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Posts Tagged ‘España’

Been there, read that (CCCXXXI)

El siglo

Aut. Javier Marías

Javier Marías es un autor español muy laureado que falleció en septiembre de 2022, ya lo tenía en la mira (lectora) desde hace bastante tiempo, sobre todo después de leer algunos fragmentos aislados de cierto conflicto que tuvo con Anagrama, mi editorial favorita, y su representante, Jorge Herralde.

Básicamente, lo que pude dilucidar entre lo poquísimo que se menciona en Un día en la vida de un editor, es que hubo un conflicto de intereses entre la editorial y el autor debido a que la primera liquidaba ediciones no vendidas del escritor, cosa con la que éste no estuvo de acuerdo en lo más mínimo. Si se hace una búsqueda simple en internet acerca del asunto, se entenderá que Javier Marías se erigió como un personaje sumamente conflictivo en el mundo editorial, ya sea porque no aceptaba pagos que consideraba demasiado bajos para la calidad de su obra, ya sea porque no estaba de acuerdo con las adaptaciones que se pudieron hacer de sus textos y las demandas que hizo para ser eliminado de los créditos de tales películas.

Asumí entonces que al ser una personalidad sumamente compleja y conflictiva, su obra debía estar a la altura, pues quienes en el mundo editorial se colocaban del lado de Marías en el conflicto con Herralde pregonaban ‘el gran error de Anagrama’. Lamentablemente, si existe ese nivel de brillantez, no lo hallé en El siglo, y no es porque sea yo sumamente exigente o un crítico avezado, el mismo autor en el prólogo desdeña a este libro y se habla de éste no como lo peor de la obra del español pero definitivamente no como parte de lo más resaltable en su haber.

En esta novela, nos adentramos en la vida de Casaldáliga, un personaje cuyo destino parece estar marcado por la casualidad y las decisiones ajenas. Marías no sigue una línea cronológica estricta, sino que nos sumerge en la esencia del protagonista desde su infancia, donde recibe un consejo clave de su padre: forjar un destino único e irrepetible. Sin embargo, tras descubrir las verdades ocultas sobre su familia, Casaldáliga se ve atrapado en una serie de eventos que lo llevan a un matrimonio impuesto y un exilio durante la guerra, sin encontrar el destino que buscaba.

La novela plantea preguntas sobre la elección, el azar y la verdadera imagen de Casaldáliga, todo ello enmarcado en un lenguaje puro y un ritmo pausado que refleja la esencia del siglo en que vive el protagonista. Además, la música que atraviesa la historia subraya momentos cruciales en la vida del personaje, añadiendo capas de significado a esta profunda exploración de temas como la muerte, la guerra, el amor y la traición, todo ello unificado por la figura central de Casaldáliga.

Primero revolucionario y luego soplón del gobierno, la historia de Casaldáliga no se narra de forma lineal: los capítulos impares se narran en primera persona mientras que los pares en tercera. Hay temas de aristocracia, la presencia de un personaje que se revela como punto de inflexión entre los eventos que llevan al protagonista a exiliarse al lado de una esposa que, se suponía, debió morir prontamente tras la boda.

El siglo es una novela compleja, por supuesto que no cualquiera escribiría algo así. Siendo honesto, no disfruté mucho de la lectura pero comprendí la pluma del autor. A diferencia de lo que me pasó con, por ejemplo, Peter Handke, al que no me quedaron ganas de volver a leer, realmente tengo deseos de buscar alguna de las obras de Javier que estén consideradas como sus mejores. El siglo no es una lectura que le recomendaría a cualquier persona, la verdad es que sólo quien esté interesado en los nombres que surgen en el desarrollo editorial español podrá disfrutar de un texto como este.

Been there, read that (CCCXXV)

Napalm en el corazón

Aut. Pol Guasch

En un mundo marcado por conflictos como el de Israel y Palestina, la literatura se vuelve una ventana crucial hacia las realidades que enfrentan las poblaciones en zonas de ocupación durante las guerras. Las páginas nos sumergen en las complejidades de las relaciones entre comunidades y los desafíos que enfrentan frente a los soldados del ejército de ocupación, ofreciendo reflexiones profundas sobre la naturaleza humana en contextos de adversidad. Esto es lo que nos ofrece Napalm en el corazón.

