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Archive for marzo 2024

Been there, read that (CCCVII)

El juego del escondite

Aut. Patricia Highstmith

Desde hacía tiempo que tenía ganas de entrarle a un libro de Patricia Highsmith, un nombre asociado automáticamente a la novela negra y al género policíaco. Como casi siempre, no soy yo el que elige sus lecturas y, por el contrario, dejo que sean los libros los que me eligen como su lector a través de su aparición inesperada ante mi vista y en mi vida. Junto con Desde el jardín (otro libro que no tardo en reseñar), El juego del escondite se me presentó, en un estado físico algo precario con dobleces en las esquinas y cubierta algo lastimada, en un botadero de libros en remate de los que habitualmente se colocan en alguna de las explanadas del centro histórico.

También de manera habitual, leo algunos de los comentarios que los lectores dejan en redes sociales sobre el libro específico del que hablaré, ya saben, para darme una idea de si mis alabanzas o detracciones son sólo mías o si están compartidas con el resto de personas. Curiosamente, en el caso del libro del que hablamos, me doy cuenta de que muchos lectores de la obra de Highsmith consideran a ésta en particular como una decepción. Yo he considerado lo contrario.

En El juego del escondite nos pondremos en los zapatos de Ray Garret, él acaba de perder a su esposa, Peggy, que se ha suicidado. La narración comienza poco después del funeral cuando el suegro de Ray, Coleman, intenta asesinarlo pues considera a nuestro protagonista como el responsable del fallecimiento de su hija. Y es que lo primero que saltará en nuestra mente, es que lo lógico sería la interposición de una denuncia por parte de Ray, que a duras penas ha sobrevivido con un balazo de por medio, pero en lugar de seguir lo que dicta la lógica tradicional, Ray se empecina en seguir a su suegro hasta las calles de Venecia para poder hablar con él y aclarar las cosas.

Bien, en este punto podríamos convencernos de que uno puede pasar por alto el haber recibido un tiro por parte de nuestro confundido suegro, así que viajemos hasta Italia, en donde nuestro asesino está vacacionando, para demostrarle que hizo mal pero que lo perdonamos porque entendemos su posición psicológica y queremos convencerlo de que el suicidio de su hija nada tuvo que ver con nosotros. El problema es que, en este intento de hablar las cosas, Coleman intenta asesinar nuevamente a Ray y lo da por muerto en las aguas de los canales venecianos.

Nuevamente, ¿qué sería lo lógico? Ir a la policía, o al menos largarnos de ahí para poner distancia con el hombre que por segunda ocasión casi logra despojarnos de nuestra vida. Pues no, Ray decide esconderse, se olvida de sus pertenencias en el hotel en el que se alojaba y se acomoda en un cuarto que un gondolero le ofrece, ¿cuál es el objetivo?. Tal vez busca hacerle creer a Coleman que tuvo éxito y observar cómo se desarrolla la búsqueda de él como hombre desaparecido; tal vez, simplemente, él está igual de loco que su suegro.

Aquí es donde el juego del escondite realmente comienza, los callejones de Venecia serán testigos de esta confusa dinámica entre los dos hombres, uno buscando asesinar al otro, el otro escondiéndose y mirando las acciones del primero. Supongo que eso es lo que critican los detractores de la novela, ésta extraña ausencia de sentido común tanto en el protagonista como en el antagonista, pero ojo, esto no hace que ambos dejen de ser verosímiles; es decir, no los coloca como personas que realmente no pudieses encontrarte en cualquier momento en cualquier lugar.

Después de muchas escondidas, se dará un tercer intento de homicidio que tendrá consecuencias no anticipadas por parte de los jugadores y entraremos en este interludio donde lo que realmente importa es, ¿por qué se suicidó Peggy? Al final, creo que los comentarios negativos vienen de personas que han disfrutado más extensamente de los textos de Patricia; en ese sentido, tendré que buscar algunas otras novelas de la autora para completar mi visión que, al menos hasta aquí, se mantiene expectante pues disfruté mucho de esta historia y la recomendaría para pasar un buen rato jugando a las escondidas con los personajes.

