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Archive for junio 2019

Matar al diablo para acabar con el pecado

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Algo que me provoca demasiado conflicto, es el hecho de que existan tantas personas en posiciones de poder e influencia que hacen todo lo posible por importunar a sus semejantes teniendo la capacidad de hacer su trabajo y, con esto, crear una verdadera diferencia para los demás. Miraba esta miniserie en Netflix, Así nos ven, en la que ni los policías ni los fiscales de distrito se preocuparon un poco por resolver un crimen y prefirieron inculpar a un montón de menores de edad por un acto delictivo que no cometieron, tan sólo por su color de piel; realmente les destruyeron las vidas en su afán de tener rápidamente a un culpable.

A diario convivo con personas que perjudican a los demás sin ningún motivo. Incluso he tenido que lidiar con autoridades a quienes en mi vida he volteado a ver pero tal parece que les molesta visualizar a alguien haciendo bien su trabajo y ocupándose de lo suyo y de sus seres queridos. Bajo esta presión, muchas veces desearíamos hacer que todas esas personas pagaran lo que hacen, muchas veces deseamos hacer que exista esa ausente justicia aún si tenemos que utilizar nuestras propias manos.

Justo esto platicaba con mi inSecta hace apenas un par de horas. Pero, siendo como somos, entendimos que no podemos comportarnos como aquellos seres pues eso nos haría iguales o peores que ellos. En ese justo momento, saltó a mí  el recuerdo de una escena de la primera temporada de la serie de Daredevil que me dejó muy marcado.

Una vez que el protagonista descubre la verdadera identidad del Kingpin, Wilson Fisk, y que se da cuenta de que no importa el ponerlo en la cárcel pues con el poder económico e influencias que tiene, será fácil para el villano escapar de la justicia, Murdock piensa en la posibilidad de acabar con la vida de quien él considera es el verdadero diablo (después de todo, es Fisk el autor intelectual de la distribución de drogas, de la trata de personas, del contrabando y de todos los crímenes que asolan el barrio de Hell’s Kitchen en Nueva York); de este modo, si sabes quién es el diablo, puedes asesinarlo y, de esta manera, acabar con el pecado. Previo a realizar el acto, el héroe decide confesarse con el Padre Lantom. Lo que el religioso le contesta a Matt, creo es una belleza de reflexión:

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–Padre, sé que mi alma se condenará si acabo con su vida. Pero si me quedo sin hacer nada, si dejo que él consuma la ciudad, mucha gente sufrirá y morirá.

Hay un margen muy amplio entre no hacer nada y asesinar, Matthew. El mal de otro hombre no te hace a ti bueno. Los hombres han utilizado las atrocidades de sus enemigos para justificar las propias a lo largo de la historia. Así que la pregunta que debes hacerte es: ¿estás luchando con el hecho de que no deseas matar a este hombre pero tienes que hacerlo o más bien no tienes que matarlo pero quieres hacerlo? “Si el justo se doblega ante el perverso es como contaminar una fuente o enturbiar un manantial” Proverbios 25 o algo así, nunca me acuerdo. Significando con ello que el hombre recto tiene el deber de levantarse ante el mal. Esa es una interpretación. La otra es que, cuando el hombre recto sucumbe al pecado, es tan dañino como si se echase veneno a una fuente pública. Porque la oscuridad contenida en el acto de quitar una vida se expandirá a los amigos, los vecinos y la comunidad entera.

Creo que todos, tarde o temprano, recibimos lo justo por nuestras acciones. Al final, de una u otra manera, seremos juzgados. Es difícil convivir con esta idea cuando somos testigos de tanta injusticia; pero, precisamente, es esto lo que nos divide entre personas de bien y personas de mal.

Been there, read that (CLXVII)

Un año pésimo

John Fante

CM725_Un año pésimo_CORR.inddHacía tanto tiempo que deseaba leer a este autor. Cuando eres asiduo lector de Bukowski, John Fante es un nombre que tarde o temprano salta a la vista. El viejo Hank solía despreciar a los escritores; cuando le preguntaban su opinión sobre la literatura de sus tiempos, solía arremeter diciendo «es basura», lo mismo que para cualquier otro escritor del que se le preguntara. Sin embargo, una frase recurrente de entre el constante desprecio hacia sus contemporáneos era «lean a Fante». Y desde hace años que deseo hacerlo, pero como en todo, se trata de que el momento llegue y no de que tú lo adelantes.