El conflicto, con sus tensiones y titulares recurrentes, añade una capa adicional de relevancia a la trama de la obra del español, Pol Guasch. A través de los personajes y sus interacciones con el medio inhóspito en el que se mueven, la obra nos invita a reflexionar sobre los dilemas éticos, las emociones y las transformaciones que marcan la vida de quienes viven bajo la sombra de la guerra y la ocupación.

La narración toma dos vertientes: la primera, sobre la relación que establece el protagonista y narrador con su madre, ambos en un etapa de transición posterior al reciente fallecimiento del abuelo y la pérdida del padre algunos años atrás. La madre ha comenzado una relación con alguien que se intuye como miembro de las fuerzas armadas de ocupación de la pequeña y miserable población donde se desarrolla la trama. Como es de esperarse, la relación entre el hijo y la incipiente pareja de su madre es tensa y desarrolla en el protagonista una cierta fijación equiparable a la que tiene con un lobo que esporádicamente se acerca a beber agua en un riachuelo a espaldas de su casa.

Por otro lado, la segunda vertiente de la narración se desarrolla a través de las cartas que el protagonista le escribe a Boris, de quien está enamorado y con quien establece una relación oculta principalmente de los soldados que deambulan de vez en vez por la pequeña población. Poco a poco nos daremos cuenta de que la relación no es simétrica y que se sostiene de hilos sumamente frágiles.

Un asesinato y una indiscreción provocan un viaje accidentado a través de estos paisajes derruidos en situaciones que si bien pueden resultar fantásticas, no dejan de ser verosímiles. En el fondo, sabemos que la realidad supera a la ficción y que los seres humanos somos capaces de cosas que van más allá del propio raciocinio y designios de la lógica.

Pol Guasch tiene un verdadero don para hacernos sentir lo que los personajes transmiten: angustia, miedo, celos, amor, hipocresía, temor, rabia, melancolía, cariño… Es un libro complejo, con una narración fragmentada que puede no ser tan agradable para algunos lectores aunque sumamente interesante para otros. El conteo de los días, la descomposición gradual de un cadáver en el asiento trasero, la indiferencia creciente entre dos amantes, entre otras despiadas situaciones que el autor hace pasar a sus personajes, es lo que mantiene el interés en una obra que parece apenas la punta del iceberg de lo que el joven escritor tiene que ofrecer.

Been there, read that (CCCXXIII)

Vienen de noche, Estudio sobre las brujas y la otredad

Aut. Julia Carreras

Uno de los motivos por los que mis lecturas previas comenzaron con El mito del hombre lobo para seguir con Macario, era que las fechas en que los leí coincidían con la temporada de octubre y noviembre. Así como las películas navideñas se disfrutan mucho en diciembre a pesar de que puedas verlas en cualquier momento, los libros de temas alusivos al miedo encuentran su mejor demanda en temporada de muertos.

Es así que pasé de hombres lobo (loup garou’s) a encuentros del ser humano con la muerte, para estacionarme en otro personaje enigmático que tiene su registro desde los primeros pasos del hombre por la tierra: la bruja. Concebida en mis tiempos de la infancia como una mujer aparentemente anciana con piel verdosa que montaba una escoba y producía brebajes que transformaban a los seres humanos en una variedad de animales, totalmente relacionada con el miedo y la superstición; para, actualmente, ser representadas por mujeres poderosas, independientes y sabias, con habilidades mágicas y conocimientos esotéricos, ahora asociadas con la fantasía, la magia y la espiritualidad.

De esta forma curiosa en la que, en un periodo de tiempo tan corto como lo es mi paso de la infancia a la adultez, el concepto y la concepción de un personaje de mitología como lo es la bruja puede tomar nuevos cauces, es que surge la necesidad de investigación del origen, evolución y asentamiento del concepto de la bruja. Ese es el objetivo de Julia Carreras en su ensayo, Vienen de noche.

