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Archive for agosto 2016

El dolor que provoca el ser amado

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Rescato esta pieza de diálogo de la segunda temporada de Daredevil, capítulo 11. El Punisher bebe una taza de té en un pequeño restaurante mientras conversa con Karen Page. Tras insinuar que reconoce que ella ama a Matt Murdock, ella se coloca a la defensiva, alegando que no quiere tener cerca a Matt puesto que es una persona que finalmente la lastima, la destruye y pisotea a través de sus acciones. Acto seguido, Punisher le recrimina lo estúpido que puede ser alejarse de las personas a las que amamos por el simple hecho del daño que nos hacen:

Look, I might generally be considered out of my skull, so this might not mean much, but this could be the craziest, most batshit thing I’ve ever heard in my life. People that can hurt you, the ones that can really hurt you, are the ones that are close enough to do it. People that get inside you and… and… and tear you apart, and make you feel like you’re never gonna recover. 

Shit. I’d– 

I– I would chop my arm off right here, in this restaurant, just to feel that one more time for my wife. My old lady, she didn’t just break my heart. She… She’d rip it out, she’d tear it apart, she’d step on that shit, feed it to a dog. I mean, she was ruthless. She brought the pain. But she’ll never hurt me again. You see, I’ll never feel that. You sit here and you’re all confused about this thing, but you have it. You have everything. So, hold on to it. Use two hands and never let go.

You got it?

(Mira, tal vez me consideren un lunático, así que esto puede no significar mucho, pero lo que dices es un delirio absoluto. Las personas que pueden lastimarnos de verdad, son las que tienen la intimidad para hacerlo. Personas que entran en nosotros, nos destrozan y nos hacen sentir que nunca vamos a recuperarnos. Mierda. Me cortaría el brazo ahora mismo, en este restaurante, para poder sentir eso una vez más por mi esposa. Mi mujer no sólo me partía el corazón. Lo arrancaba, lo destrozaba, lo pisoteaba y se lo daba de comer a un perro. Era despiadada. Causaba mucho dolor. Pero no volverá a herirme nunca más. Nunca volveré a sentir eso. Tú estás aquí sentada y confundida por las acciones del tipo, pero lo tienes. Tienes todo. Así que no lo pierdas. Usa las dos manos y no lo sueltes nunca, ¿entendido?)

Been there, read that (CL)

Una cerveza de nombre Derrota

Aut. Eusebio Ruvalcaba

9789709854039-uk-300De alguna manera, siento que un libro regalado es más valioso cuando antes fue leído por la persona que lo regala. Pienso que parte de la esencia de la persona que lo leyó queda impregnada entre las páginas. Que en cierto modo, esa persona te regala no sólo el libro, sino las circunstancias que rodearon su lectura durante las horas que duró. Una cerveza de nombre Derrota acompañó a una persona durante sus tratamientos contra el cáncer. Ésta persona me advirtió que probablemente tendría un poquito de radiación al dármelo; lo primero que hice fue abrazar el libro contra mí, pues un regalo tan valioso bajo ningún concepto podría ser peligroso.

Desde que leemos el título intuimos algo que se confirmará al leer las primeras líneas: la derrota es el tema principal de la obra. No una derrota en el sentido estricto de la palabra, hablamos de una derrota de la vida, una derrota que sufrimos sin darnos cuenta, la derrota que nos impone la cotidianeidad.

Podría describir el libro con cinco palabras: alcohol, mujeres, confesiones, música e ironía. Todas mezcladas en una colección de ensayos, monólogos y crónicas, que dan cuenta de todo aquellos que observamos en la tragedia de la existencia.

Cuando lees la obra de Ruvalcaba, no lees las páginas, lo lees a él. Es inevitable entender su amor por la música y, al terminar, sientes que de encontrártelo en la calle o en alguna feria del libro, no te encontrarías a un autor, te encontrarías a ese viejo amigo que conoces de tanto tiempo atrás, serías capaz de llamarlo compadre.

