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Posts Tagged ‘Reflexiones’

Been there, read that (CCXC)

The Danaher Diaries (2021 Edition)

Aut. John Danaher / Comp. Heroes of the Art

Hay personas que se colocan como una presencia indispensable en el haber de una disciplina, un deporte, una especialidad, una afición. Por ejemplo, no puede haber un fanático del ajedrez que no pueda dar una buena plática sin hacer referencias a Bobby Fischer o Garry Kasparov; un futbolista de hueso colorado no puede no pensar en nombres como el de Beckenbauer, Pelé, Maradona, o más actuales como Messi o Cristiano Ronaldo. Así, los jiujitseros tenemos algunos nombres que se incluyen dentro de las mismas designaciones de las llaves y sus variantes, o de algunos de los más grandes maestros y entrenadores. Dentro de estos últimos, una referencia obligada es John Danaher.

John Danaher es un conocido entrenador y practicante de artes marciales mixtas (MMA) y jiu-jitsu brasileño (BJJ). Es reconocido por su profundo conocimiento técnico y táctico en el ámbito del jiu-jitsu, y ha entrenado a varios atletas exitosos, entre los que se hallan multicampeones mundiales e internacionales. Danaher es famoso por su enfoque analítico y su capacidad para descomponer y explicar de manera detallada las técnicas de lucha.

Si bien su enfoque principal ha sido el jiu-jitsu y las artes marciales, también se ha asociado con la escritura y la publicación de material relacionado con el entrenamiento y la filosofía de las artes marciales. Y digo que es una referencia obligada pues en sus redes sociales se encuentra tanto parte de su día a día, detalles importantes en técnicas comunes y avanzadas, así como reflexiones acerca de lo que puede representar el jiujitsu en la vida de un atleta y la filosofía que se puede generar en torno a cada una de las situaciones presentes en su práctica: las lesiones, el desgaste, la mentalidad, los torneos, la alimentación, los nervios, el dolor, los compañeros de equipo.

The Danaher Diaries es una compilación de todas esas reflexiones que el entrenador realiza. La edición 2021 es la cuarta entrega de una serie de volúmenes que prácticamente salieron de forma anual desde 2018 (hasta el momento no hay ediciones 2022, 2023 o 2024). Danaher es probablemente el defensor más elocuente y filosófico del jiujitsu en el escenario mundial. Muchos en la comunidad ven el jiujitsu como una variedad de técnicas. Él ve el jiu-jitsu como un conjunto de sistemas integrados, cada uno con un objetivo. No necesariamente se aprende jiu-jitsu con un libro; sin embargo, estos volúmenes brindan breves recordatorios e información que definitivamente ayudará a cualquiera que busque mejorar su entrenamiento y rendimiento.

En lo personal, este libro llegó en el momento perfecto: una fractura en la clavícula me mantuvo lejos de los entrenamientos hasta que leí en Danaher algo que me encantó, «cuando estés lesionado, preséntate en el entrenamiento, observa activamente a tus compañeros, colócate mentalmente en sus posiciones y piensa cuál debería ser el siguiente movimiento, dónde está la debilidad de cada posición, cómo mejorarías la sumisión que alguno de ellos está intentando… la mente también se entrena y se puede entrenar observando».

Si bien mucho de lo que encontrarás en el libro ya se encuentra en los distintos posts de la cuenta de Instagram del autor, se incluyen también palabras dichas en seminarios, entrevistas y clases magistrales del entrenador. Vale muchísimo la pena para quienes deseamos aprender más y mejorar nuestras perspectivas del arte marcial que nos deja adoloridos la mayor parte de nuestras vidas, pero sin el que no podríamos vivir.

2022: Un año de lecturas

Qué puedo decir del año que se fue, estuvo lleno de oportunidades que no se concretaron o que perdí por causa de terceros. La enfermedad se presentó muy fuerte en mi familia y definitivamente no cerré el año en un estado físico óptimo, ya sea por una fractura, ya sea por algunas pérdidas materiales.

A pesar de todo, leí mucho más de lo que esperaba; aprendí a apreciar los libros electrónicos pues me dan la oportunidad de entrenar y leerlos al mismo tiempo. Se me atravesaron verdaderas joyas que llevaban años en el librero de los pendientes y no hubo una sola lectura que no haya disfrutado.

Comienzo el 2023 en un estado de rehabilitación tanto física como mental. Ojalá que las oportunidades de este nuevo periodo dependan únicamente de mí. Y espero repetir e incluso mejorar esta nueva vara de 36. Lo mejor está por venir.