Similar a lo planteado por Roger Bartra en torno al hombre lobo, la autora se enfoca en las brujas, dividiendo su obra en 4 partes: una primera que establece el panorama en el que la bruja encuentra su nicho, la superstición y las creencias asociadas a la realidad geográfica en las que se asienta el mito y en cómo, en un inicio, la existencia de las brujas no se cuestionaba de modo alguno; en la segunda, ahora sí, se desarrolla el origen y etimología de la bruja, su folclore, las tradiciones.

En la tercera parte, se habla de las bien conocidas cacerías de brujas, en lo particular mi parte favorita pues incluye casos registrados de personas juzgadas por un crimen que en un principio no era más que una concepción mágica y que pasó a convertirse en un servicio hacia el maligno y todo lo que representa. En esta etapa de la obra tendremos fechas, nombres, apellidos y resultados de indagaciones que en su momento fueron llevados a cabo.

Finalmente, se realiza un análisis sobre cómo la racionalidad poco a poco ha ganado terreno y el escepticismo ha permeado en una sociedad que se ha alejado de la bruja y su brujería. Así, la brujería no es más que un crimen imaginario o una creencia alternativa a la cuál acudir en momentos de amor desesperado, y las brujas no son más que parte de un culto que ha sido denostado y cuyas interpretaciones mal guiadas en términos religiosos.

Al final, los mitos se moldean y toman el cariz que la sociedad les otorga en los contexto de la época en que se les analice. Tanto brujas y hombres lobos como demás personajes que evolucionan en su narrativa, representan el cambio de paradigmas en el pensamiento colectivo. Obras de divulgación sumamente necesarias para comprender al ser humano y el desarrollo de su lógica y creencia.

Been there, read that (CCCXVII)

Todo es comparable

Aut. Oscar Tusquets Blanca

Mucha gente subestima el valor de los libros, recuerdo esa estrofa de una canción de Calle 13 que dice «No me regalen más libros porque no los leo, lo que he aprendido es por que lo veo». Están esos y los que utilizan el argumento de lo odioso que se ha vuelto el arte de leer cuando se utiliza como una marca de clase, «yo leo, yo soy culto, yo soy superior a ti». En fin, la verdad es que la lectura abre muchas puertas al ser una fuente gigantesca y constante de información que se traduce en temas de conversación para múltiples ocasiones y con distintos tipos de personas. Claro está que si sólo lees libros de autoayuda, esto último se invalida.

Todo es comparable lo encontré un día cualquiera en el mueble de novedades, leí la contraportada que hablaba de las comparaciones y metáforas escondidas en la vida cotidiana y de las cuáles no teníamos la más mínima idea; me convenció, lo compré y 4 días más tarde lo había terminado. Si bien, es un poco engañoso el modo en que te lo venden pues no existen tantas analogías o comparaciones como te hacen creer en la sinopsis, lo cierto es que este conjunto de ensayos sobre temas varios del otrora arquitecto y pintor, es muy enriquecedor y trae temas que generalmente pasan desapercibidos en nuestro quehacer diario.

El libro lo compré un domingo, el jueves lo terminé y el viernes por la noche tuve una cita a ciegas con una chica que conocí en un aplicación de esas. Pude hablar de cualquier cosa con ella pero me enteré de que era arquitecta y entonces me puse a platicar de dos mis textos favoritos del libro recién leído: el primero, sobre la hipótesis que el autor tenía sobre la arquitectura de los griegos y la ligera curvatura que los pisos tenían (spoiler: era para que el agua escurriera hacia afuera y no se encharcara) y que no se notaba por una ilusión óptica creada por el diseño de las columnas; el segundo, sobre el papel que tienen las escaleras primero como parte fundamental del diseño visual de un edificio, y luego como una obligación que se ha relegado a las esquinas posteriores de estos.

Para cuando terminé de hablar, mi cita estaba totalmente impresionada y me preguntó, con mucha coquetería, si siempre hablaba yo de ese modo. La cita fue un éxito y agradecí internamente el darme la oportunidad de leer sobre los temas más variados. El poder de un libro traducido, en esta ocasión, en los besos de una bella dama arquitecta y gótica.