El libro es irónico, es sarcástico, es vulgar en su tratamiento del término mujer, pero no deja de ser bello, gracioso, interesante, reflexivo. Por momentos despierta melancolía, por momentos no estás seguro de la cordura de quien escribe unos consejos para conquistar a la mujer tan intransigentes que cuando miras la realidad, no podrían estar tan disparatados.

Es un libro que no exige demasiado tiempo pero sí bastante reflexión al interior de las sonrisas que provoca. Llegó a mí este libro que se ha convertido ya en uno de mis favoritos y que algún otro día, en definitiva, releeré.

Una cerveza de nombre derrota

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[…]

8) Propongo una marca de cerveza: Derrota. Sin duda sería una cerveza de gran éxito. Apta para toda ocasión, los profesionales la consumirían a pasto. ¿Quién no sería sincero ordenando una Derrota, de preferencia a voz en cuello, que se escuche por todo lo largo y ancho del lugar: «Una Derrota para mí, por favor», o «Una Derrota para todos, ¿quiere?». Sería una cerveza ideal para consumir al momento de ver el fútbol, o, en fin, cualquier acontecimiento deportivo. También se podrían refrigerar unas cuantas para beber durante las elecciones, o cuando se espera que por fin la mujer haga acto de presencia. Una Derrota combinaría asimismo con todo: con tequila, con whisky, con vodka, y habría que ver la cara del bebedor. Conforme el trago fuera haciendo lo suyo, con más alegría y sinceridad exigiría su Derrota. «Yo bebo eso porque soy de a de veras», diría, ante el pasmo general.

9) También habría de existir la Hora de la Desdicha. Porque la Hora Feliz es menos que nada, un puente entre la mediocridad y la estulticia. Los briagos acuden felices a que les saturen de hielo un vaso, y que apenas les viertan unas cuantas gotas de ron con refresco a lo bestia. Y se sienten inmensamente complacidos.

– Eusebio Ruvalcaba

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Been there, read that (CXLIX)

Los mejores cuentos breves

Aut. H. P. Lovecraft

978-607-14-1807-4El problema de un volumen recopilatorio es que no se puede reseñar formalmente, y si es de uno de tus escritores favoritos, menos. Por lo mismo, difícilmente podría dar una opinión crítica y me resignaré a dar algunos detalles para quien se encuentre esta edición en algún lado y decida o no hacerse con ella. Ah, y para mencionar que fue éste un regalo de una de mis alumnas que curiosamente sí suele sugestionarse al leer los mitos de Lovecraft, que le terminan provocando pesadillas (por lo menos eso me contó en algún momento).

Ante todo, sólo hay dos tipos de personas que deberían adquirir ésta edición: los que son nuevos en cuanto la lectura del autor, y los que son muy apegados a él. En primera, porque el volumen incluye si no los mejores, sí los más populares cuentos del escritor; en segunda, porque es básico si se colecciona su obra, aparte de que la edición se encuentra prácticamente en cualquier librería y a bajo costo.

Si te encuentras en el medio de las dos categorías mencionadas, no te conviene. Muy probablemente ya hayas leído la mayoría de historias en otras ediciones y la mitad del compendio incluye narraciones que generalmente se venden en tomos dedicados exclusivamente a ellas, como lo son El horror de Dunwich,o El caos reptante, entre otras.

De modo que es una buena manera de completar el hambre por lecturas de Howard Philips o para adentrarse por primera vez en las historias de terror cósmico. Fuera de eso, no hay más para el lector ocasional.

Been there, read that (CXLVIII)

Cartas de amor

Aut. Pablo Neruda

9788432212765Si hay algo a lo que no me puedo resistir, es a acercarme a un botadero de libros. Amo estos lugares porque tarde o temprano encuentras joyas a excelentes precios. En un botadero de libros encontré tres de Juan Hernández Luna, que oscilaban entre los 25 y 35 pesos por ejemplar (conseguir dos de ellos por Amazon, me hubiese costado lo mismo pero en euros), y que parecían imposibles de conseguir por medios convencionales. Fue así que me encontré con el ejemplar de Pablo Neruda que les vengo a ofrecer.