Been there, read that (CCCVI)

La casa gris

Aut. Raúl Olmos

Primer acto: El recién nombrado director general de cierto organismo autónomo estatal me contacta para invitarme a formar parte de su equipo como director de la oficina encargada de presupuesto y estadística; me la vende muy bonito, él es profesor universitario de formación (al igual que yo) y quiere demostrar que los académicos tenemos todo lo necesario para darle una buena dirección a la labor de las instituciones públicas. Acepto, pues me convence esta idea y el sujeto parece alguien de sobrado nivel de inteligencia y comulga con las ideas que tengo sobre la administración pública.

Segundo acto: Lo primero que tengo que hacer, es verificar las áreas de oportunidad en las que podemos ahorrar presupuesto porque, como pasa en todos lados, se acerca un buen recorte del mismo. Yendo celda por celda de las salidas de dinero del instituto, me doy cuenta de lo siguiente; primero, desde hace año y medio, el edificio se mantiene sin servicio de agua potable y paga pipas de agua cada mes, con un costo de alrededor de $2,500 por viaje; segundo, para el servicio de agua para beber para los trabajadores, se tiene contratado a un privado que nos vende garrafones de agua de relleno (nada de marcas fancy) ¡a $80 pesos cada uno!; tercero, también se paga una bodega, que no es más que un patio o cuarto techado, por la módica cantidad de $150,000 al mes.

Tercer acto: Al hacer las averiguaciones, se encuentra lo siguiente. No tenemos servicio de agua potable simplemente porque se dejó de pagar, la oficina encargada nos ofrece reactivar el servicio anual por tan solo un pago $6,000 que con descuentos queda en $4,500; es decir, que a cambio de esta última cantidad dejaremos de pedir 12 o más pipas mensuales de $2,500. Los garrafones no podemos dejar de pagarlos a 4 veces su precio porque el servicio se contrató a través de una licitación en la que sólo participó un proveedor. ¡Oh, sorpresa! El proveedor de dicha licitación es el mismo que nos vende las pipas y el mismo que nos renta la bodega y que resulta ser primo de un antiguo director.

¿Verdad que es muy fácil entender lo que sucedió aquí? Básicamente esto es lo que Raúl Olmos hace con su libro de la famosa casa gris. En resumen, el hijo de un presidente que proclama un gobierno de «austeridad republicana» renta un casa en el extranjero por algo así de $130,000 al mes; se menciona que esto se realiza a través de una inmobiliaria, pero de ser así, deberían existir registros oficiales de estos pagos en el Multiple Listings Service, un sistema utilizado por la Asociación de Agentes de Bienes Raíces de Houston. Como no hay registros significa que no hubo transacción oficial fue entre particulares, o sea entre el dueño de la propiedad y quien renta la casa, el hijo del presidente.

Por otro lado, el propietario de la mansión que cuenta con una alberca de 23 metros de longitud (y de la que se incluyen muchas fotografías en el libro) es un alto ejecutivo de una empresa gringa que se erige como uno de los mayores contratistas de PEMEX (contratos por alrededor de 151 millones de dólares). ¿Verdad que es muy fácil entender lo que sucedió aquí?

A través de los cinco capítulos de la obra, el autor relata el inicio del proceso de investigación, la obtención de pistas y la colaboración de otros profesionales en la pesquisa. También se detalla la contribución de otras figuras del periodismo en las labores de campo y en la divulgación de la información. Y es que aún con las pruebas en la cara, los registros oficiales gringos que se reproducen junto al texto, y un buen rigor periodístico, ciertas personas se atreven a defender lo indefendible: que el gobierno de cuarta es igual a todos los demás, si no es que peor.

En fin, independientemente del lado del espectro de opiniones en el que te encuentres, creo que vale la pena pensar que este tipo de publicaciones deberían de ser lecturas obligatorias previo a una temporada de elecciones en las que la manipulación del electorado a través del discurso demagógico estará «de a peso». Lectura más que recomendada el día de hoy y siempre.

