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Posts Tagged ‘Discursos’

Been there, read that (CCXLII)

Discurso de José Revueltas a los perros del parque hundido

Aut. Enrique González Rojo Arthur / Ilus. Santiago Solís

Ahora sí, pequé de ingenuo. Me indigné cuando fui a una librería y al pedir que me enviaran el libro, el encargado me preguntó si ésta era una obra infantil; en mi mente, lógica fue la siguiente: vato, ¿trabajas en una librería y no sabes quién es José Revueltas? Porque si lo supieras sabrías que él no escribe obras para niños y menos un discurso que, en dado caso, estaría en la sección de ensayo y no en infantiles. Lo bueno es que no expresé este sentir en voz alta y sólo me limité a decirle que no, aún cuando me señaló que la editorial trabaja exclusivamente títulos para niños.

Y es que pequé de ingenuo porque el libro no es escrito por José Revueltas, su nombre está como parte del título mientras que el autor es otro. Una vez que lo tuve en las manos, después de un par de días de espera, me dí cuenta del error («quedé», como dijeran los chavos). Al final, sí tuve en las manos un ejemplar que definitivamente fue editado como libro para infantes aunque su contenido no aplica del todo para menores de 12 años.

El detalle está en lo siguiente, todos recuerdan a José Revueltas como un hombre que acostumbraba a soltar discursos y narraciones que entretenían a quienes lo escuchaban, no importaba si el público estuviese compuesto por humanos, por animales o por plantas, creo que todos reconocemos a ese tipo de personas que hablan en elaborados soliloquios. Ahora bien, se cuenta que por allá de 1960, después de unas copas de vino, el escritor se dirigió al Parque Hundido a comprarse unas tortas para saciar el hambre; mientras esperaba su preparación, un perrito callejero hambriento se acercó y su aspecto conmovió tanto al autor que éste no tuvo más remedio que darle su torta entera.

La indignación llegó al punto en el que el José tuvo que brindar este legendario discurso que añísimos después Enrique González Rojo Arthur (verdadero autor del presente libro) rescato en forma de poema con base en los rumores y leyendas de quienes estuvieron cerca.

En efecto, el poema viene acompañado de unas bellas y muy ad hoc ilustraciones que iluminan de bella manera el contenido. Pasta dura, papel bonito y palabras elaboradas que se ajustan al público original de las palabras: los perros. Por supuesto que es una obra que se lee en 15 minutos y, sin embargo, es de esas imprescindibles para los amantes de los chuchos como para los amantes de la literatura y la poesía. Si eres ambos, como un servidor, valió totalmente la pena.

Been there, read that (CXCVIII)

Sangre, sudor y lágrimas / Churchill y el discurso que ganó una guerra

Aut. John Lukacs

9788415427247La cuarentena me tiene en un estado de productividad total en cuanto a lectura de libros pues, con el presente, acumulo ya 15 obras leídas en lo que va del año, no me quejo, ahora sí estoy bajándole el nivel de saturación a mi librero. A pesar de que había tenido una gran racha de excelentísimas obras que llegué a disfrutar mucho, tarde o temprano se tuvo que echar a perder y no me sorprende que la mosca en la sopa fuese un libro que trata sobre un personaje que, en definitiva, es uno de los que menos tolero de la historia universal: Winston Churchill.

Ya lo sé, ¿por qué adquirir un libro que habla sobre alguien a quien desdeño? Más que nada, el motivo está en que soy amante de los grandes discursos bélicos sean históricos o fantásticos y esto provocó que el título de la obra llamara mi atención lo suficiente como para darle una oportunidad. Grave error.

Lo que tenemos aquí, es una obra terriblemente sesgada y con escaso rigor historiográfico. El autor se encarga de adular una y otra vez a un hombre que de sobra se conoce como el líder más débil de aquellos que tuvieron una participación importante en la Segunda Guerra Mundial. Juicios de valor y frases del estilo de «este discurso fue una de las más hermosas creaciones salidas de su prosa, pletórica de grandeza y gravedad, rebosante de magnanimidad», lejos de tener un efecto de apreciación en lector, provocan un rechazo inmediato, me atrevo a decir que dan asco.

