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Archive for agosto 2022

Been there, read that (CCLIII)

Mi nombre es Broni

Aut. Bronislaw Zajbert

Los testimonios del terror ejercido por el régimen nazi forman parte de mis lecturas predilectas, no porque disfrute de alguna manera la narración de los hechos en sí, sino porque estructuran un fenómeno que desde muy joven me ha provocado curiosidad académica, cultural e histórica. De alguna manera, soy enemigo de esa simplificación histórica en la que los buenos son puramente buenos, los malos son totalmente malos y las víctimas son sólo víctimas. Es difícil entrar en este tipo de dinámicas cuando el rigor científico e informativo obliga siempre a buscar las distintas versiones de un mismo hecho. Precisamente, Mi nombre es Broni, es una de esas obras que brindan un punto de vista inesperado entre las mismas víctimas de la tiranía.

Bronislaw Zajbert es un hombre de 90 años (actualmente residente mexicano) que narra su historia en el gueto de Lodz, Polonia, donde cientos de miles de judíos perdieron la vida debido a la inanición, la nula salubridad y el clima extremo; realiza la narración haciendo un esfuerzo por retomar el punto de vista del niño de ocho años que fue durante estos acontecimientos. El resultado es un relato inocente pero visceral en el que destaca la división que incluso entre las mismas víctimas podía existir. De este modo, el ser judío no se reduce simplemente al destino cruel e inhumano que se ha señalado infinitamente, sino que dentro de ellos mismos existe una pequeña élite que tiene acceso a mejores medios de subsistencia que los del resto de la población del gueto.

Es así que veremos dos caras de una misma moneda: por un lado, los padres de Broni, que harán sacrificios por mantener alimentados y protegidos a nuestro testigo y a su pequeño hermano (e incluso a otras personas) que en ocasiones se tendrán que esconder en cisternas de agua para evitar ser elegidos como los próximos deportados a lugares más terribles, los campos de concentración; por otro lado, veremos a los tíos de Broni, que formando parte de la policía judía al interior del gueto, contaban con la posibilidad de ayudar a los propios padres del niño, pero que decidieron utilizar su privilegio para hacer fiestas mientras dejaban a su propio padre a la intemperie para que no diera la mala nota en sus celebraciones, de más está decir que el seor no sobrevivió. Sí, así como hubo miembros del ejército alemán que destacaron por utilizar sus posiciones para en secreto salvar a todas las personas posibles, también hubo judíos que hubieran encontrado un buen lugar en las filas de aquellos que los esclavizaban.

Precisamente, creo que este es el punto más importante del testimonio de Broni, que en situaciones extremas se muestran los verdaderos rostros del ser humano sin importar en qué lado de la historia se encuentra. Nuestro protagonista en ningún momento juzga las acciones del resto de su familia, el lector será capaz de hacerlo. Tampoco se trata de imaginar lo que hubiésemos hecho en los zapatos de cada personaje, creo que sería un mal ejercicio. Nuestro papel, como siempre, debe ser el de entender los contextos y aprender con el testimonio de uno de los pocos que lograron sobrevivir y asegurarnos de que la historia no se vuelva a repetir.

Been there, read that (CCLII)

La torre de la golondrina (Saga de Geralt de Rivia, Libro VI)

Aut. Andrzej Sapkowski

Ya muy lejos quedaron los elementos que se podían comparar entre libro y serie televisiva, ya hace al menos dos volúmenes de libros que los eventos descritos en ambos medios dejaron de coincidir y, por tanto, se acabaron los corajes. Ahora sí, se puede disfrutar de lo que la imaginación por sí sola puede generar mientras capta cada palabra de las aventuras del brujo y compañía que Sapkowski nos narra de manera suave pero detallada.

Si bien el libro anterior de la saga de Geralt se centró en las aventuras que el singular grupo del brujo enfrentó mientras se dirigían a la única dirección posible de rescate de Ciri, La torre de la golondrina se enfocará en lo que esta última ha atravesado durante ese mismo tiempo. Nuevamente, el destino de Yennefer quedará replegado a los rumores que otros personajes darán de su captura y desaparición justo en el mismo punto en el que hace años desaparecieron Pavetta y Duny, los padres de Ciri, mientras que «el grupo de Geralt» se verá acosado por un medio elfo que hará hasta lo imposible por asesinar a nuestro héroe y evitar que una nuevamente su camino al de su niña de la sorpresa. Debo admitir que el clímax de esta parte de la historia te tendrá al borde de los nervios pues hay momentos en los que se siente la incertidumbre de si alguno de los miembros de la compañía caerá en combate o en alguna trampa o fuego cruzado de los enemigos.

Ahora bien, con respecto a la parte medular del libro. Primero, nos encontraremos a una Ciri malherida, estrenando cicatriz en el rostro, inconsciente en el bosque, y que será rescatada por un hermitaño sospechosamente sabio que la cuidará y mantendrá a salvo; segundo, en su recuperación narrará lo que se visualizaba hacía tiempo, su separación de Los Ratas y el trágico destino del grupo a manos del nuevo gran villano: el mercenario Bonhart, también conocido como el asesino de brujos, un espadachín que definitivamente provoca temor por la forma en que despacha enemigos de manera sangrienta y sin derramar una sola gota de sudor; tercero, la forma en que Ciri pasa de ser una presa para convertirse en gladiadora que servirá de espectáculo a su captor, para finalmente escapar de éste y dar muerte a sus perseguidores en una escena en el hielo (de ahí la ilustración de portada del libro) digna de una gran producción hollywoodense (esperemos que llegado el momento, hagan de esta escena una belleza en la serie, aunque lo dudo). Se me figura a un escenario del estilo de la batalla de los bastardos de Juego de Tronos, aunque con menos personajes involucrados.

No hay mucho más que decir, a estas alturas es imposible no terminar de leer la serie de libros ya que sólo resta La dama del lago, séptima y última parte de esta gran narrativa que intuyo tendrá un final agridulce. No lo sé, pero pareciera ser que la historia del grupo de Geralt se dirige hacia cierto punto de pérdidas terribles y aunque los spoilers involuntarios nos indican que los tres personajes principales saldrán por su propio pie, la presencia amenazante de los villanos Bonhart y Vilgefortz, que para nada se ven como personajes débiles o que vayan a caer fácilmente, hace que sea inevitable imaginar victorias que serán bastante amargas. Allá nos vemos antes de que acabe el año.