Está de más reforzar en este punto el argumento que esgrimí en el primer párrafo de la presente. Todo es comparable es un gran libro de ensayos, pero ojo, no es exactamente lo que te venden en la contraportada. Al final es una lectura muy disfrutable, la imagino como obligatoria para quienes disfrutan o hacen de la arquitectura gran parte de su vida. El prestigio del apellido Tusquets ayuda, pero si el autor hubiese tenido cualquier otro apellido, igual sería un excelente escrito que abona a esos temas de conversación de los que hablé e incrementa el acervo cultural de cualquier lector.

Been there, read that (CCLXXV)

Años felices

Aut. Gonzalo Torné

Son contadas las ocasiones en las que no encuentro la más mínima razón para recomendar una lectura; soy fiel creyente de que, por el simple hecho de haber sido publicado, todo libro merece la pena y, si pertenece a mi editorial favorita, técnicamente, debería ser una apuesta segura. Sin embargo, ésta fue la excepción a la regla y, aunque no debería quejarme pues la presente obra fue un regalo de la editorial en tiempos de pandemia, nunca antes me costó tanto trabajo terminar una novela como lo fue Años felices.

La verdad es que, a pesar de múltiples autoexámenes de conciencia, simplemente no logro identificar el motivo por el cuál aborrecí la lectura. No sé si es porque no pude identificarme con ninguno de los personajes; no sé si fue lo poco relevante que consideré los conflictos en sus relaciones; no sé si la problemática planteada raya en lo banal; no sé si tuvo que ver con que los problemas de primer mundo se me hacen tan insulsos que dan ganas de restregarles la cara a los personajes con lo que sufre el 90% de la población y que va más allá de «es que mi amigo, el heredero de una fortuna, ya no me habla y se reúne con mi otro amigo para hablar de cosas cultas y a mí no me invitan porque no soy de apellido de alcurnia».

Así de soso siento todo lo que leí. La historia gira en torno a un grupo de cuatro amigos en el Nueva York de los años sesenta: un heredero cultoso, un judío de barrio y dos hermanas de una familia promedio (promedio en todos los aspectos). Ante el grupo se presenta un catalán que ha huido de su familia para asentarse en la tierra de los oportunidades buscando convertirse en afamado poeta. A partir de la aparición de este último personaje, que funciona como catalizador de las vicisitudes de la historia, el grupo de amigos comienza una dinámica que gira en torno al desencanto que estos adolescentes o adultos jóvenes tienen para con el desarrollo a mediano y largo plazo de sus vidas.

Así, la excesivamente larga narración pone a los personajes a cuestionar sobre si seguir las normas establecidas por el status quo del lugar en que la vida los puso o volverse unos verdaderos rebeldes que no se casarán con quien dictan los cánones de la alta sociedad; continuar con los multimillonarios negocios familiares o arriesgarse a poner una imprenta que se encargue de dar la oportunidad a escritores que el mundo tiene que conocer; vivir a expensas del que tiene dinero y se los regala sin bronca o arriesgarse nada más y nada menos que a ponerse a chambear

No estoy diciendo que yo escribiría algo mejor, pero me hubiera dado mucho coraje pagar por este libro. Lo que es. No puedo pensar en alguien a quien le podría gustar, pero obviamente existe un público para este tipo de obra. Encontré muy pocas pero buenas opiniones en internet que constatan que en gustos se rompen géneros. En fin, no fue una pérdida de tiempo, pero hubiese preferido ver una serie coreana de adolescentes enamorados (iugh!).

Been there, read that (CCLVI)

Cómo ordenar una biblioteca

Aut. Roberto Calasso

Libros para personas que aman los libros. No hay premisa más atractiva. Estoy seguro que ya lo he mencionado en más de una ocasión: sí, tengo una editorial favorita y es Anagrama. Como buen seguidor de dicha editorial, hay nombres a los que te acostumbras y otros que, a pesar de no haberlos visitado antes, resultan sumamente familiares. Basta recordar la lectura de Un día en la vida de un editor, para entender que existen círculos de escritores afines entre sí y que constituyen la sólida base de cada editorial (sólo miren a los recién llegados, Nitro Noir, del norte de México, y que tienen a un escritor insignia como Carlos René Padilla). En el caso de Anagrama, suena constantemente el nombre de Roberto Calasso; vaya, existe un libro del mismo Jorge Herralde titulado, Para Roberto Calasso. Y cuando el nombre te resulta familiar no sólo por la cercanía con la editorial, sino a través también de las lecturas mensuales de Letras Libres, comprendes que debe ser alguien muy interesante y digno de conocer.