Afirmaciones sin sustento como decir que Churchill era el único ser humano que realmente comprendía el pensamiento de Hitler y que, por tanto, era el único que se pudo anticipar a sus movimientos, resultan insulsas. Tal parece que el autor conoce una historia de la Segunda Gran Guerra que el resto de historiadores y estudiosos en general desconocen. Para Lukacs, Churchill y su palabrería son el único motivo por el que Hitler no logró destruir a Inglaterra y también el motivo de que los ejércitos británicos no hubiesen sido aniquilados en Dunkerke. De acuerdo a este «historiador», después de un par de discursos a mi parecer nada entrañables, hasta los más acérrimos opositores del estadista llegaron a admirarlo y seguirlo hasta el final. ¿Verdad que suena totalmente irreal? Pues bueno, la lectura es peor que como la describo.

En fin, si un día se siente alguien tentado a leer este intento de exacerbación de cualidades que Churchill por su puesto que no tenía, les recomendaría mejor abrir un libro de texto gratuito. Les aseguro que esa lectura será mucho más enriquecedora en torno al tema. Sólo como aporte a la cultura general, reproduzco el párrafo del discurso al cuál hace alusión el título del libro.

Manifiesto ante esta Cámara lo que ya he comunicado a los ministros del nuevo gabinete: no tengo nada que ofrecer, salvo sangre, sudor y lágrimas. Nos encontramos frente a la más penosa prueba imaginable. Tenemos por delante muchos y largos meses de lucha y sufrimiento. Si preguntan, ¿y cuál es nuestro programa político?, mi respuesta es: luchar, luchar por tierra, mar y aire, con toda la resolución y toda la fuerza que Dios sea capaz de darnos; proseguir la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y lamentable catálogo de la maldad humana. Esa es nuestra política. Si preguntan, ¿cuál es nuestro objetivo?. puedo responder con una palabra: la victoria, la victoria cueste lo que cueste, la victoria pese a todos los terrores, la victoria por largo y amargo que sea el camino hasta alcanzarla; porque sin la victoria no sobreviviremos.

– 13 de mayo de 1940

No seas indiferente

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[…]

Y esto es lo que quería decirle a mi hija, a mis nietos. Quiero dirigirme a los jóvenes de su generación, vivan donde vivan, sea en Polonia, Israel o América. Es especialmente importante aquí, en Europa del Este. No seas indiferente cuando veas mentiras, mentiras históricas. No seas indiferente cuando veas que el pasado es relegado para cumplir con demandas políticas actuales. No seas indiferente cuando una minoría es discriminada, porque la esencia de la democracia es que la mayoría gobierna pero la democracia depende de la protección de las minorías. Al mismo tiempo, no seas indiferente cuando cualquier poder o gobierno infringe el contrato social. Sigue los mandamientos, especialmente el undécimo. No seas indiferente, porque si lo eres no te darás cuenta cuando a ti y a tus herederos les caiga desde el cielo un Auschwitz.

– Marian Turski (Fragmento del discurso pronunciado el 27 de enero en la ceremonia del 75 aniversario de la liberación de Auschwitz.).

Been there, read that (CLXXXVI)

25 febrero 2020 2 comentarios

Un día en la vida de un editor y otras informaciones fundamentales

Aut. Jorge Herralde

thumb_21620_portadas_bigSi bien el intenso e incondicional amor que tengo por los libros nació desde que tengo uso de razón, es decir, por ahí de los 4 o 5 años de edad cuando mi papá me leía los Cantares del Mío Cid, la Iliada, la Odisea y mitologías nórdicas, griegas y romanas, tuve ciertos períodos en los que mi dedicación a la literatura fue casi nula. Pienso que ese período fue mayormente durante secundaria y preparatoria (lo mío era jugar en la compu y en el Dreamcast). Bien recuerdo que el hábito renació con el libro Führer de Allan Prior, también recuerdo por esas fechas a mi primer libro de editorial Anagrama: Temporada de caza del león negro.