Una vez leído el primer par de páginas de Un año pésimo, caigo en cuenta del motivo por el cuál Fante era tan reverenciado por Bukowski, son idénticos. No en la narrativa en sí, sino en la esencia de su escritura. Me explico: cuando lees las historias de Chinaski, puedes discernir un cierto sentimiento de derrota, entiendes que el personaje es un perdedor peleado con la vida, con su entorno, con la humanidad y consigo mismo. Lo mismo pasa con Dominic Molise, el protagonista de la historia de Fante; es un perdedor peleado consigo mismo y con todo lo demás. Pero ojo, tanto Chinaski como Molise entienden que, de alguna manera, tienen un destino grandioso aguardándoles, están convencidos de que tarde o temprano la humanidad les rendirá pleitesía y que confían en que tienen el plan perfecto para alcanzar tal meta. Como hemos imaginado, dichos planes son absurdos e incluso ilógicos, pero posibles.

Molise tiene el «brazo de Dios», una zurda que le ha acarreado la fama en su escuela por tener los mejores lanzamientos. Algún día fichará con una gran franquicia de béisbol, sacará a su familia de la pobreza y le demostrará a su padre, un albañil desempleado, que nació para algo más que utilizar una pala para aplanar el cemento. Vive enamorado de la hermana de su mejor amigo, el hijo de una de las familias más ricas del pueblo; y cuando llega la oportunidad, falla terriblemente. Pero, qué importa, si él tiene el brazo de Dios y gracias a él es que no le faltarán las mujeres algún día.

El brazo le habla, tiene una consciencia y sentimientos propios que Dom trata de apaciguar constantemente. Un día, llega la gran idea, por qué esperar a terminar la preparatoria si puede viajar directamente a fichar con los Cubs. Lo único que lo separa de la grandeza son 50 dólares, el costo del transporte hasta donde necesita estar. La herramienta de su padre se concibe como la oportunidad de oro, total, cuando firme su contrato podrá reponerla e incluso evitar que su padre vuelva a trabajar, ¿qué podría salir mal?

Un año pésimo es una novela corta, ligera y divertida. Supongo que es mi tipo de literatura pero también asumo que cualquier persona puede disfrutarla sin problemas e identificarse con la variedad de personajes estereotipos de una familia de clase baja italiana.

Been there, read that (CLXVI)

Perros sin nombre

Aut. Gabriel Rodríguez Liceaga

D7GxJVAWsAA7KlUA Gabriel, alias el Neb, jamás lo he conocido en persona, pero desde hace muchísimos años que supe de él. Para ser exactos, fue hace 10 años, cuando recién estrenaba esta bitácora, que vagando y buscando ideas, me topé con su blog personal. De hecho, el acceso a dicho blog aún permanece del lado derecho de mi sitio aunque hace tiempo que el vínculo dejó de funcionar. Asumo que por aquellos tiempos él era todavía estudiante de literatura así como yo lo era de actuaría. Me encantaba leerlo pues su forma de escribir era definitivamente el tipo de narrativa sucia que me recordaba a Bukowski y que, por tanto, me era fácil de digerir.

Tiempo después, el autor anunció la publicación de su primer libro, Balas en los ojos, que me apresuré a adquirir y a disfrutar. Desde entonces me ha ocurrido esa típica situación en la que constantemente decimos que haremos algo que nunca terminamos haciendo, en mi caso, siempre quise leer las consecuentes obras de Gabriel; lo cierto, es que durante 8 años no lo hice, hasta hace apenas unos días cuando me topé con Perros sin nombre.

Perros sin nombre es una breve colección de relatos que provienen de diversas épocas del autor. Lo sé porque de entre todos, logré reconocer a El arte de la amistad, cuya publicación data de por ahí del 2010 en el periódico El Financiero, al cuál teníamos acceso gratuito los estudiantes de la UDLAP. Estoy seguro de que guardé ese ejemplar en algún lado de la casa de mis padres.

En general, me cuesta trabajo hablar de las recopilaciones porque no puedo hablar de una obra como un todo. Lo que sí puedo decir, es que los cuentos del autor se pueden admirar como una serie de asuntos pendientes que el mismo escritor tiene consigo mismo y con etapas de su vida que ha revisitado. Sin duda El arte de la amistad es mi favorito porque me transportó a mis tiempos de licenciatura, pero si éste no hubiese existido, definitivamente las mujeres de México Aguilera o la historia de Nidia se llevarían el honor.