Ahora bien, no mentiré y diré que ahora soy un experto en Calasso; por el contrario, sigo siendo un neófito total. Sin embargo, tras leer esta pequeña belleza en pasta blanda color rojo titulada Cómo ordenar una biblioteca, me he ido de frente de lo atontado de amor que quedé. Y es que cada palabra, cada frase en el interior de la obra, denota un profundo amor por los libros. Bien dicen que, si bien hay personas que leen un libro y de inmediato lo lanzan al olvido o permiten su reinserción en el mundo externo para que sea deleite de alguien más a través de donaciones o reventas, también hay personas que nos distinguimos por conservarlos en una biblioteca personal. Que si el motivo de esta biblioteca va del ego a la erudición, o que si se construye con el único objetivo de presumir la mucha lectura (incluso cuando realmente la lectura es nula y entonces hablamos de un adorno para las videollamadas), eso ya es otro menester.

¿La biblioteca entonces se debe ordenar con base al autor?, ¿o acaso es la temática y especialidad lo que debe imperar?, ¿y si los ordenamos de acuerdo al orden de lectura anual?, son preguntas que surgen en el imaginario de quien lea el título del libro de Calasso. El ensayo se centra en una regla universal: la del buen vecino, «formulada y aplicada por Aby Warburg, según la cual en la biblioteca perfecta, cuando se busca un determinado libro, se termina por tomar el que está al lado, que se revelará aún más útil que el que buscábamos.”. Que si esto nos resulta útil probablemente sea lo menos importante; siendo lo más bello el reconocer las configuraciones por las que se pasea nuestra imaginación al seguir la lectura de estas páginas.

El volumen no sólo concluye con el tema abordado en el título, una segunda parte se centra en un ensayo que narra la génesis de algunas revistas europeas de gran renombre a lo largo de los siglos recientes: los fundadores, el contexto histórico, político y social que desembocó en la creación de cada publicación, las relaciones tanto amistosas como conflictivas entre los colaboradores, etcétera, etcétera, etcétera. Debo ser honesto, no fue una lectura tan agradable como la de la primera parte, puesto que su público objetivo está un poco más centrado en el de la literatura académica.

Con todo, me atrevo a decir que puedes solamente leer el primer ensayo y aún así habrá valido la pena la adquisición. Advierto, si no eres de los que no puede pasar cerca de una librería en quincena sin quemártela ahí adentro; si no eres de los que no sólo disfruta las letras, sino el tacto y aroma de cada página; si no eres de los que dedica horas a la forma en que acomodará el librero luego de limpiar cada elemento con esmero y dedicación; y si no eres de los que realmente sonríe para sí mismo cuando descubre a un nuevo lector cuando viaja en transporte público o pasea por las calles de cualquier ciudad, entonces esta lectura NO es para ti.

Been there, read that (CCXXXV)

10 octubre 2021 1 comentario

Un buen detective no se casa jamás

Aut. Marta Sanz

Para terminar con el desfile de reseñas que busca actualizar mi trayecto bibliográfico de los últimos dos meses, un título de esos que Editorial Anagrama nos hizo el favor de regalarnos con motivo del inicio de la cuarentena debido al Covid. A diferencia de lo entretenidos que resultaron títulos como Fiesta en la madriguera y Mis documentos, Un buen detective ha requerido de una gran inversión de esfuerzo de mi parte para poder terminarlo.

No es que sea un mal libro, pero la forma en que está escrito me provocó demasiado tedio. Hubo momentos en que me daban ganas de decirle a la autora, «ya, cuéntanos lo que sigue y deja de adornar tanto estas escenas tan inverosímiles, por favor». Estoy seguro que habrá personas que disfruten en demasía esta misma obra, pero al menos en mi caso, no fue así.