Been there, read that (CCCV)

Descubrí que estaba muerto

Aut. J. P. Cuenca

Me encuentro indeciso sobre el libro del que vengo a escribir el día de hoy. No estoy seguro si lo disfruté, si me provocó un cierto nivel de estrés relacionado con la desesperación que el protagonista me hizo sentir con su actitud, si estoy de acuerdo con las premisas de lo que ahora se denomina gentrificación, si la línea difuminada entre realidad y ficción me confundió de más, si las angustias que provoca son genuinas en países latinoamericanos, no, no estoy seguro de si es alguna de estas opiniones, si no es ninguna de ellas o si son todas a la vez.

Vamos por partes, la historia, verídica o ficticia, comienza así. Un día como cualquier otro, el protagonista, que también es el autor, por un motivo nimio se tiene que presentar en lo que sería el ministerio público u oficinas de la policía. Ahí se entera que, de acuerdo a los registros del lugar, él ha fallecido hace aproximadamente tres años; sí, hay un acta de defunción en la que su nombre y datos personales coinciden totalmente en un fecha en las que él se encontraba fuera del país presentando parte de su obra literaria.

En este punto, te das cuenta de que esta premisa promete mucho para el desarrollo de la novela. Si eres latino, no te sorprenderá el hecho de que a los policías no les provoca mucha ilusión el investigar cómo es que un hombre fue declarado muerto de forma oficial y ahora se encuentra frente a ellos pidiendo una aclaración. Le aplican el «nosotros lo llamamos» para posteriormente mandarlo a su casa. Por supuesto que el escritor no se queda quieto y, tras difundir la noticia en una fiesta llena de snobs y figuras políticas corrientes buscando disfrazar su estrato social bajo una máscara cultosa, decide contratar a un investigador que le ayude a esclarecer quién es el hombre que tomó su identidad y porqué.

Como es de esperarse en el contexto político y cultural de un país como Brasil (nos encontramos en Río de Janeiro previo a los juegos olímpicos), pronto el autor recibirá amenazas por parte de fuentes desconocidas que le piden «no menearle» más al asunto. Incluso el mismo investigador le advierte de la participación de fuerzas poderosas de muy arriba.

El tema de la confusión está en que, en cierto momento, el protagonista tiene algo así como un corto circuito emocional que lo orilla a sacar los ahorros de toda su vida para irse a recluir a un edificio de renta de departamentos lujosos que nadie ocupa (o que nadie tiene dinero para poder ocupar). Ahí, el hombre decide olvidarse de todas sus responsabilidades y vive de un modo deprimente sólo alimentándose y emborrachándose, ignorando a su esposa, amistades y autoridades que le buscan; haciendo, al mismo tiempo, una reflexión y crítica de todo lo malo que se cierne sobre una ciudad que busca ocultar o disfrazar la decadencia para complacer a los turistas que la abarrotarán en los cercanos juegos olímpicos.

Convertir a la ciudad en una ciudad de turistas, expulsar al pueblo llano para embellecer y vender al mejor postor extranjero. Que no se note la pobreza, que se vea el progreso. Dentro de todo, este malabar entre imaginar en qué va a terminar esta historia y asentir a las críticas desarrolladas, provoca una arritmia en la lectura que, en lo personal, no disfruté. Se me hacía muy difícil retomar la lectura cada que sostenía el libro.

Si bien la obra trae varios premios a su espalda y el autor es reconocido como uno de los más sobresalientes en su país natal, no me terminé de convencer de su planteamiento. Pensé que me había topado con una novela negra de genial premisa, pero a la mitad de la historia ya no sabía que esperar e imaginaba un final abierto y abstracto que no resolvió dudas y que no terminó de aclarar en dónde está la división entre lo real y lo novelado. No es para nada un mal libro, pero difícilmente lo recomendaría por lo pesado que se torna en su etapa final.