Amo leer a escritores que tienen mi rango de edad porque las referencias son imposibles de pasar de largo y provoca demasiada satisfacción el descubrirlas. Es fácil sentirse identificado con los pensamientos de los personajes y la forma en que reaccionan a las situaciones en las que el autor los ha colocado. Sigo creyendo que lo que más me agrada de Gabriel es esa forma «cochina» de escribir que me recuerda tanto a las páginas del buen Hank. Disfruté mucho de la compilación, aunque sólo me duró tres días.

Endgame: Recordar quién eres

Ya tiene poco más de un mes desde que se estrenó la bomba mediática de Disney/Marvel, Avengers: Endgame. El efecto fue inmenso: personas abarrotando las salas de cine, boletos para el estreno agotados, un terror generalizado por spoilers y la eterna batalla entre fanboys, niños rata y fanáticos ocasionales. En su momento, era demasiado «mainstream» hacer cualquier comentario en torno a la película; la competencia estaba en demostrar quién era verdadero fanático y quién se sabía todas las líneas argumentales pues los cómics las habían detallado desde hacía un par de años.

Mirar esa película resultó una verdadera culminación de todo un ciclo. Pero no hablo de un ciclo de películas, sino de un ciclo de mi vida. Toda mi vida crecí al lado de estos personajes: el Hombre Araña, el Capitán América, Thor, Wolverine, Punisher, Thanos, etc., con cada uno he identificado una parte de mi crecimiento y desarrollo personal. Sé que suena demasiado básico, pero es la verdad y me arriesgo a ser etiquetado junto con ella.

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La película me hizo reír, me hizo angustiarme, me arrancó demasiadas lágrimas e hizo que mi corazón se detuviera y acelerara en más de una ocasión. Mirar al Capitán levantar a Mjolnir, presenciar el encuentro de Tony con su padre del que nunca se pudo despedir, el sacrificio de Natasha, entre otros momentos, son de esas cosas simples que me dejaron sin aliento. Son esas cosas simples de las que no todos aprender a disfrutar.

Hace un par de horas fui al cine a ver la película una segunda ocasión, justo antes de que desaparezca de cartelera. Lo cierto, es que aunque no deseaba perder la oportunidad de verla en pantalla grande una vez más, me costó trabajo asistir a mirarla pues tenía la ferviente ilusión de hacerlo al lado de inSecta. Teníamos ese plan justo antes de que las circunstancias nos golpearan nuevamente y tuviésemos que guardar distancia el uno del otro una vez más. Me ganó el deseo aunque no pasó un sólo segundo en el que no deseé que la persona a mi lado fuera ella, a la que me refiero como la mujer de mi vida.

En fin, quería compartir un par de reflexiones sobre lo mucho que esta película significa en mi vida y cómo ciertas situaciones aleatorias parecen más representativas en mi existencia de lo que cualquiera podría creer.

Thor, aún digno

La primera vez que vi al Thor de Endgame (5 años después), mi reacción fue de risa total, no paraba de decirle a mi bro, «no chingues con el Thor totalmente tirado al carajo!», repetí la frase un par de veces, seguí riendo y la broma de mi círculo cercano era que el asgardiano era mi retrato en un futuro si mi lucha por estar al lado de inSecta fracasaba. En algún punto, ella misma hizo el comentario. En algún punto, me he estado transformando en él.

Hoy que lo vi de nuevo, me di cuenta de lo profundamente triste que es la situación de Odinson: perdió poco a poco a cada miembro de su familia, perdió a la mitad de su pueblo que ya de por sí se encontraba al borde de la extinción. Y no importó ser digno, no importó descubrir su fuerza interna, no importó soportar el poder de una estrella directamente en su cuerpo, al final, no logró salvar a quienes más amaba. Descuidó su cuerpo e ignoró toda responsabilidad.  Hasta que viajó al pasado y recibió la lección más valiosa de parte de su madre, Frigga. Tenemos que dejar de fracasar en lo más fundamental, ser nosotros mismos. Entonces extiende su mano y Mjolnir se acerca, aún es digno. Ser digno no evita estar en un agujero de depresión ni evita que nos consideremos un fracaso cuando no lo somos.