Un breve texto en una de las primeras páginas mencionaba que Temporada de caza había resultado finalista del Premio Herralde de Novela de aquel año en particular (no recuerdo cuál) y que, junto con éste, habían resultado finalistas Flores de Mario Bellatin, Un lugar llamado Oreja de Perro de Ivan Thays, y que el ganador había sido Casi nunca de Daniel Sada.

Algo me impulso y terminé leyendo todos excepto Flores, y cada uno de esos títulos se convirtió en mi favorito del momento. Vaya, Oreja de perro sigue siendo uno de esos libros que encabezan mi top de toda la vida. Algo había en aquellos libros cuyo diseño de cubierta aprendí a distinguir de inmediato en cualquier librería. De alguna manera, me di cuenta de que Anagrama era una total garantía de buena lectura, mucho más cuando Bukowski se volvió mi autor favorito y encontré que toda su obra traducida al español se encontraba amparada por esa misma editorial.

Desde entonces (hace más de 10 años), no he dejado de sentir un inmenso aprecio y admiración al hombre que hizo posible la existencia de Anagrama, Jorge Herralde. Mientras buscaba algunos obsequios de Navidad, me topé con Un día en la vida y la urgencia de leerlo fue apremiante, como grandiosa ha sido su lectura y la experiencia de tener a la mano tantas anécdotas con tantos escritores y épocas tanto buenas como malas para la editorial.

Qué más quisiera yo que dedicarme a esa profesión, la del editor. Un sueño que definitivamente se me figura imposible, aunque uno nunca sabe. Leer sobre los múltiples autores y sus relaciones con las editoriales y los agentes literarios, sobre los libros que marcaron época, sobre la batalla del precio fijo en España, los discursos, los homenajes, las cátedras y las entrevistas.

Ahora cuando voy a mis librerías favoritas, encuentro títulos y nombres que antes habrían pasado desapercibidos y quisiera comprarlos y llevármelos todos a casa. Y aunque ya hace casi un par de años que Herralde cesó en su labor como editor de Anagrama, su legado definitivamente se encuentra a buen resguardo. Seguiré siendo su admirador y seguidor por siempre.

Pulgadas

Been there, read that (LXIII)

Cartas a un Amigo Alemán

Aut. Albert Camus

Empiezo la semana escribiendo porque me he atrasado con mis lecturas (y con todo en mi vida) últimamente. En fin, hoy les manejo el comentario sobre cuatro textos del buen Albert Camus. Como el título lo indica, la obra es un compendio de cuatro misivas publicadas durante la ocupación alemana en Francia en el marco de la Segunda Guerra Mundial; siendo el día de publicación de la cuarta, el último día de la ocupación.

Al ser cuatro cartas, estamos hablando de una extensión corta y una lectura rápida. Lo cierto, es que, desde mi punto de vista, no nos encontramos aquí con algo extraordinario, hablando en sentido literario. Lo que pasa es que se pueden leer y observar como cuatro textos en los que un ciudadano del país bueno se dirige a un ciudadano del país malo, así de simple.

Y saco a colación esto del país malo y el país bueno porque, precisamente, así es como se ve; Camus, con todo el respeto que se merece, se la pasa tirando un discurso del estilo de «nosotros somos los buenos porque creemos en las cosas correctas y aunque nos tengan en el suelo, nos juntaremos con más buenos que creen en cosas correctas y les ganaremos porque ustedes son malos y están solos». Realmente sólo le falto el clásico «booohooo» gringo.

En fin, como la historia pertenece al que la escribe, no nos queda de otra más que creerle al buen Albert. Recomendadas sólo para los aficionados a textos de la época.