Una cerveza de nombre derrota

eusebio-ruvalcaba

[…]

8) Propongo una marca de cerveza: Derrota. Sin duda sería una cerveza de gran éxito. Apta para toda ocasión, los profesionales la consumirían a pasto. ¿Quién no sería sincero ordenando una Derrota, de preferencia a voz en cuello, que se escuche por todo lo largo y ancho del lugar: «Una Derrota para mí, por favor», o «Una Derrota para todos, ¿quiere?». Sería una cerveza ideal para consumir al momento de ver el fútbol, o, en fin, cualquier acontecimiento deportivo. También se podrían refrigerar unas cuantas para beber durante las elecciones, o cuando se espera que por fin la mujer haga acto de presencia. Una Derrota combinaría asimismo con todo: con tequila, con whisky, con vodka, y habría que ver la cara del bebedor. Conforme el trago fuera haciendo lo suyo, con más alegría y sinceridad exigiría su Derrota. «Yo bebo eso porque soy de a de veras», diría, ante el pasmo general.

9) También habría de existir la Hora de la Desdicha. Porque la Hora Feliz es menos que nada, un puente entre la mediocridad y la estulticia. Los briagos acuden felices a que les saturen de hielo un vaso, y que apenas les viertan unas cuantas gotas de ron con refresco a lo bestia. Y se sienten inmensamente complacidos.

– Eusebio Ruvalcaba

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Been there, read that (CXIV)

El gato que venía del cielo

Aut. Takashi Hiraide

El gato que venía del cieloPoco o casi ninguno es el contacto que he tenido con la literatura oriental (a excepción de Miyamoto Musashi y su Libro de los Cinco Anillos), sin embargo, así como pasa con el cine o la comida, cuando nos acercamos a los que nos ofrece, encontramos ciertas sensaciones que no podemos evitar relacionar con aquellas lejanas tierras.

No sé usted, amable e inexistente lector, pero al hablar del lejano oriente, pienso en espiritualidad, paz, quietud, sanidad. Y es en eso en lo que se torna la lectura de El gato que venía del cielo: de las transiciones entre interiores y exteriores detallados y cargados de melancolía, de alargar nuestros dedos para que una pequeña libélula se pose en la punta de uno de ellos, de la calma que te provee ese enorme roble en el centro de un jardín bien cuidado con forma de zigzag.

Todo es así en una antigua casa que da hogar a varios inquilinos entre los que encontramos al autor, cuyo trabajo de editor lo mantiene con cierto hastío, una sensación que se ve aliviada cuando en su vida irrumpe un pequeño gato que ha sido adoptado por el hijo de la vecina. Este pequeño gato se vuelve más que una sola visión que tranquiliza, se transforma en parte de la vida de una pareja que lo transforma en ese escape de las presiones diarias.

Temas como la composición del hogar, el trato con los colegas, la búsqueda del lugar ideal para vivir, son los más recurrentes. La historia es agridulce pero cargada de enseñanzas. Corta y ligera, la novela del Señor Hiraide es obligada para los amantes de los gatos y de los animales en general.

Lo que saqué en claro

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Y lo que saqué en claro […] (es que) quiero que me ames tanto que por mí arriesgues todo como el señor de Chichén, como el señor del Popocatépetl, quiero que seamos toltecas para saber dialogar con nuestro corazón y teotihuacanos para saber convertirnos en Dios y mayas para saber adorar al Sol. Quiero que renovemos una y otra vez nuestro amor como Xipe Tote, que busquemos una y otra vez nuestro placer como Xochipilli.

Pero lo que también saqué en claro, y eso lo entendí mucho después, es que no se puede cambiar el destino ni siquiera con un espejo de obsidiana y que tampoco se puede provocar a los dioses con demasiada felicidad. Y eso era lo que estábamos haciendo.

– Sara Sefchovich

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Intentar

19 diciembre 2013 1 comentario

factotum

 If you’re going to try, go all the way. Otherwise don’t even start. This could mean losing girlfriends, wives, relatives, jobs, and maybe your mind. It could mean not eating for three or four days. It could mean freezing on a park bench. It could mean jail. It could mean derision. It could mean mockery, isolation. Isolation is the gift. All the others are a test of your endurance. Of how much you really want to do it. And you’ll do it, despite rejection in the worst odds. And it will be better than anything else you can imagine. If you’re going to try, go all the way. There is no other feeling like that. You will be alone with the gods. And the nights will flame with fire. You will ride life straight to perfect laughter. It’s the only good fight there is.

– Henry Chinaski en Factótum.

Been there, read that (XCIII)

Tengo quince años y no quiero morir

Aut. Christine Arnothy

Tengo quince años y no quiero morir

El enfoque más común que se le da a las aproximaciones del sufrimiento que acarreó la Segunda Guerra Mundial, es el de los sobrevivientes que narran los horrores del conflicto y la nula humanidad que mostraban los bandos contendientes. Sin duda, el Diario de Anna Frank es una de las obras más representativas de esos enfoques y nos muestra ese lado muy alejado de lo genial que se ven las explosiones y los actos heroicos en las películas. Y estoy seguro que como Diario, hay grandes obras que no son tan reconocidas, o por lo menos no de este lado del charco. Tal es el caso de Tengo quince años y no quiero morir.