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Después de tanta lucha, por momentos siento que me convierto en ese Thor, me siento indigno aunque no lo sea, siento que no puedo dejar de fracasar en mis intentos por obtener la oportunidad que tanto añoro con mi chica. Y sí, he aumentado de peso y me encuentro fuera de forma. Es sumamente triste ver a un héroe roto y por eso, sabiendo que para algunas personas soy una motivación y hasta un «héroe», evito mostrar que mi corazón flaquea y que por momentos se siente totalmente derrotado por circunstancias sobre las que no tengo control.

La película se estrenó a las 00:00 hrs. del día viernes, 26 de abril, aunque siendo justos, prácticamente era la noche de jueves para todos nosotros. Fue la noche del mismo jueves en que inSecta conoció a mi madre; recuerdo estar sentado en una mesa de un Italian Coffee observando una escena en la que mi mamá y la chica de mis sueños intercambiaban algunos comentarios y otras cuantas sonrisas más. Era precisamente esa imagen de Thor observando el momento en que su chica, Jane Foster, y su madre platicaban y reían juntas tras haberse conocido.

Black Widow, «ella lo sabe»

Natasha se sacrifica para que Clint pueda obtener la gema del alma y con ésta, la oportunidad de revivir a todos aquellos que perecieron debido a las acciones del titán. Durante el funeral de Tony, Bruce Banner se pregunta si de alguna manera Natasha sabría que su sacrificio no fue en vano y que al final triunfaron. Alguien le dice, «ella lo sabe», y entonces Bruce recibe la paz que tanto necesitaba.

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Un día antes del estreno, inSecta y yo nos dirigíamos al tercer piso del hospital para visitar a una de mis alumnas que luchaba por mantenerse con vida ante el enemigo silencioso del cáncer. Justo antes de subir a verla, ella falleció. Lloramos mucho ese día. Tiempo después, hace casi dos semanas, me tocó subir calificaciones finales y cuando el sistema de la universidad me solicitó la calificación de mi alumna, le puse un 10. Días después le comenté a inSecta sobre la calificación de Adriana, ese era su nombre, y le decía que me sentía triste porque Adri no pudo ver su calificación. InSecta me dijo, «ella lo sabe».

Iron Man, «siempre se trató de ti»

Tony piensa en Pepper, no deja de pensar en ella cada vez que se encuentra en una situación de la que podría no salir con vida: cuando carga el misil que impactaría en Nueva York, cuando aborda la nave de Ebony Maw, cuando se acerca el día en que su cuerpo no aguantará más andar vagando  por el espacio. Tony no desea arriesgarse a perder a la familia que ha formado al lado de Potts y aún así le debe a Peter Parker realizar un último intento de salvarlos a todos. Y lo logra, el único futuro de entre catorce millones en el que le ganaban a Thanos, era aquel en el que Tony sacrificaba su vida para salvar a la humanidad. Tony chasquea sus dedos y el ejército del Titán Loco se va. Tony está muriendo pero de alguna manera, es hasta que Pepper le dice «estaremos bien», que él por fin puede descansar.

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No hay un sólo momento en el que no piense en inSecta, cada decisión importante que tomo en mi vida desde hace dos años, conlleva una serie de suposiciones y probabilidades entre las que siempre se encuentra ella. Cada que pasa algo importante, busco alguna manera de que se entere ya sea de forma directa o indirecta. Hace unos días mi coche empezó a mostrar una falla con el sistema de la batería. Es algo sencillo pero que no puedo reparar por mí mismo. Por el momento, la solución consiste en simplemente mover el cable de uno de los polos. InSecta me regañó y me dijo que uno de estos días con lluvia voy a terminar electrocutándome, a lo que le he respondido que mientras tenga algo pendiente con ella, jamás moriré. Siempre se ha tratado sólo de ella.