Been there, read that (LXII)

La Vida es Sueño

Aut. Pedro Calderón de la Barca

Son curiosas ciertas coincidencias, más cuando se trata de coincidencias que rayan en lo absurdo; es decir, cuando de plano parecen todo menos lo que son. Hace un par de meses hubo una feria del libro en mi ciudad natal y por tan sólo 15 pesos me hice de un ejemplar de la obra presente y otra de Sergio Pitol, 15 pesos por cada uno y me regalaban un lapicero y un separador de libros ¡caray!

Hasta ahí todo bien, como mi librero de pendientes siempre está lleno, tardé varias semanas para comenzar a leer el libro en cuestión y, curiosamente, lo empecé a leer a inicio de mes justo cuando salía a la venta el número propio de mi revista favorita. Dentro de la revista venía un artículo que habla de cierta necedad de los gobiernos por hacer tirajes masivos de obras clásicas que superan la demanda con creces y que al pasar de los años, años de estar embodegados, simplemente no se agotan y representan un gasto inútil que no cumple con su cometido de introducir la lectura en los ciudadanos jóvenes; eso sí, sirven para justificar gastos y tener un antecedente de «impulso a la educación».

Precisamente, se me ocurre revisar mi copia de La Vida es Sueño y encuentro que su impresión fue hace 10 años por parte del gobierno de mi estado (Veracruz). Y he ahí mi coincidencia al observar que su tiraje fue de mil ejemplares que, una década después, no se han agotado y se venden a un precio que, estoy seguro, no vale ni el papel en el que se imprimió.

Fuera de eso, no podría ponerme a criticar mucho el texto, un clásico entre los clásicos, la obra de Calderón de la Barca se compone de una serie de diálogos teatrales que toman el tema de los sueños y su asociación con la realidad; dice el autor que «la vida es sueño y los sueños, sueños son». Atiborrado de soliloquios totalmente memorables, La Vida trata de un rey que ha decidido mantener a su primogénito, el heredero legítimo del trono, en una prisión pues éste ha sido previsto como un hombre ruín y malvado.

Segismundo, el hijo, un día es drogado y se le devuelve al castillo donde, viéndose como príncipe, se encarga de ser un déspota y tirano; comprobando su teoría, el rey Basilio lo duerme y lo devuelve a su prisión, de este modo el príncipe cree que su breve gobierno ha sido un sueño. Posteriormente, el pueblo libera a Segismundo y lo urge a reclamar su trono de forma violenta, él al pensar nuevamente que se trata todo de un sueño, se comporta de mejor manera a modo de experimento y termina convirtiéndose en un rey justo y aclamado.

Sin duda una obra excelente que maneja temas muy agradables y que posee discursos interesantes dignos de ser tomados en cuenta en el quehacer diario. Una obra obligada.

Been there, read that (LXI)

La máquina de follar

Aut. Charles Bukowski

Ya bastante he hablado, comentado o publicado sobre el buen Charles, sin embargo, es mi deber (adquirido por gusto propio) el comentar todos y cada uno de los libros que caen en mis manos y entran por mis ojos. En esta ocasión, un clásico del escritor referido: La máquina de follar, cuyo título de la edición original será mejor conocido, Erections, Ejaculations, Exhibitions and General Tales of Ordinary Madness.

Cómo la mayoría de obras impresas traducidas al español bajo el sello Bukowski, nos encontramos con un compilado de relatos más que de una sola novela. Se me hace más difícil hablar de un compilado pues no quiero aburrirles con una reseña de cada historia. Lo que sí, es que, en general y salvo que seas demasiado cerrado, santurrón o persignado, la literatura que encuentras en La máquina es sumamente sexual, pervertida, sucia y, ante todo, sumamente graciosa.

Las historias abordan los mismos temas por los que el autor es conocido: el sexo, deseo, placer, alcoholismo, marranadas, ironía, desapego, valemadrismo, entre otros poco menos recurrentes. No sólo relatos, la obra incluye también una buena dosis de ensayos y cartas del escritor que, dentro de su ensimismamiento, contienen ideas muy originales y aplicables al pensamiento actual.