Been there, read that (CCCIV)

Evaluación económica de vacunas / La experiencia en Colombia entre 1999 y 2018

Aut. Nelson Alvis, Rafael de la Hoz

Sé que este libro no encaja con lo que normalmente reseño, si es que podemos llamar reseña a lo que escribo sobre lo leído. Generalmente, omito en este espacio a los libros que me toca revisar por cuestiones laborales o académicas; sin embargo, me tomaré la libertad de platicar de un libro algo técnico pero que creo merece su propio espacio por aquí.

El año pasado, fui contratado para realizar el análisis de costo-beneficio de un proyecto de nivel nacional; gracias a la recomendación de un ex-jefe y gran amigo, la consultoría política de cierto personaje prominente de la Ciudad de Puebla me entrevistó para posteriormente ofrecerme el cargo de jefe del proyecto de evaluación. Dicho proyecto buscaba evaluar la continuidad de un contrato firmado, desde hace casi dos décadas, entre el gobierno y una empresa farmacéutica con el objetivo de surtir la vacuna contra la influenza a precio preferencial y, al mismo tiempo, buscar el establecimiento de una planta propia para el país para manufacturar el producto.

A pesar de ser un actuario especializado en temas de sector público, pocas veces puedo comenzar de inmediato a realizar este tipo de evaluaciones sin, al menos, tener algún tipo de guía. Así que cuando en mis primeras búsquedas de análisis costo-beneficio en sector salud y vacunación, surgió el libro de Nelson Rafael Alvis Guzmán y Fernando de la Hoz Restrepo, éste se convirtió en el faro que me guio a buen puerto. Y repito el tema de las coincidencias entre los libros que aparecen ante nosotros en los momentos justos en que los necesitamos.

El libro fue presentado en marzo de 2023 y yo lo estaba recibiendo en un locker de Amazon en abril. De inmediato se transformó en mi guía pues, aunque el tema pertinente de la vacuna de influenza (en presentaciones de dosis pentavalente o hexavalente) sólo era uno de los múltiples que se revisan, me ayudó a establecer la forma en que se puede aplicar la econometría en la medición de resultados de cobertura territorial y gasto de importación o fabricación.

Básicamente, el libro se desarrolla como una crónica del establecimiento y evolución del esquema del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) entre 1999 y 2018, que se erige como uno de los esquemas más completos del mundo. Se hace un resumen cronológico de los trabajos realizados, la evolución de los resultados y los modelos econométricos y epidemiológicos utilizados para su realización. Al mismo tiempo, denota las alianzas estratégicas entre gobierno y organizamos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que, para efectos del trabajo que realicé, se estableció como una fuente sumamente importante para mi propia investigación.

Aunque al principio sólo leí lo concerniente a los esquemas que incluían la vacuna contra la influenza estacional, pronto terminé disfrutando del resto del libro pues dentro de lo técnico resultó una lectura interesante, actual y que, al final, incluye una serie de opiniones de distintos expertos involucrados en el programa de inmunización. Dejo aquí estos pequeños comentarios para quienes en algún momento de coincidencia como el mío, sepan que pueden encontrar un gran ejemplo de abordaje multidisciplinario entre la estadística, la economía y la salud; una combinación sumamente importante al momento de tomar decisiones que pueden incidir directamente en la vida de las personas.

Been there, read that (CCCIII)

Salmo y otros cuentos inéditos

Aut. Mijaíl Bulgákov

El pasado fin de semana, tuve la oportunidad de asistir a una función del musical de Broadway, Anastasia. Basado en la leyenda de la más pequeña de las hijas de los Romanov, el musical fue una verdadera belleza, adaptada para todo público, con actores que dan una interpretación de altísimo nivel y una puesta en escena que hace reír y soltar lágrimas por igual. Mientras Mariana Dávila me tenía totalmente embelesado con su voz y actuación, no pude evitar sonreír para mis adentros al pensar en lo bonito que son las coincidencias entre lo que vas eligiendo y lo que la vida te va poniendo.

