de Arte de la Guerra.