A pesar de mi aspecto rudo, jamás he dejado de ser un romántico, razón por la que gusto adquirir la más melosa poesía cuando la tengo a la mano. Mi condición de romántico me permite preferir el género epistolar como el de excelencia cuando escribo algo. Me encanta escribir cartas a las personas que más quiero, es cosa que probablemente haré toda mi vida. Siento que las cartas no sólo son las palabras que expresamos y dirigimos a la persona, son también una parte de nuestra esencia que se plasma en el papel; si son manuscritas, mejor.

El compendio de cartas de amor de Neruda, no sólo trata de los sentimientos de un hombre hacia una mujer, trata también de la historia que los envuelve, de las circunstancias. De este modo, la recopilación se divide en tres etapas: la del amor secreto I y II, y la del amor público, cuando las cortinas han caído y Neruda ha abandonado a su primera esposa por la que resultó ser su último amor.

Por momentos puede parecer cínico que incluso las amistades de ambos (Neruda y la que no es su esposa) solapen la relación y los ayuden a mantenerse en secreto contacto; sin embargo, creo que esas mismas amistades veían más allá y entendían que los sentimientos del autor trascendían a los de su primer matrimonio.

La edición es bellísima, incluye imágenes de cada una de las cartas originales junto a su versión con letra de imprenta. Es curioso observar algunas terribles faltas de ortografía que uno no se imagina que estos escritores podrían tener. Son tan naturales, tan reales, tan cargadas de amor y compromiso. Se disfrutan e incluyen algunos dibujitos realizados por el poeta, incluyen los apodos le da a su amada.

Es una obra perfecta para el romántico. Es una obra más perfecta para el romántico que le gusta escribir a la dueña de su corazón.

Been there, read that (CXLVII)

Cinco esquinas

Aut. Mario Vargas Llosa

cincoesquinasDe los pocos placeres de los que me di gusto en período de clases doctorales, se encuentra esta belleza de novela. Recuerdo que era la presentación de un convenio sobre Voto Informado, de la que era parte mi instituto, y mientras la palabrería y los formalismos se daban, no podía dejar de leer este libro que había adquirido apenas media hora antes. Hay buenos libros que prefieres recetarte de casi una sola sentada, éste fue uno de esos que en menos de 36 horas ya había cometido el propósito que lo vio nacer en la imprenta.

Siempre lo he dicho, es muy difícil escribir una reseña crítica de un escritor con una carrera tan consumada como la de Vargas Llosa; sin embargo, a pesar de que lo amé, sí hubo un par de detallitos que no me gustaron, aunque son mínimos.

La historia se centra en el Perú de Fujimori, bastante cerca del final, aunque los personajes ni se lo imaginan. Nos concentramos alrededor de las vidas de tres personajes que considero principales: un empresario, su esposa y «la retaquita», una periodista que trabaja para una publicación patrocinada por el gobierno, encargada de destruir socialmente a quienes se oponen al régimen. Los tres se ven enlazados a través de un escándalo sexual por parte del ingeniero, que desemboca en el asesinato del mentor de la corresponsal y su posible reclutamiento por parte de un sombrío personaje del gobierno, el mitológico Doctor.

En general, la historia tiene mucho que decirnos sobre la doble moral de las personas: La esposa del ingeniero lo juzga cruelmente cuando su escándalo sale a la luz, a pesar de que ella tiene aventuras con la esposa del mejor amigo de su esposo; los periodistas utilizan la información que el gobierno les da, para poder independizarse del mismo; entre otras.

La historia es adictiva, no te permite cerrar el libro sin desear saber qué sigue después. Sin embargo, hacia el final del libro, se ahorra una gran parte de la narrativa al incluir diálogos simultáneos en intercalados entre la mayor parte de los personajes; cuesta trabajo distinguir quién le responde a quién y qué personaje es el que está hablando, supongo que esa era la intención del autor y, aún así, pareciera que es una forma de apresurar un final que se intuye desde la mitad de la obra.

Como ya lo mencioné, el detalle que menciono es mínimo. De hecho, el libro es una genialidad y lo recomiendo ampliamente. No he conocido persona allegada que no haya leído los primeros párrafos y que no me lo haya pedido prestado (cosa a la que me niego pues la ley del libro prestado es muy real), de modo que se disfruta y en serio.