Me explico: mi lectura actual es un libro titulado Proletkult, un novela de ciencia ficción ubicada en los primeros años posteriores al triunfo de la Revolución Rusa, por ahí de 1926; uno de los protagonistas es el director de un centro médico que tuvo un importante papel ideológico en la consumación de la revolución y que ahora se muestra arrepentido del resultado del movimiento. De esta manera, se enlaza el evento del que parte el musical, el asesinato de la familia del Zar, con las secuelas del mismo y, todavía más coincidente, es el hecho de que reviso mi carpeta de reseñas pendientes y me encuentro con la de los cuentos de Bulgákov, un escritor que se opuso abiertamente a la revolución y sus resultados, motivo por el cuál vivió en el ostracismo y por el que el grueso de su obra se tuvo que publicar de manera póstuma.

Es así que ahora toca hablar de uno de esos escritores que me han hecho tomarle un gusto inmenso a la literatura rusa, esa que te provoca una sensación invernal y que evoca en la mente grandes extensiones de paisajes áridos. Salmo y otros cuentos inéditos es una recopilación de 9 cuentos escritos entre 1923 y 1926, otra coincidencia en la fechas, que se establecen como una crítica muy «teatral» de la sociedad rusa de esos momentos.

En estos cuentos encontraremos dos bloques de personajes: el primero, compuesto por personas simples, con existencias monótonas y que «ahí la llevan» con sus vidas tristes; el segundo, compuesto por pillos, y gente pícara que busca darle la vuelta a las autoridades y a la vida misma. En ambos casos, a pesar del terreno común de lo infértil y la escasa oportunidad, encontraremos esperanza y deseos de algo más.

Desde Corazón de perro y Morfina, Bulgákov se ha convertido en un autor que representa la unión de la ficción con la medicina, del desasosiego con la esperanza, de la pobreza económica con la riqueza espiritual. Si bien no me queda mucho por leer de él pues solamente su obra más importante, El maestro y Margarita, se me escapa, es un escritor cuyas líneas siempre recomendaré para quienes buscan algo ligero, que se pueda leer fácilmente y que no por eso deje de ser profundamente crítico y que señale de manera muy marcada todo un territorio y época.

La lista Tarantino

Hace poco que hablé de lo genial que fue leer Meditaciones de cine y del deseo que me provocó de ver tantas películas de las que hace mención. Aquí dejo la lista de todo lo que tengo que mirar en algún momento de este 2024…

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Been there, read that (CCCII)

Las campanas no doblan por nadie

Aut. Charles Bukowski

Apenas hace 5 días, el 9 de marzo, se cumplieron 30 años del fallecimiento del mismísimo Charles Bukowski; en contraparte, con motivo de su cumpleaños número 99, en 2019, se publicó Las campanas no doblan por nadie, así que no podemos quedarnos sin hablar de algo del autor maldito. Por cierto, no ha de tener mucho que tuve una de mis rabietas constantes cuando alguien publica en redes sociales alguna frase romanticona atribuida a él. Cómo no detestar a la gente que en su vida ha leído una página de la obra de Hank y se atreve a pensar que frases como «el amor todo lo puede» tendrían la más mínima presencia en sus relatos.

¿Qué puedo decir que no haya dicho ya en múltiples ocasiones en las que he hablado de sus libros? Tanto en novelas como en compilaciones de sus textos, Henry se mantiene provocador, crudo, violento, borracho, sexual y sucio. Así son sus narraciones, desde la clásica columna Escritos de un viejo indecente, hasta la inclusión de textos publicados en revistas para adultos, como lo son Hustler y Oui, en este volumen.

En la faja que rodea al libro, la editorial anota «el lado B del sueño americano», una frase que queda como anillo al dedo a una serie de relatos que destacan lo que no se menciona sobre la tierra de las oportunidades, y sobre las oportunidades mismas: los obreros que regresan derrotados después de jornadas extenuantes realizando labores repetitivas y tediosas, los jefes abusivos que otorgan trabajo a cambio de vida, las enfermedades venéreas y el destello de felicidad de los prostíbulos…

¿De qué más va este título que hace referencia a la más famosa novela de Hemingway? Del sujeto que comparte departamento con el mismísimo Adolf Hitler que realiza experimentos para crear una nueva especie que conquistará al mundo; de unos sujetos que secuestran un avión sólo por el deseo sexual que les provocan las azafatas; de un día en la vida de un dependiente de una tienda para adultos; de la mujer que va a una entrevista de trabajo para ser abusada sexualmente.

