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Archive for May 2015

Been there, read that (CXXXV)

Ser como ellos y otros artículos

Aut. Eduardo Galeano

1080_ser_como_promEn el mes de su fallecimiento, no pude evitar el mirar la modesta biblioteca de libros pendientes que tengo (cada vez más difícil de atacar debido a los trámites de una posible entrada al doctorado) y elegir, como siguiente víctima de mi hambre lectora, a Eduardo Galeano.

No es mi primer acercamiento, ya tuve el placer de disfrutar de sus páginas en Patas arriba y El libro de los abrazos; se sigue sintiendo como algo fresco aunque desde un enfoque pesimista y trágico, la familiaridad es inevitable. Como cuando abres la nota roja de un periódico local y presientes el tipo de notas que encontrarás, ya sabes a lo que te atienes cuando echas un clavado a la prosa/ensayo breve que Galeano tanto practicó.

La obra abarca textos que datan del período de 1989 a 1992. Precisamente, mucho tiene que ver en el contexto del bloqueo a Cuba, las divisiones en Europa y la creciente desigualdad entre los de arriba y los de abajo. La forma en que los pobres se vuelven cada vez más pobres, esa capacidad que tienen los pueblos modernos de rechazar sus raíces indígenas, de lo capaces que son de prohibir las tradiciones que en algún momento le dieron vida a su territorio.

De cómo los indios son ninguneados y de cómo cambiamos ídolos y dioses antiguos por aquellos que el colonialismo nos impuso. De cómo se volvió un crimen hablar en la lengua nativa y de cómo se considera una bestialidad el no hablar español o inglés. La caída del comunismo y la ausencia de una izquierda que se quedó en sueños.

Todo esto es un amalgama de tristeza e impotencia la que se encuentra en la pluma de Eduardo. Siempre necesario para recordar todo aquello que sabemos que nos persigue pero que preferimos ignorar.

Been there, read that (CXXXIV)

Autorretrato de familia con perro

Aut. Álvaro Uribe

autorretrato-de-familia_altaLo confieso, a pesar de tanta habladuría que suelto con respecto al canon de no juzgar a un libro por su cubierta, nuevamente caigo presa de una portada bonita que me lleva a gastar mi dinero en una obra desconocida. Afortunadamente, mi confesión queda justificada por los grandes hallazgos que he tenido en el rubro de los libros con imagen atractiva.

Este es el caso de Autorretrato de familia con perro, una obra que me ayudó a sopesar las vicisitudes de viajar en puente, por AU, de pie, so pena de tener que esperar tres horas para el siguiente autobús con asientos libres. Y vaya que alivió el viaje de tres horas.

Lo más gracioso del asunto, es que pareciera que estaba leyendo la narración de mi padre y sus hermanos con respecto a mi abuela, que actualmente convalece en un pequeño cuarto de mi casa debido a que ya no puede valerse por sí misma. Lo que nos encontramos aquí, es la historia de Malú, madre, hija y abuela, de esas señoras tremendas a las que nadie se puede enfrentar puesto que encabezan esa unidad familiar por excelencia del mexicano: el matriarcado.

En palabras de dos hermanos cuya diferencia de edad se encuentra en el rango de los minutos, la historia de Malú pronto se transforma en una radiografía de la familia a través de las entrevistas que se les realiza a todos aquellos allegados de la protagonista. En efecto, era como leer parte de la historia de mi familia cuyo núcleo está representado por la madre de los hijos que resienten, siempre, o ser el consentido o simplemente no serlo.

El inevitable final, el fallecimiento de Malú, nos da un acercamiento a ese momento en el que los hijos debemos tomar decisiones con respecto a la vida de nuestros progenitores, se invita mucho a la reflexión. Es bellísima la intervención de Canuto, el perro de la Señora, que a su modo se adueña de un epílogo en demasía sentimental.