Esta narración perteneciente a una pequeña habitante de Budapest, nos cuenta las atrocidades que vivió en dos etapas: La primera, correspondiente a los días que pasó en compañía de varios vecinos en un enorme sótano, de la precariedad de su situación, del convivió entre personas de la más diversa índole, de la heroicidad de un soldado húngaro llamado Pista que nunca dejó de procurarles todo lo posible a los refugiados. La segunda parte, nos narra la desesperación que conlleva el vivir en un país ocupado y la necesidad de escapar a través de la frontera y cómo la infancia perdida se diluye cada vez más mientras la protagonista es forzada a abandonar todo aquello que le brindó la más mínima seguridad personal.

Desde el mal trato de algunos soldados nazis y los atropellos del ejército ruso, hasta la traición para con los animales atrapados en medio del conflicto, la obra de Christine es sumamente triste. Cada vez que pareciera que las cosas parecen tomar un cause pacífico, habrá un evento o serie de eventos que propiciarán un estado peor al anterior. A pesar de que sabemos que la pequeña sobrevivió, el final no es para nada feliz y, por el contrario, deja un sentimiento amargo y de desesperanza.

Esta obra es obligatoria para quienes gustan de este tipo de narraciones. Es triste, pero real. Es cruda y, en ciertos puntos, terrible; pero bellamente narrada.

Historia de la Humanidad

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Milo Manara – Storia dell’Umanità

La preocupación de las instituciones (debería ser)

Marc Fumaroli

(el gobierno en materia de educación y cultura) debería estar impulsado por la preocupación de formar a ese público no educado, en vez de duplicar la obra que venden a los jóvenes las compañías de entretenimiento. No basta con ponerles en las manos un iPod o un iPad y convertirlos en expertos en internet. Hay que llevarlos a las bibliotecas, enseñarles a trabajar en archivos e imaginar el pasado, familiarizarlos con buenas librerías donde puedan descubrir libros de historia, arte o ficción; iniciarlos en otras cosas que no son la última actualidad, el último grupo rock o funk, la última campaña publicitaria de Apple. Se llamará a muchos y pocos serán elegidos. Pero lo importante es la elocuencia de la llamada, en un momento en el que el nihilismo tiende a prevalecer.

– Marc Fumaroli, Letras Libres No. 173

Been there, read that (LXXVIII)

La mujer rota

Aut. Simone De Beauvoir

La Mujer RotaConsiderado como un regalo originalmente, me permití preguntar al futuro dueño si podría abrir el libro para leerlo rápidamente antes de entregarlo (pues no era un regalo sorpresa, ciertamente), tras recibir la respuesta afirmativa, me hundí en uno de los textos básicos de la compañera del buen Sartre. Justo cuando comenzaba, un buen amigo me advirtió «ten cuidado que podrías quedar atrapado en el feminismo de ese libro» y, aunque no quedé atrapado por feminismo alguno, sí quedé prendado de la temática y dolor al que Simone nos enfrenta.

La obra se compone de tres historias: La edad de la discreción, Monólogo y La mujer rota. La primera, habla de ese sentimiento que surge cuando una mujer empieza a perder la confianza en sí misma y cuando sus errores se vuelven estigmas que le impiden sacudir el polvo que se acumula sin que ella se dé cuenta cegada por su ego, de cómo piensa que su inteligencia, belleza y hasta su compañero la abandonan sin darse cuenta de que lo que falla es su percepción y no lo que tiene realmente a su alrededor. Monólogo, es precisamente el discurso de una mujer que se enfrenta a la soledad y a la necesidad que tiene de obtener la custodia de un hijo y después del propio marido a quien reprocha y al mismo tiempo añora. Finalmente, La mujer rota es la historia de otra mujer, que es traicionada por su esposo y al que le acepta sus infidelidades bajo la bandera de que tarde o temprano se cansará de las amantes y regresará con ella; creerá sus mentiras, tomará las sobras y no se rendirá, para finalmente saber que ha sacrificado sus propias oportunidades cuando hubo de tomarlas.

Las historias tienen algo en común: desesperación, crisis de la edad, inseguridad. Mujeres que han tenido sus errores y que no saben cómo enfrentarlos y que también reciben golpes que no merecen o que simplemente no esperan. Su necesidad de creer y sostenerse de causas e ideas perdidas. La esperanza que no se rompe a pesar de que no haya un sólo viento a su favor.

Debo admitirlo, bajo mi panorama actual (laboral, profesional, sentimental), me he sentido identificado en más de una ocasión con las protagonistas; hay conversaciones que llegan al alma, sobre todo cuando uno ha sufrido decepciones o traiciones de un ser amado. Sin duda, Simone ha logrado retratar el sentimiento de muchas mujeres en su época y de muchos lectores, hombres y mujeres, en la época actual. Finalmente, todos sufrimos por igual.