Animales hasta en la sopa, La manta, El gran juego de la yerba, El malvado y Caballo florido fueron mis favoritos aunque algunos como el penúltimo mencionado abordan temas para nada graciosos o ligeros de sobrellevar. En fin, no es como para hacerla tan larga, lo recomiendo, es entretenido, genera sonrisas a cada instante y es totalmente digerible; no lo recomiendo para las personas que no gustan del humor negro ni para aquellas que son serias en demasía. 

Been there, read that (LX)

Hermano Hitler, El debate de los historiadores

Aut. Jürgen Habermas, Erich Nolte, Thomas Mann

Hace un par de textos, les entregué un fragmento del discurso escrito por Erich Nolte, en éste, el historiador atribuía las acciones nazi dentro de los campos de concentración a una reacción de temor hacia lo que podrían sufrir por parte de los rusos, demostrado en los gulags; todo, excepto «el proceso técnico de gaseado». Pues bien, Hermano Hitler es un compilado del discurso mencionado junto con el posterior conjunto de réplicas entre el mismo Nolte y Jürgen Habermas, que critica severamente el texto original que generó la controversia.

Ahora bien, la controversia es clara; sin embargo, dentro de las discusiones se incluyen temas de mayor relevancia. Escritas en 1986, las contestaciones se hacen en nombre de Alemania, pero es una Alemania que en su nombre anteceden las palabras República Federal. Al mismo tiempo, todo surge de la necesidad que tienen los historiadores de hacer un trabajo objetivo para que las generaciones que ya no conocieron nada relacionado al periodo bélico, tuviesen siempre presente las atrocidades cometidas por el régimen del Tercer Reich y supieran no caer en las mismas tentaciones que el pueblo alemán cayó en esos entonces.

Sin duda, leer el debate escrito enriquece mucho, las opiniones, incluso las de Nolte, tienen gran poder argumentativo y brindan excelente material para ensayos y reflexiones sobre el tema. El lenguaje resulta un poco complejo pues ambos historiadores hacen alarde de su intrincado léxico y hacen uso de un formalismo que raya en lo excesivo.

Es una gran lectura para aquellos interesados en el tema a un nivel académico e histórico; sin embargo, no lo recomiendo como una adquisición basada en lectura recreativa o de relajación. Requiere de bastante concentración y conocimiento de las alusiones, así como de su lectura en condiciones libres de distracción. Por lo demás, una gran adición a mi colección de libros del tema.

Been there, read that (LV)

Las ideas de Tello Téllez

Aut. Amado Nervo

Amado Nervo siempre fue uno de los autores favoritos de mi padre, por lo mismo, desde muy pequeño tuve acercamientos con su obra. Buscando algún poemario de su autoría, me tope con Las ideas de Tello Téllez, su bajo costo me impulsó a adquirirlo de inmediato. Me topé con una obra que, por supuesto, tiene el sello del ilustre autor; sin embargo, no posee ni el ritmo ni la temática a la que estaba acostumbrado de él.

Tello Téllez es un personaje ficticio, amigo del autor, que recientemente ha fallecido. A modo de homenaje Amado Nervo se da a la tarea de publicar un compendio de ideas que Téllez ha escrito a lo largo de su vida y que le ha hecho llegar a través de cartas. No 0bstante, la última parte es obtenida de algunas notas borrosas halladas entre las pertenencias del extinto.

Tello Téllez es un hombre ensimismado que ha reflexionado mucho sobre temas como la vida, la muerte, el amor, las mujeres. Sus reflexiones no dejan estar acompañadas por el factor Dios y el catolicismo al igual que de influencia filosóficas clásicas. Sus debates internos encuentran su punto culminante en la necesidad de comprender que el hombre tiene una esencia maligna que debe combatir.

El libro es corto y de fácil digestión con reflexiones adecuadas. No es la obra común por la que se conoce al autor; más bien, se siente como un ejercicio literario que buscaba salirse de lo cotidiano. La última parte, una plegaria, es realmente hermosa y coloca una idea sobre el amor femenino muy sólida y, creo yo, correcta en nuestra cabeza.