Justo cuando creemos que no habrá más del buen Chinaski, resulta que siempre hay más. Como en cada ocasión que he escrito de él, no dudo en recomendar su lectura pues a pesar de lo denso que se puede tornar, de alguna manera, logra siempre brindar una sonrisa de complicidad y, lejos de generar un asco, te provoca un asentimiento de lo mucho que tiene por decir. Cuando conoces a sus personajes, no te queda de otra más que decir, «podríamos estar peor».

Been there, read that (CCCI)

El Tercer Reich

Aut. Roberto Bolaño

Si bien no he leído las obras más emblemáticas de Roberto Bolaño, me dejé atrapar hace algún tiempo por La literatura nazi en América; confieso que la perspectiva de una bibliografía ficticia de extrema derecha me provocaba una inmensa curiosidad, de modo que un título como El Tercer Reich, se antojaba como una continuación o una obra establecida en ese mismo universo (de hecho, sí lo está). Contrario al libro anteriormente aludido, en esta ocasión, tendremos una novela narrada en forma de diario personal del protagonista, Udo Berger. Adoro los libros escritos de esta forma pues hacen su lectura sumamente dinámica y satisfacen, al mismo tiempo, mi compulsión de saber en qué momento del tiempo estoy en cada página y cuántas horas han pasado entre un evento y otro.

Udo realiza unas vacaciones en Cataluña junto a su novia, Ingeborg. El lugar que han elegido es un hotel que antaño vio a Udo y a su familia vacacionar en múltiples ocasiones. La dueña y administradora del hotel es Frau Else, una mujer que cuida a su marido recluido por una enfermedad terminal en una habitación que se mantiene siempre en la penumbra, acaso es él quien mueve los hilos ocultos de la trama. De sobra está decir que existe una fuerte tensión sexual entre Berger y Else. El protagonista es el campeón nacional alemán de El Tercer Reich, lo que le da una cierta condición de celebridad, o lo es al menos en el mundo de estos juegos de tablero de estrategia que emulan la Segunda Guerra Mundial con todas sus disposiciones de unidades militares alrededor del mundo. Precisamente, es la intención del narrador escribir un artículo sobre el juego mientras disfruta de su descanso.

Todo transcurre en la total monotonía hasta la aparición de un conjunto de personajes que darán un vuelco a la psique del narrador. En primer lugar, una joven pareja de alemanes, Charly y Hanna, que no se despegarán de Udo e Ingeborg, y les contagiarán la locura de las vacaciones entre bares, arena y sexo; por otro lado, estarán el lobo y el cordero, personajes locales sombríos que frecuentan un bar venido a menos y que compartirán más que una borrachera con ambas parejas; por último, y más importante, el quemado, un misterioso hombre conocido por las cicatrices que le cubren cuerpo y rostro, que se dedica a rentar patines de playa y que, aparentemente, vive en la misma playa rodeado de los objetos que renta.

Charly desaparece en el mar mientras practica windsurf, Hanna se desespera con el pasar de los días sin tener noticias de él; Ingeborg decide regresar a casa mientras Udo permanece más días en el hotel con el pretexto de esperar a que haya noticias sobre el muchacho desaparecido. Aún cuando la temporada vacacional ha terminado y el protagonista se convierte en el único huésped del lugar, él se mantiene enajenado en una partida del juego que ha entablado con el quemado que, al parecer, empieza a dejar de distinguir la línea entre una guerra real y la del juego de mesa.

Y así, lo que comienza como una historia monótona y simple, se introduce poco a poco en el terreno de lo simbólico y abstracto. El mismo protagonista comienza a perder la noción del tiempo y se ve invadido por la idea de que el quemado lo asesinará si es que llega a alzarse con la victoria en el juego.