Capitán América, el baile pendiente

Antes de quedar congelado durante 70 años, Steve Rogers le prometió a Peggy Carter que tendrían una cita en la que bailarían aunque él no supiera hacerlo. Cuando Rogers despierta, Peggy se ha ido para siempre, llegó demasiado tarde a la cita. Steve carga siempre el retrato de Peggy. Durante Endgame, el Capitán viaja al pasado sólo para mirarla a ella momentáneamente a través de un cristal. La mujer de su vida parece siempre tan distante. Una vez que triunfan sobre Thanos, el Capitán se hace cargo de devolver las gemas del infinito a los puntos del tiempo de donde las extrajeron, sólo que él jamás regresa al presente, decide llegar a tiempo a la cita que nunca sucedió. La escena final de la película nos muestra a Steve y Peggy teniendo por fin ese baile que el Cap durante tantos años esperó. Técnicamente, desde que fue descongelado, Steve tuvo que esperar 7 años para poder estar al lado de su chica, pero lo logró.

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No hay nada en este mundo que disfrute más que bailar con inSecta. Soy malísimo bailando, totalmente terrible, pero a ella no parece importarle cuando llegamos a coincidir en una «pista de baile». En nuestra primera «cita» bailamos un poco, después tuve que esperar más de un año para volver a bailar con ella en una fiesta de graduación; días antes a su cumpleaños, en una fiesta casera en el departamento de uno de sus amigos, mientras el resto de personas parecían ya estar muy borrachas, puse una canción y la invité a bailar en la pequeña sala del lugar; por último, en su fiesta de cumpleaños bailamos un par de piezas más. Son realmente contadas las ocasiones en que lo hemos hecho, pero han sido esos momentos en los que el mundo dejó de existir y sólo eramos ella y yo. Sigo soñando que bailo con ella como si fuera la primera vez. Solía cargar una de sus fotos en mi cartera y observarla antes de enfrentar cualquier tipo de reto, ahora prefiero traerla de fondo de pantalla en mi celular. Sueño que el final de Endgame será muy similar al de nuestra historia y que bailaremos lentamente una de nuestras canciones en nuestra propia casa y que tendremos la más bella de las vidas en pareja. Llevo esperándola dos años, ¿qué son cinco más?

Thanos, lo inevitable

Tal vez haga falta que, como el Cap, llegue al punto en el que sea tan digno que pueda cargar a Mjolnir, que sea capaz de levantarme cuando todo parezca perdido. Que aún con el cuerpo y el escudo rotos y con un ejército frente a mí, tenga la capacidad de encarar al peligro. Sin duda, Thanos y el Capitán luchando son como las dos partes de mí enfrentándose día a día. Aunque me identifique tanto con el personaje del titán, lo cierto es que el Cap, de entre todos los héroes, ocupa un lugar muy especial en mi corazón; aspiro a ser como el Capitán América, justo, noble, desinteresado, líder, inspirador, valiente, que sin ser el más poderoso no deje de ser el que todos voltean a ver cuando necesitan una figura que los guíe. Lo anterior, alguna vez se lo dije a inSecta y ella me respondió, «ya eres como él».

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Por otro lado, el titán. Inteligente, fuerte, despiadado, centrado, temible, incontenible; representa todo lo que soy cuando me olvido de lo que siente mi corazón. En el fondo, Thanos, el verdadero, no el de la película, resulta ser más complejo de lo que aparenta. Al final, es sólo un personaje que se motiva a sí mismo por amor, por el amor que pareciera que jamás encontrará y que cada que parece que lo alcanza, lo hace para perderlo una vez más. Thanos rebasa al poder de las gemas en realidad, no las necesita, sólo son un medio más veloz de cumplir lo que por su propia cuenta puede hacer.

Y aquí estoy preguntándome si en verdad puedo llegar a ser como el Capitán América, o si debo sucumbir ante aquello que siempre he sido, un titán loco solitario que sueña despierto en lograr lo que no le costaría hacer si tan sólo se prestara un poco de atención.

(inSecta, si estás leyendo esto, estoy seguro de que la veremos juntos algún día, compraré la versión extendida, estaremos en un sillón muy cómodo, descansarás tus piernas sobre las mías, tendremos un par de botellas de lambrusco barato y te reirás sintiendo profunda ternura cuando me veas llorar por admirar la escena en la que todos los Avengers se reúnen para combatir al ejército de Thanos. Y será perfecto porque todo lo ordinario se vuelve extraordinario cuando estamos juntos)

Thanos se aparece en el tiempo actual y sabe que los Vengadores lo habrán de confrontar, por lo que tras dar órdenes a sus subordinados, se sienta a esperar. Probablemente me encuentre en ese mismo momento de mi vida. Las cartas ya se han jugado y ahora sólo resta esperar.