La historia nos pone en los zapatos de Arturo Zarco, detective, que decide pasar parte de sus vacaciones visitando a una entrañable amiga. Mientras se encuentra de visita, el protagonista atestigua una sucesión de hechos que, en historias similares de novela negra, lo forzarían a investigar y desentrañar el misterio de una desaparición; sin embargo, no es este el caso de nuestro héroe, ya que ante la presencia de un posible crimen, él opta por la pasividad. A final de cuentas, son sus vacaciones.

Ahora que lo pienso, ese es el asunto con la novela, que el protagonista observa el planteamiento del misterio y hasta su propia resolución sin hacer absolutamente nada más que reflexionar en torno a los motivos de los participantes y en torno también a su reciente separación con su pareja.

La fortaleza principal de la obra está en el uso del lenguaje, hay bellísimas estrofas y sabias reflexiones, pero a pesar de esto, uno se termina cansando de que la escena de dos niñas jugando en un jardín se extienda hasta por 10 páginas sin que haya un avance en lo que uno pensaría que de verdad importa dentro de la trama.

Probablemente me esté equivocando y no esté dándome cuenta del mensaje que tal vez la autora quiera hacer llegar a los lectores. Probablemente no sea yo el tipo de lector al que la escritora deseaba llegar. Y, sin embargo, es un libro que no recomendaría bajo circunstancia alguna. Me gustó, sí, pero no lo suficiente para volverlo a tocar o a mencionarlo en una conversación adicional.

El mejor beso

27 septiembre 2021 Deja un comentario

Otras veces una misma mujer se divide en dos: se coloca una peluca, se perfila las cejas con lápiz negro, se deja de llamar Madelaine —casi como Lady Madelaine Usher— y sólo el ojo de un enamorado podrá juntar las dos visiones dentro de la misma carcasa; resucitar a los difuntos; habitar un cuerpo vivo con un alma muerta; sentir que todo se va, que sólo se tiene memoria de los malos amores, los truncados, que sólo el dolor es inacabable, que la posesión nunca será posible y que no hay mejor beso que el que se ensaya contra una boca muerta.

Marta Sanz en Un buen detective no se casa jamás.
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Been there, read that (CCXV)

La Ciudad de Vapor

Aut. Carlos Ruiz Zafón

Siempre es triste el saber que uno está leyendo el «último» de los libros de un autor. No importa si fue un favorito, uno de los clásicos, uno de los obligatorios o un incidental, el sentimiento es el mismo: la nostalgia. Afortunadamente, prevalece una persistente posibilidad de que existan textos inéditos, compilaciones, versiones comentadas, entrevistas y otras fuentes que nos permitan seguir acercándonos a los ausentes. En el mejor de los casos (el más afortunado), podríamos estar leyendo el último sin haber aún conocido la parte medular de la obra del escritor, tal ha sido mi caso con La ciudad de vapor de Carlos Ruiz Zafón.

Sin duda, escuchar el título, La sombra del viento, es más que suficiente para ubicar a Ruiz Zafón, su novela, una de las más premiadas, tiene un timbre particular y te da la sensación de un déjà vu al escuchar su nombre. A pesar de ello, me declaro culpable de no haberme dado la oportunidad de disfrutar su obra aún cuando he sido cercano a ella a través de mi mejor amiga que tiene al barcelonés como su favorito. Fue por estas razones que decidí regalarle como obsequio de navidad, el último libro del escritor que recién falleció hace no más de 6 meses. Para mala fortuna de mi amiga, cometí el error de leer el primer cuento de este tomo por curiosidad e irremediablemente ya no pude soltar su lectura; de este modo, en el mismo momento en que entregué el obsequio, lo pedí prestado para concluirlo.

Entiendo los elogios que se le han hecho al autor, Ruiz Zafón tiene un estilo muy particular que no puedo comparar con el de otros escritores. Me queda claro que la mayor parte de los cuentos encerrados en La ciudad de vapor, son apéndices de sus novelas más famosas; en su momento, tuve la incomodidad de pensar que no entendería referencias que forzosamente habría dentro de estos breves textos, estuve en un error. Los cuentos son independientes a pesar de todo y se disfrutan en demasía.