El Tercer Reich se publicó en 2010 a pesar de haber sido escrito en 1989, su publicación se llevó a cabo de manera póstuma pues Roberto falleció 7 años antes. Al parecer, la historia permaneció incompleta y fue terminada por su esposa. No sé hasta qué punto de la obra termina lo escrito por Bolaño y comienza lo remendado por su mujer, ese es un detalle que me provoca mucha curiosidad y me hace preguntarme si tal situación no es más que un mito. En fin, una novela enigmática y que al principio podría parecer banal, se convertirá en una historia de final abierto que a más de uno dejará fascinado.

Been there, read that (CCC)

Mugre rosa

Aut. Fernanda Trías

Hay algo que me atrae mucho de las teorías distópicas transformadas en cine y literatura, ese algo representado por el retrato de una humanidad honesta que escapa al manto del qué dirán y de lo que es políticamente correcto. Si bien nos hemos dado cuenta que durante la catástrofe podemos unirnos y superarla, ¿Qué es lo que pasa una vez que esa catástrofe no puede ser derrotada y, por el contrario, nos vence para sumergirnos en una nueva etapa temporal de convivencia distinta a la que teníamos previamente? ¿Realmente somos como somos en el día a día del trabajo, el hogar y el esparcimiento, o sólo somos como debemos ser? Ante la perspectiva de una nueva cotidianeidad, ¿mantendremos este comportamiento o sale a relucir un verdadero yo que no es sino egoísta, acaparador, utilitario y negligente de los demás?

En Mugre rosa, la autora uruguaya nos da una idea de lo que podría acontecer. Una pandemia provocada por una extraña enfermedad que deja a los seres humanos en carne viva, se cierne sobre una cierta ciudad portuaria; dicha enfermedad, se contagia a través de un viento rojo que constantemente hace su aparición y que obliga a las personas a permanecer en sus casas al sonar de una alarma. Los que han podido (que son los menos), se han ido de la ciudad, lejos de la costa; los que no (que son los más), se alejan lo más posible de la costa a zonas altas de la ciudad donde la falsa de sensación de seguridad rodea a los habitantes apenas un poco más que la neblina que apenas permite caminar.

La protagonista se mantiene cerca de la costa a pesar de todo, sobrevive, al igual que el resto de la población, gracias a Carnemás, una plasta color rosa procesada a gran escala, es ésta la mugre rosa que se erige como el único alimento disponible, pues la misma enfermedad ha extinguido a los animales marinos y toda posibilidad de subsistencia alterna. Nuestra narradora, al mismo tiempo, es la niñera de Mauro, un niño con un síndrome que le obliga a comer impulsivamente todo lo que tiene al frente. La relación con Mauro se establece como punto de inflexión en la que la niñera parece tener más interés en el cuidado del niño que la propia madre que podría abandonarlo en cualquier momento.

Cuando no está cuidando de Mauro, la muchacha divide su atención en dos actividades relacionadas con dos personas más: visitar a su madre, con quien recientemente se ha reconciliado, que vive en una de las zonas «seguras» y la critica constantemente por no aspirar a un lugar mejor que aquel en el que vive; y visitar a Max, su expareja, un paciente del pabellón de enfermos crónicos por la pandemia. No es que Max no haya sido afectado por la pandemia, sino que recibe sus efectos de forma mucho más lenta que el resto de la población, lo cual, irónicamente, lo mantiene en un cierto nivel de comodidad en una sala reservada en la que no tiene que preocuparse por nada.

Es en la necesidad que estos tres personajes tienen de ella, que la protagonista olvida su propia necesidad. Al final, toca preguntarnos con cuál de estas personalidades habremos de identificarnos cuando la tragedia nos rebase.

En alguna publicación de «libros para leer en temporada de muertos» en noviembre, colocaron a Mugre rosa de Fernanda entre las menciones y, ahora que lo pienso, la novela en verdad te hace sentir ciertos escalofríos, tal como aquellos que sentimos en 2020 con la pandemia de coronavirus. Al tener todos este evento en común, Mugre rosa definitivamente nos devolverá a esos momentos de incertidumbre y desasosiego que nos provocó un encierro, temerosos de no alcanzar oxígeno o una cama de hospital en la que pudiéramos fallecer.

Been there, read that (CCXCIX)

El vino de la juventud

Aut. John Fante

No se puede admirar la obra de Charles Bukowski sin admirar la de John Fante. El buen Hank, que hace tres días cumplió su aniversario luctuoso número 30, detestaba a la mayoría de escritores de su época; en sus palabras, la mayoría apestaba y sólo Fante valía la pena, él y tal vez Hemingway. Cuando en reiteradas ocasiones escuché tales opiniones, me puse a la caza de algo de John que pudiera confirmar lo que Charles decía. Fue así que mi primer acercamiento con Fante se consumo a través de la novela Un año pésimo y, un par de años después, con El vino de la juventud.

Mientras que mi primera lectura fue una novela sobre un chico que soñó con ser beisbolista de las grandes ligas, mi segunda y más reciente lo es con esta colección de 20 cuentos que originalmente se publicó en 1940 con el título Dago Red; en realidad eran 13 narraciones a las que se les sumaron 7 de posterior publicación.

A pesar de su naturaleza de cuentos independientes, es curioso que la serie de escritos se pueden leer como una sola historia debido a su organización cronológica y a que todos giran en torno de su protagonista y narrador, Jimmy Toscana, el mayor de cuatro hermanos que junto a sus padres (albañil y ama de casa) conforman una familia de migrantes italianos en Colorado.

Las historias que Jimmy nos cuenta son de lo más variadas y se suceden en los años 20, son un claro retrato de lo que es vivir como inmigrante en la sociedad gringa de la época. Ahora que lo pienso, lo que se lee en las palabras de Fante bien se podría visualizar como la película ganadora del Oscar, Green Book, y podemos poner a Jimmy en los zapatos de Tony Lip; obviamente, hablamos de un Tony que asiste a la primaria y secundaria en un colegio de monjas.

Destaca que uno de los hilos narrativos a los que se ciñen los cuentos, es el de la evolución de los padres del protagonista y su relación con él. Así, la primera narración gira alrededor de la idea que Jimmy tiene de que, de haber conocido a su propia madre en edades similares, se habría casado con ella y, por lo mismo, establece una dinámica de celos y competencia con su propio padre al visualizarlo como un hombre que no la merece y que no debió habérsela robado para contraer matrimonio con ella, situación que no sabemos si realmente pasó o si sólo es una teoría del mocoso.

Y así, veremos ciertos lugares comunes que incluso los mexicanos compartimos en nuestra infancia junto con la relación con maestros y sacerdotes, esas ideas que surgen en el catequismo sobre la interpretación de lo que es y no es el pecado, y de cómo podemos llegar a apreciar la realización de buenas acciones y el seguimiento de los mandamientos bíblicos como un contrato con Dios en el que, si cumplimos lo que nos toca, recibiremos la recompensa que tanto anhelamos. En el caso de Jimmy, la recompensa es una bicicleta que jamás aparecerá en la cochera.

A veces siento que Jimmy, el Chinaski adolescente o personajes de novelas mexicanas como los niños de Carrusel, son el mismo arquetipo del infante que crece con las mismas dudas y las mismas preocupaciones cándidas de la vida. Cuántos casos no se dan como el de Jimmy en el que sólo espera a cumplir 18 años de edad para poder agarrarse a golpes con su papá. No es como que conozcamos al amigo de un amigo que hizo eso, pero no se siente como una extrañeza de la vida. Todos, creo, alguna vez hemos robado algún objeto insulso y luego no hemos sabido lidiar con la consciencia de haber cometido semejante falta. Todo esto es Fante y vaya que se disfruta recordar lo que hemos hecho y de dónde hemos venido.