La España medieval y de posguerra civil, neblina, tormentas, obscuridad iluminada por velas, nieve, humedad, lluvia, leyendas, personajes sombríos que acechan, sociedades secretas… son todas éstas y otras palabras las que encierran el imaginario de los cuentos compilados. No lo sé, pareciera que este libro fue escrito para ser leído en una época como la decembrina; de alguna manera te da frío al leer sus páginas, te incita a estar muy bien arropado pues los paisajes son siempre gélidos.

Asumo que este libro será una joya obligada para quienes han seguido la obra de Zafón y, sin embargo, es al mismo tiempo una excelentísima forma de acercarse por primera vez al autor. Las historias fantásticas en torno a Miguel de Cervantes o a Antoni Gaudí le dan un maravilloso sentimiento de curiosidad que abre las puertas para imaginar más y más historias paralelas. Sin duda, he entendido a mi mejor amiga y comparto tardíamente el luto que le guardó al autor cuando partió un 19 de junio del presente año, 2020.

Been there, read that (CLXXXVII)

Días sin ti

Aut. Elvira Sastre

portada_dias-sin-ti_elvira-sastre_201902050958Soy una persona que definitivamente da más de lo que recibe y estoy más que acostumbrado a serlo. Creí que el pasado 14 de febrero sería la misma situación que en los últimos años con la única diferencia de que en esta ocasión no tendría nadie a quien prepararle una sorpresa (aunque no me faltaron ganas de hacerlo, en esta ocasión ganó la razón y no el corazón). Sin embargo, una bolsa de celofán que contenía el libro de Elvira Sastre y una caja de galletas Macma lograron que por primera vez en mucho tiempo, recibiera un detallito por el día del amor y la amistad.

Si me regalan un libro, lo más probable es que se cuele hasta el frente de mi lista de pendientes de lectura, por lo que Días sin ti fue la elección una vez que terminé con los tres que empecé a leer a inicios de año.

Ahora bien, siempre he sido admirador de Elvira Sastre, no es difícil serlo pues fracciones de sus textos y poemas inundan las redes sociales formando parte de miles de imágenes motivacionales/románticas/superacionales. Debo admitir que cuando descubrí que aparte de la poesía existía una novela, mis expectativas se fueron al cielo. No es que me haya decepcionado, pero esperaba un poco más.

Días sin ti es la historia de Gael, un joven escultor que busca «el latido» en su vida, aquello que le da sentido y que llena el hueco que todos llevamos dentro. Mientras busca ese latido, se convierte en profesor de su misma especialidad en una escuela, ahí conoce a Marta, la modelo que posa en las clases para ser esculpida. No es necesario explicar lo que pasa después: se enamoran, él cree haberlo encontrado todo en ella, ella tiene ciertos vacíos en su interior, ella se va, él entra en una etapa de depresión, él supera el rompimiento y, finalmente, nos narra lo mucho que le ayudó a crecer dicha experiencia. ¿Suena algo genérico? Tal vez sea porque así es. La trama es sumamente predecible y poco original.

A la par de la narración de Gael, encontramos la historia de Dora, su abuela, que cuenta su propia historia de amor con el abuelo del protagonista y de las dificultades que dicho amor enfrentó durante la guerra civil española y el período inmediato. Persecuciones, asesinatos, miedo y desesperanza, en una sucesión de hechos trágicos que la abuela le cuenta a su nieto en un intento de darle el mensaje central: el amor puede más que una guerra y todo el odio del mundo.

Si aislamos la historia principal de las narraciones secundarias de la abuela, nos quedamos con una versión madrileña de 500 days of summer, ese es el problema. Aunque la prosa es bellísima y los mensajes entre líneas muy benéficos y positivos, no encontré algo que me permitiese distinguir a esta novela de cualquier comedia romántica donde el protagonista supera a un amor que lo destrozó y después nos narra como siempre la vida nos tiene guardado a alguien más. En fin, me quedo con la poesía y desecharé la novela. Espero no estarme amargando de más.